
En la vida diaria escuchamos hablar de empresas, asociaciones o fundaciones como si fueran personas que toman decisiones, firman contratos o son llevadas ante un juez. Pero en realidad, ninguna de estas entidades tiene existencia física: lo que tienen es personalidad jurídica. En España, la figura de la persona jurídica permite que organizaciones de todo tipo puedan tener derechos, asumir obligaciones y actuar legalmente de forma independiente a las personas que las componen.
¿Qué significa tener personalidad jurídica?
Una persona jurídica es una entidad, como una empresa o una asociación, que la ley reconoce como sujeto de derechos y deberes. Esto significa que puede comprar y vender bienes, contratar empleados, firmar acuerdos, tener deudas o incluso ser demandada ante los tribunales. A diferencia de las personas físicas, que son los seres humanos, las personas jurídicas son construcciones legales que operan a través de representantes.
Empresas, ONG o ayuntamientos: algunos ejemplos comunes en España
Existen muchos tipos de personas jurídicas en nuestro país. Entre las más conocidas se encuentran las siguientes:
- Las sociedades mercantiles, como las sociedades limitadas (SL) o anónimas (SA).
- Las asociaciones sin ánimo de lucro.
- Las fundaciones.
- Las cooperativas.
- Las entidades de derecho público, como los ayuntamientos o universidades.
En todos estos casos, la entidad adquiere personalidad jurídica desde el momento en que se constituye legalmente y, normalmente, cuando se inscribe en el registro correspondiente (por ejemplo, el Registro Mercantil en el caso de las empresas, o el Registro Nacional de Asociaciones (RNA) en el caso de las asociaciones).
Actúa con independencia de sus miembros
Una de las principales ventajas de la personalidad jurídica es que separa el patrimonio de la entidad del de sus miembros. Esto significa que, por ejemplo, si una empresa contrae deudas, los socios no tienen que responder con su dinero personal, salvo excepciones. También permite que la organización siga existiendo aunque cambien las personas que la dirigen o fundaron.
¿Cuáles son sus órganos de representación?
Como las personas jurídicas no tienen cuerpo físico, necesitan representantes para actuar. Estos pueden ser administradores, directivos o apoderados, según el tipo de entidad y su estructura interna. Estas personas físicas son quienes firman contratos, presentan documentos y toman decisiones en nombre de la entidad.
¿Qué dice la ley española de la persona jurídica?
En España, es el Código Civil el que regula esta figura en los artículos 35 al 39. En ellos se establece, entre otras cosas, que las personas jurídicas pueden ejercer todos los derechos compatibles con su naturaleza y que pueden ser responsables civil o penalmente de sus actos.
Una herramienta básica para el funcionamiento económico y social
Sin la figura de la persona jurídica, el funcionamiento de la economía moderna sería completamente inviable, pues esta permite que las empresas operen con seguridad legal, así como que las asociaciones desarrollen actividades colectivas y también que las administraciones ejerzan funciones públicas. Se trata, en definitiva, de una pieza fundamental del engranaje legal que da forma a la vida económica, social e institucional del nuestro y de cualquier país que comparta el mismo sistema.
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