La increíble villa de lujo de la familia real holandesa en Grecia: 4000 metros cuadrados frente al mar egeo y valorada en 5 millones de euros

Con una habitación principal de 100 metros cuadrados y todas las comodidades; desde jacuzzi hasta una enorme piscina

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La espectacular villa de la
La espectacular villa de la familia real holandesa en Grecia. (X)

Tras unas semanas marcadas por diferentes contratiempos en la agenda de la familia real neerlandesa —tanto en lo personal como en lo institucional—, el verano se presenta como una oportunidad de desconexión para los reyes Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda y sus hijas. En medio de recientes polémicas, como la presentación pública de la joven Zaria de Orange-Nassau con señales visibles de autolesión, o el accidente a caballo sufrido por la princesa heredera Amalia, la familia ha optado por su habitual destino estival: su villa en Grecia.

La llegada del verano en la casa real neerlandesa suele ir acompañada de dos acontecimientos previsibles. Primero, el tradicional posado oficial de los monarcas junto a sus tres hijas, una imagen que este año cobra especial relevancia por el reciente cumpleaños de la princesa Ariane —que ha cumplido 18 años y finalizado sus estudios de Bachillerato Internacional en Italia—, así como por el anuncio de su hermana Amalia de que se incorporará al ejército como reservista. Y segundo, la desaparición del foco mediático durante varias semanas, coincidiendo con sus vacaciones en el extranjero.

El megayate de la familia
El megayate de la familia real holandesa. (X)

Aunque el rey ha tenido que permanecer unos días más en el país para resolver compromisos institucionales, la reina Máxima y sus hijas han viajado ya hasta Grecia. Según ha revelado Vanitatis, el desplazamiento fue descubierto gracias al seguimiento de un avión del Gobierno neerlandés —habitualmente utilizado por la familia real—, que aterrizó el pasado lunes en el Aeropuerto Internacional de Atenas. Desde allí, aunque se desconoce el medio de transporte exacto, se habrían dirigido hacia su residencia en la localidad de Kranidi, en la península del Peloponeso.

La propiedad, adquirida en 2012, es uno de los bienes más exclusivos del entorno de la realeza europea. Valorada en torno a cinco millones de euros, la finca cuenta con una superficie de 4.000 metros cuadrados junto al mar Egeo, e incluye tres edificaciones principales. Una de ellas fue construida tras la compra inicial, una vez obtenidos los permisos necesarios, para albergar al equipo de seguridad de los monarcas. Tanto esa como las otras dos estructuras ofrecen múltiples estancias, dormitorios, cuartos de baño y zonas comunes, como salas de estar amplias y vistas privilegiadas.

Finca vista desde un lateral.
Finca vista desde un lateral. (Pinterest)

Uno de los espacios preferidos por los reyes es su dormitorio, que actúa como núcleo de la vivienda. La habitación principal, con una superficie de 100 metros cuadrados, cuenta incluso con un jacuzzi privado. Además, la villa posee una piscina de grandes dimensiones desde la cual se puede contemplar el Mar de Mirtos, enclave que forma parte del Mediterráneo entre las islas Cícladas y la región del Peloponeso.

La polémica por el puerto privado

Sin embargo, la adquisición y posterior reforma de la villa no estuvo exenta de polémica. Aparte de la tercera construcción para su seguridad, los monarcas también mandaron instalar un puerto privado, algo que desató las críticas de grupos ecologistas y asociaciones vecinales. Aunque legal, esta decisión fue vista por muchos como una apropiación del entorno costero para fines particulares. Las protestas han disminuido con el paso del tiempo, pero todavía persisten, especialmente entre quienes consideran que la obra alteró el equilibrio del paisaje natural.

La finca vista desde un
La finca vista desde un dron. (Pinterest)

Desde la Casa Real neerlandesa siempre se ha defendido que las modificaciones en la finca responden exclusivamente a motivos de seguridad. El puerto privado, por ejemplo, permite a la familia navegar sin exponerse a posibles paparazzis o intrusiones, garantizando así mayor privacidad. Además, existe una especie de pacto tácito con muchos medios neerlandeses para evitar que se tomen imágenes durante este período vacacional sin consentimiento expreso.

Máxima de Holanda habría adelantado su viaje para iniciar cuanto antes ese retiro veraniego lejos del escrutinio público. En principio, no tiene previsto reincorporarse a sus funciones oficiales hasta septiembre, salvo que surja alguna urgencia. Lo mismo ocurre con sus hijas: Alexia regresará a Londres para continuar sus estudios, mientras que Amalia y Ariane aún están definiendo sus próximos pasos académicos y personales.