La ciudad francesa en la que están cerrando muchas tiendas de ropa: “Ya no sabemos dónde vestirnos”

Los centros comerciales y las compras por internet han cambiado los hábitos de consumo

Guardar
Mujer caminando frente a una
Mujer caminando frente a una tienda (REUTERS/Guglielmo Mangiapane/File Photo)

En los últimos años, la ciudad francesa de Orleans ha visto cómo muchas de sus tiendas han echado el cierre. Los paseos por el centro muestran cada vez más locales vacíos, escaparates cerrados y persianas bajadas donde antes había actividad y movimiento. Vecinos y comerciantes hablan de una situación preocupante, donde el comercio de barrio pierde fuerza y los espacios comerciales más tradicionales han desaparecido.

La competencia de los grandes centros comerciales y el auge de las compras por internet han cambiado los hábitos de consumo. Muchos ciudadanos eligen comprar fuera del centro o desde casa, a toque de clic. La pandemia empeoró la situación de muchas tiendas que ya enfrentaban dificultades para atraer clientes.

Esta transformación afecta al día a día de la ciudad. A nivel económico, es evidente que genera pérdidas, pero también tiene efectos en la vida social de algunas ciudades. La Rue de la République de Orleans era un lugar de encuentro de ciudadanos, de intercambio social y de comercio. Esto ha cambiado y ahora “estamos confundidos”, admite Christel, una vecina de la ciudad, al hablar con Le Parisien.

Inditex cierra 56 tiendas en tres meses: Marta Ortega pisa el acelerador en su plan de optimización ante el récord de ventas.

Las tiendas de ropa, las más afectadas

“Antes solía comprar en Pimkie. Tenían camisetas pequeñas y apañadas. Ahora ya no sabemos a qué tienda acudir...“, cuenta Christel. Marie-France, otra clienta habitual, coincide, afirmando que “antes iba una vez al mes a Camaïeu, Etam... Ahora sólo compro dos veces al año, casi siempre en dos tiendas independientes cerca de casa. Son más caras, pero compro menos”. Para muchas personas, los puntos de referencia han desaparecido.

El paisaje comercial ha cambiado de forma clara. Donde antes estaba Pimkie, ahora hay un Paradis du fruit. La boutique de lencería Tenezis ha ocupado el espacio que dejó Camaïeu, marca que cerró tras liquidarse en 2022. La tienda Brice apenas resiste y con una difícil siotuación. Otros nombres conocidos del sector textil, como Cop.Copine, André, Z, Du pareil au même y San Marina, se han marchado.

Estas ausencias muestran el impacto de la crisis en el comercio de ropa en Orleans. Las tiendas de siempre desaparecen, dejando vacíos en las calles y cambiando las costumbres de compra de los vecinos. Muchos se ven obligados a buscar alternativas, a veces más caras y menos accesibles, mientras la ciudad pierde parte del ambiente que daban estos comercios.

Dónde acaba la ropa que tiramos a contenedores de reciclaje (Greenpeace)

Los esfuerzos por Orleans

Aunque algunas tiendas han desaparecido, la Rue de la République no muestra el aspecto vacío que presentan otros centros urbanos con persianas bajadas. La vía desemboca en un centro comercial al lado de la estación de tren, que cuenta con otras 60 tiendas y restaurantes.

Luc Nantier, teniente de alcalde de Orleans y responsable del área de comercio, explica que siempre están trabajando para atraer nuevos comerciantes. “Buscamos constantemente minoristas. En cuanto sabemos que una marca nacional va a cerrar, revisamos dónde se producirá ese cierre”, comenta Nantier.

Muchas de las peticiones que recibe el ayuntamiento para instalar nuevos negocios corresponden a restaurantes. “Nuestro centro se mantiene”, afirma Nantier. La tasa de locales vacíos es del 6,1 %. Aunque esta cifra está muy por debajo de la media nacional, situada en el 10,64 %, ha subido el doble en las últimas dos décadas.