Los dos ‘looks’ de novia Gala González con los que ha sorprendido en su boda con John Steiner

Gala González y John Steiner se han dado el “sí quiero” en el corazón de Cadaqués, en Girona, en una isla privada perteneciente a la familia del novio. Con el mar Mediterráneo de testigo, la pareja ha montado una boda de las que no se ven todos los días, pues no faltó detalle: desde fiestas y cenas hasta paseos en barco, sesiones de yoga y pilates, todo pensado para mimar a los doscientos invitados que viajaron hasta allí desde diferentes rincones del planeta.

El pistoletazo de salida fue la preboda el 22 de junio en el Parque Natural del Cap de Creus, un lugar de postal donde los asistentes pudieron disfrutar de unas vistas espectaculares a medio camino entre Francia y España.

Pero lo mejor estaba reservado para la ceremonia principal. Arropados por familiares, amigos y rostros conocidos como Elena González (tía de Gala y pareja de Adolfo Domínguez), Brianda Fitz-James Stuart (nieta de la duquesa de Alba), la actriz Matilda Lutz o David Jarre, los novios celebraron su gran día rodeados de mar, buena compañía y un ambiente inmejorable.

Como en casi todos los enlaces, uno de los detalles más esperados era conocer el vestido de la novia. Como buena influencer, Gala no dejó nada al azar y trabajó en los meses previos para poder plasmar su esencia en sus dos trajes de novia.

El primero que lució fue para la ceremonia civil es quizás el más llamativo, un conjunto de chaqueta y pantalón de la firma española Nicolás Montenegro. Según ha contado el diseñador en sus redes: “Para la ocasión, redefine el estilo nupcial en su boda civil con un look ‘custom made’ de Nicolás Montenegro: corsé y pantalón capri diseñados exclusivamente para ella. Un conjunto que, en palabras de la propia Gala, fue: ‘especial, contemporáneo y reinventado’”.

Para la gran fiesta apostó por la firma Sybile, que creó una pieza de satén marfil de estética moderna. Con un aire vanguardista, el vestido jugaba con paneles cut-out estratégicamente situados que dejaban ver parte del torso. La falda, de corte recto y rematada con una cola de sirena, aportaba un movimiento especial a la silueta.

El detalle más llamativo lo ponían unos tirantes tipo joya, ricamente bordados, que nacían en el pecho, cruzaban sobre los hombros y se recogían en la espalda siguiendo un diseño de lo más original. Para completar el look, Gala apostó por un vistoso tocado de tul blanco, pendientes largos de Cartier y una alianza personalizada con un diamante old mine antiguo, una creación de la diseñadora Arielle Ratner.