El crimen de Reus que se resolvió a tan solo tres meses de que prescribiera gracias a una bolsa de plástico: ¿quién mató a Juan Manuel Leiva?

Los autores del crimen realizaron llamadas suplantando a la víctima, insinuando que se encontraba en Francia

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El caso de Juan Manuel
El caso de Juan Manuel Leiva: cómo resolvieron el crimen a tres meses de que prescribiera (Montaje Infobae, @mossos)

El 6 de septiembre de 2004, Juan Manuel Leiva González desapareció en Reus, en Tarragona, sin dejar rastro. Casi dos décadas más tarde, la policía logró cerrar el caso sobre su asesinato, tras una investigación reactivada a tan solo tres meses de que el crimen prescribiera.

“Jamás de los jamases me creí lo de que se había ido”, afirmó Jessica, hija de Juan Manuel, a través de una entrevista telefónica con El País en el mes de junio, con 37 años. Cuando desapareció, ella tenía 17, la misma edad que tenía su padre cuando la concibió. “Casi nos íbamos juntos de fiesta”, explicó sobre la relación cercana con un padre muy joven.

Durante veinte años, su sospecha nunca desapareció: la autora del crimen habría sido su expareja. Por lo que cuando la policía la detuvo en febrero de 2024 con una acusación que la implicaba junto con su pareja del momento como responsables de su muerte, ella aseguró que: “Siempre lo creí así, pero no había manera de demostrarlo”. La detención de la mujer ha removido todo. “Yo no sé qué han encontrado, solo digo que si de verdad ha sido ella, que pague”, pidió en el momento de su detención. Sin embargo, Jessica explicó igualmente que “la que peor lo está pasando” es la hija que mantenían en común Juan Manuel y la acusada.

Una desaparición casi ‘perfecta’ y una revelación que cambió todo

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El caso de Juan Manuel Leiva: cómo resolvieron el crimen a tres meses de que prescribiera (Montaje Infobae, @JéssicaIruneDylanSara, @mossos)

En 2004, la hermana de Juan Manuel denunció su desaparición ante la Policía Nacional en Reus. La investigación inicial encontró indicios de una salida precipitada de su domicilio y se descubrió su furgoneta estacionada cerca de la estación de tren de Tarragona. Según el subinspector Moreno de la Policía Nacional, “no se sabía qué había pasado. No había cuerpo, ni había nada, y los autores dejaron indicios para hacer creer que se había marchado”. Además, se realizaron llamadas suplantando a la víctima, insinuando que se encontraba en Francia. Sin pistas concluyentes, la investigación quedó al poco tiempo estancada.

No obstante, en junio de 2021, diecisiete años después de su desaparición, se produjo un giro en la investigación cuando una mujer que había adquirido una finca en Riudecols, a 14 kilómetros de la casa de Juanma, descubrió algo extraño en la propiedad: “Vio una bolsa de plástico, al final de un bajante, y pensó que al día siguiente iría a quitarla”, explicó el inspector de la División de Investigación Criminal (DIC) de los Mossos d’Esquadra. En su interior se hallaron restos óseos, atados de pies y manos, junto con jirones de ropa.

En cuanto esta descripción llegó a la policía, tuvieron claro que se trataba de “una muerte no natural, una muerte homicida, pero no sabemos ni cómo ha sido ni quién”, explicó el inspector. A pesar de que los forenses recurrieron a la antropología y al análisis de ropa, las bases de datos de ADN no ofrecieron coincidencias. De este modo, la policía pensó en analizar casos antiguos sin resolver y más tarde, solicitaron muestras de ADN a una de las hijas de Leiva.

El avance definitivo llegó en febrero de 2024. La hermana de Juan Manuel acudió a los Mossos con nueva información. “Nos explica que una persona hace unos meses que le dijo que quien había matado a su hermano había sido su expareja y el novio que tenía”, relató el inspector de Mossos. Según la testigo, el confidente decidió hablar porque el presunto cómplice había fallecido (en 2022), quien tenía antecedentes por tentativa de homicidio. Además, los cabos se unieron cuando la misma persona añadió que el cuerpo fue enterrado en una finca de Riudecols. “Ahí ya intuimos que su hermano era el cadáver que tratábamos de identificar”, indicó el inspector. Por lo que en marzo, “salta la coincidencia” con la comparación de ADN confirmó que los restos correspondían a Juan Manuel Leiva.

Una investigación contrarreloj

Fuente: Europa Press/ EpicExplorationsTV ES

La reapertura del caso permitió formar un Equipo Conjunto de Investigación (ECI) entre Mossos y Policía Nacional. Aunque no quedaban restos de ADN en la furgoneta original, ya desguazada, la policía reunió suficientes indicios. “Todo se basa en indicios”, aclaró el inspector de los Mossos y “hay muchas cosas que apuntan a ella”, añadió el subinspector de la Policía.

En este contexto, una segunda autopsia halló indicios compatibles con una muerte violenta. A pesar del deterioro del cuerpo, los especialistas identificaron lesiones graves en el húmero y costillas. Todo apuntaba, según la hipótesis principal, al uso de un arma blanca. De esta manera, la expareja y su entonces pareja engañaron a Juan Manuel para llevarlo a una masía aislada, donde lo asesinaron con un arma blanca. Luego envolvieron su cuerpo con una manta y una lona, lo ataron con eslingas y lo enterraron a apenas 700 metros de la casa en la que ambos residían.

Aunque la hija de Juanma no sabía dar una respuesta por el posible móvil que pudiera tener la expareja de su padre, tanto ella como los agentes apuntan a una mala relación tras la separación, con una hija en común, y un posible objetivo económico: apropiarse de la empresa familiar. Y es que, “ella continuó con esa empresa” de extintores tras el crimen, según ha confirmado Jessica. A día de hoy, la mujer está en prisión provisional a la espera de juicio. La resolución del caso ha llegado justo a tiempo para evitar que prescribiera, cerrando un capítulo de casi veinte años de silencio, sospechas y dolor para una familia que nunca dejó de buscar respuestas.