El mosso denunciado por agredir a una profesora de autoescuela presenta una contradenuncia: acusa a la mujer de amenazas

El agente alega que la mujer le lanzó frases intimidatorias cuando fue a reclamar el suspenso de su hija

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Un vehículo de los Mossos
Un vehículo de los Mossos d'Esquadra (David Zorrakino - Europa Press)

El próximo miércoles 16 de julio, el juzgado de instrucción de Girona acogerá una vista para analizar dos denuncias cruzadas que enfrentan a un sotsinspector de los Mossos d’Esquadra, jefe de Seguridad Ciudadana en Figueres, y a una profesora de autoescuela de la ciudad. La mujer, Rosa Vila, le acusa de haberle propinado un violento cabezazo tras suspender su hija el examen práctico de conducir. El agente, por su parte, niega los hechos y asegura que fue él quien recibió amenazas verbales.

Según el relato de la instructora, todo comenzó después de que la hija del agente suspendiera la prueba de circulación, a pesar de haber realizado 43 clases prácticas. La joven, visiblemente afectada, acudió a la autoescuela acompañada de su padre para exigir explicaciones. Fue entonces cuando, siempre según Vila, el hombre irrumpió en el local con actitud agresiva, elevó el tono y, tras llamarla “desgraciada”, “maleducada” y “mala gestora”, le propinó un cabezazo directo en la frente.

“Recibí un golpe seco, sin esperarlo. Me dejó aturdida”, relató la víctima este miércoles en declaraciones a RAC1. “No estoy aquí para difundir una agresión inexistente. Con mi verdad iré hasta donde haga falta”, añadió.

La mujer presentó una denuncia en comisaría acompañada de un parte de lesiones que describe un hematoma de 1,5 centímetros en la zona del impacto. La Federación de Autoescuelas de Girona ha salido en su defensa y ha denunciado el aumento de la tensión y los episodios de violencia verbal —y, en este caso, física— que sufren los centros de formación vial.

Imagen de archivo de una
Imagen de archivo de una detención por parte de la policía catalana (Mossos D'Esquadra)

Contraversión de los hechos

Frente a la versión de Vila, el sotsinspector ha presentado una contradenuncia por amenazas leves. Asegura que fue víctima de comentarios intimidatorios por parte de la profesora, quien supuestamente le habría dicho frases como “mejor que no te cruces con mi marido por la calle” o “iré a los medios de comunicación”. Según el agente, esas palabras le hicieron sentirse coaccionado y le llevaron a actuar judicialmente.

Sin embargo, Rosa Vila desmiente categóricamente esa versión y asegura que está divorciada desde 2009. “No hay ningún marido que pueda amenazar a nadie. Es una invención para desviar la atención”, ha afirmado.

Ambas partes están citadas a declarar el 16 de julio, fecha en la que el juzgado deberá dirimir si existen indicios suficientes para abrir un procedimiento penal o si se trata de un malentendido con versiones incompatibles.

Un historial previo de polémicas

El caso adquiere una dimensión mayor al conocerse que el mismo agente de los Mossos tiene pendiente otro juicio, previsto para finales de este año, por un presunto delito de malversación de fondos públicos. Según avanzó la periodista Anna Punsí en el programa El món a RAC1, el mando policial habría utilizado en varias ocasiones la tarjeta de crédito oficial de la comisaría de Blanes para repostar su vehículo privado.

Dichos gastos, que podrían ascender a varios cientos de euros, habrían sido justificados como desplazamientos de trabajo, aunque no consta que el coche utilizado fuera uno de los oficiales. La Dirección General de la Policía catalana no ha confirmado si se ha abierto una investigación interna sobre este asunto.

Los Mossos d'Esquadra detienen al propietario de un concesionario de Harley-Davidson en Barcelona. (Mossos d'Esquadra)

Desde el Departamento de Interior de la Generalitat se ha confirmado que están al tanto de la denuncia por agresión, pero no se han pronunciado sobre si el agente ha sido apartado temporalmente de sus funciones. Fuentes policiales aseguran que, de momento, continúa ejerciendo como responsable de Seguridad Ciudadana en Figueres, a la espera de que el proceso judicial clarifique los hechos.