Cataluña, Madrid, Euskadi, Valencia y Murcia son las únicas comunidades que en 2024 gastaron más de lo que ingresaron: un informe revela los déficits que ocultan los datos oficiales

Aunque la mayoría de las regiones cuadraron sus cuentas públicas el pasado año, cinco de ellas cerraron en números rojos

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Cataluña, Madrid, País Vasco, Comunidad
Cataluña, Madrid, País Vasco, Comunidad Valenciana y Región de Murcia cerraron 2024 en números rojos (Montaje Infobae con imágenes de Canva)

En 2024, casi todas las comunidades autónomas españolas lograron cuadrar sus cuentas públicas. Pero cinco regiones se desmarcaron con saldo negativo: Cataluña, Madrid, País Vasco, Comunidad Valenciana y Región de Murcia. Son las únicas que, según el informe publicado este julio por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), gastaron más dinero del que ingresaron.

Mientras que algunas comunidades como Extremadura, Navarra o Canarias terminaron el año con superávit, estas cinco autonomías cerraron en déficit, según los datos oficiales de la Contabilidad Nacional. La Comunidad Valenciana fue la más afectada, con un desequilibrio del -1,9% del PIB, seguida de Murcia con -1,1%.

¿Qué significa realmente estar en déficit?

En términos sencillos, tener déficit presupuestario significa que una comunidad ha gastado más de lo que ha recaudado a lo largo del año. Es como una familia que, tras pagar facturas y hacer la compra, se queda con la cuenta en números rojos.

Los autores del informe (Manuel Díaz, Carmen Marín y Diego Martínez) explican que, aunque en conjunto las comunidades cerraron el año con un déficit muy leve del -0,1% del PIB, cinco de ellas no consiguieron equilibrar sus cuentas. El resto, por el contrario, terminaron con las cuentas públicas saneadas o incluso con superávit.

Una mejora engañosa en las cifras

A primera vista, el panorama no parece preocupante. El déficit autonómico ha mejorado: en 2023 fue del -0,9% y en 2024 solo del -0,1%. Pero, como advierte el estudio, ese dato oculta la realidad de fondo.

El motivo está en las llamadas “liquidaciones” del sistema de financiación autonómica. Se trata de pagos que hace el Estado a las comunidades dos años después de que se hayan generado los ingresos. Por ejemplo, en 2024 muchas regiones recibieron ingresos extra correspondientes a 2022. Eso hinchó artificialmente sus cuentas, haciendo parecer que ingresaron más de lo que realmente les correspondía ese año.

Si se eliminan estos efectos contables, el saldo corregido para 2024 cae hasta un déficit del -0,9% del PIB. Es decir, la imagen de “casi equilibrio” es más un espejismo que una realidad.

La deuda pública repunta al 103,5% del PIB en el primer trimestre con máximos de 1,668 billones.

Madrid y Euskadi, en déficit pese a su fortaleza económica

Uno de los datos más llamativos del informe es que comunidades con alta recaudación como Madrid y Euskadi también cerraron en negativo. A priori, esto puede parecer contradictorio. ¿Cómo es posible que las dos regiones con mayor renta per cápita no hayan logrado cuadrar sus cuentas?

La respuesta está en varios factores. Por un lado, ambas comunidades están fuera del sistema común de financiación: Madrid participa en el régimen general, pero con una estructura fiscal propia; y Euskadi tiene un concierto económico singular que le otorga más autonomía recaudatoria. Esto implica que el reparto de recursos y los ingresos no están sujetos a los mismos criterios que en el resto del país.

Por otro lado, el estudio sugiere que el ciclo económico expansivo que vivió España en 2024 ayudó a maquillar las cuentas públicas de muchas comunidades. Pero ese empujón no fue suficiente en estas cinco autonomías.

El déficit estructural, la verdadera fotografía

Fedea no se queda en la superficie de los datos oficiales. Aplicando una metodología propia -basada en los estándares de la Comisión Europea-, el informe calcula lo que se conoce como el “saldo estructural”: una estimación de cuánto habrían ingresado y gastado las comunidades si no hubiera factores puntuales ni ingresos excepcionales.

El resultado es más preocupante: el déficit estructural de las comunidades autónomas fue del -1,1% del PIB en 2024, el peor dato desde que Fedea elabora este indicador.

En este análisis, la Comunidad Valenciana, Cataluña y la Región de Murcia repiten como las regiones con mayores desequilibrios de fondo, con déficits cercanos o superiores al -2% del PIB. Solo Navarra (0,8%) y Canarias (0,7%) lograron cerrar el año con superávit estructural.

¿Y ahora qué? Las consecuencias de gastar por encima de lo que se ingresa

El informe lanza una advertencia clara: si esta situación se mantiene, las comunidades tendrán difícil reducir su deuda y sostener el gasto público en el futuro.

Además, destaca que en 2024 no hubo objetivos fiscales aprobados por el Congreso. Los presupuestos estatales eran una prórroga de los de 2023 y solo se mantenía la regla de gasto, de cumplimiento dudoso. Esta ausencia de exigencias podría haber incentivado una mayor relajación fiscal.

A eso se suma la propuesta del Gobierno para condonar parte de la deuda autonómica, lo que, según los autores, pudo debilitar el compromiso de algunas comunidades con la disciplina presupuestaria.

Una llamada de atención para la sostenibilidad de las cuentas públicas

Aunque solo cinco comunidades cerraron el año en déficit, el informe advierte de que muchas otras están en una situación delicada. La mejora temporal en las cifras no puede ocultar un problema estructural: los ingresos podrían dejar de crecer al ritmo actual, mientras que el gasto seguirá aumentando, sobre todo por el envejecimiento de la población, el cambio climático o la digitalización.

En ese contexto, seguir gastando más de lo que se ingresa es una estrategia insostenible, que limita el margen de maniobra ante futuras crisis. Fedea insiste en que la estabilidad presupuestaria es clave para que las autonomías puedan seguir prestando servicios esenciales como sanidad o educación, y que la fotografía real de las cuentas está más deteriorada de lo que muestran los datos oficiales.