Las idílicas vacaciones de Makoke y su novio Gonzalo a solo unos meses de su boda: entre Ibiza y Galicia, surcando mares de color turquesa

La pareja se está pegando unas vacaciones maravillosas para desconectar antes de enfrentarse a uno de los días más importantes de su vida

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Makoke y su novio Gonzalo.
Makoke y su novio Gonzalo. (Instagram)

Tras su intensa experiencia en Supervivientes 2025, donde fue una de las concursantes más activas y carismáticas, Makoke ha retomado su vida habitual con calma y optimismo. Aunque su aventura en Honduras terminó antes de llegar a la final, su paso por el reality dejó huella entre los espectadores, que pudieron verla enfrentarse a desafíos físicos, tensiones grupales y momentos de superación personal.

Desde su regreso, la colaboradora de televisión ha ido compartiendo en sus redes sociales pinceladas de su día a día, mostrando cómo poco a poco ha ido recuperando el ritmo tras meses aislada en los Cayos Cochinos. Con la llegada del verano, no ha dudado en hacer lo que muchos desean en esta época: desconectar del estrés cotidiano y disfrutar de unas vacaciones relajantes en buena compañía.

Acompañada por su pareja, Gonzalo, Makoke ha iniciado una escapada veraniega que, por lo que se ha dejado ver, promete estar marcada por el descanso, el romanticismo y la belleza de los paisajes. Su primera parada fue en el norte de España, concretamente en Bayona, localidad gallega conocida por su encanto natural y su clima suave, ideal para huir de las altas temperaturas que afectan a gran parte del país. “¡Mirad qué sitio tan bonito! Tiene un encanto especial”, expresaba la propia Makoke en uno de los vídeos que compartió con sus seguidores.

Makoke en un posado para
Makoke en un posado para su cuenta de Instagram.

Sin embargo, su verano no se ha quedado ahí. Según ha revelado El Español, la pareja ha puesto rumbo a un destino completamente diferente: Ibiza. Ambos fueron vistos en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas tomando un vuelo de Air Europa con destino a una de las islas más deseadas del Mediterráneo. La elección no sorprende: las Baleares, e Ibiza en particular, son sinónimo de aguas turquesas, puestas de sol espectaculares y un ambiente perfecto para el descanso y la desconexión.

Para el trayecto, Makoke apostó por la comodidad sin perder el estilo. Eligió un vestido largo de estampado floral en tonos suaves —beige y rosado—, con una amplia abertura en la falda que daba frescura a su look. Completó el conjunto con una cazadora vaquera corta, decorada con un diseño étnico en la espalda, y un sombrero de paja, el complemento ideal para protegerse del sol isleño.

Makoke en un posado para
Makoke en un posado para Instagram.

Este viaje no solo simboliza el inicio de su verano, sino también una pequeña tregua antes de un gran acontecimiento: su boda con Gonzalo. La pareja, que se conoció hace dos años en una fiesta y ha mantenido desde entonces una relación sólida y discreta, se casará el próximo mes de septiembre. Una ceremonia íntima a la que asistirán sus familiares y amigos más cercanos. Dada la intensidad emocional que suele implicar la organización de un enlace, no es de extrañar que hayan decidido tomarse estas vacaciones como un paréntesis para cargar pilas.

Gonzalo, su mayor apoyo

Durante su paso por el reality, Gonzalo fue un firme defensor de Makoke, incluso viajando a Honduras para apoyarla personalmente. En varias ocasiones salió en su defensa en televisión, especialmente cuando surgieron acusaciones de que su pareja había intentado introducir barritas energéticas en la isla. Aun así, también ha demostrado ser crítico cuando lo ha considerado necesario, destacando, por ejemplo, que le habría gustado verla responder con más contundencia a ciertos ataques recibidos en el programa.

Ahora, lejos de cámaras, polémicas y focos, la pareja vive un verano que parece sacado de un catálogo de viajes. Sol, mar, naturaleza y complicidad son los ingredientes principales de esta escapada. Con todo lo que les espera en los próximos meses, estas semanas en Ibiza se presentan como un verdadero respiro, una pausa idílica en la que disfrutar el uno del otro antes de dar el paso definitivo hacia el altar.