Cenan en una pizzería y se marchan sin pagar: “Listillos, no se dieron cuenta de las cámaras”

En el centro de L’Aquila, en el centro de Italia, una situación insólita ha despertado el interés local luego de que tres personas se fugasen de una pizzería sin abonar la cuenta. La noche del miércoles pasado, aproximadamente a las 22.30 horas, estos clientes aprovecharon un momento sin vigilancia del personal del restaurante para abandonar el lugar, según el medio Fan Page.

La pizzería, llamada ‘Nonna Cristina’, cuenta con una zona de mesas externas en la terraza inaugurada recientemente por la llegada de la temporada estival, lo que facilitó la acción de los clientes que optaron por sentarse al aire libre y desaparecer entre las calles adyacentes.

La situación, aunque podría haber quedado sin mayores consecuencias, se complicó por un elemento imprevisto en la estrategia de los comensales: el área donde habían cenado se encuentra bajo monitorización constante gracias a cámaras de seguridad instaladas directamente encima de las mesas. Estas imágenes registraron cada paso de los comensales desde el momento en que se sentaron hasta que se alejaron, pasando desapercibidos ante el personal de sala: “Listillos, no se dieron cuenta de las cámaras”, indicó el dueño del local a medios locales.

De acuerdo con el medio italiano, ante lo sucedido, el propietario del local actuó rápidamente al notar la ausencia del pago. Poco después del incidente, recurrió a las redes sociales del perfil de la pizzería para emitir un mensaje directo dirigido a quienes identificó como responsables de la evasión del pago: “Tenéis 24 horas para pagar u os denuncio”, manifestó el dueño en forma de amenaza. Les advirtió que, en caso contrario, procedería a hacer públicas las imágenes que muestran sus rostros.

La publicación incluyó una fotografía del estado en que dejaron la mesa los clientes, con restos de comida y vajilla sin recoger, así como capturas de la grabación de seguridad exterior del restaurante. Según explicó el propietario, solo esas tres personas se encontraban en la terraza en ese momento. La decisión de cerrar la puerta de acceso y mantener a los demás clientes dentro para protegerlos del aire fresco permitió que el trío creyera estar fuera del alcance de miradas indiscretas, conduciéndolos a confiarse en exceso y a descuidar la presencia de medidas de vigilancia.

A raíz del incidente, el gestor del establecimiento explicó algunos detalles adicionales sobre lo sucedido en diálogo con medios locales. Según recoge Fan Page, expresó su convicción de que el acto puede haber tenido un carácter festivo, más propio de una broma o travesura que de una estafa premeditada.

Justificó esta apreciación señalando que, si el objetivo principal hubiese sido la obtención gratuita de mayor cantidad de alimentos, la comanda probablemente habría sido mucho más cuantiosa y con más platos solicitados. No obstante, enfatizó de modo contundente que el fondo del asunto trasciende la mera cuestión económica.

A juicio del restaurador, el incidente constituye un problema de principios, resaltando que ninguna motivación lúdica puede legitimar ni justificar la falta de responsabilidad. Aclaró que cualquiera que sea la razón aducida por los protagonistas del episodio, corresponde que estos asuman las consecuencias y se responsabilicen por el acto cometido. El responsable del local consideró inadmisible que este tipo de comportamientos queden sin respuesta, subrayando la importancia de sentar precedentes para desalentar futuras situaciones similares.