Una uruguaya que vive en España cuenta las 4 cosas que solo pasan en este país: “Para cortar una llamada con un español te tienes que tomar 45 minutos”

Emiliana Artagaveytia suele publicar contenido en sus redes sociales sobre las cosas que más le sorprende de la vida española

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Las cosas que solo pasan
Las cosas que solo pasan es España (Pexels)

A pesar de compartir el idioma, las diferencias culturales entre España y Uruguay pueden hacerse evidentes desde el primer contacto. Así lo cuenta Emiliana Artagaveytia, una joven uruguaya que actualmente reside en Valencia y que se ha vuelto popular en redes sociales por relatar, con humor y sorpresa, los contrastes que ha detectado entre ambas sociedades. A través de sus publicaciones, también admite que hay aspectos que extraña profundamente de Uruguay, pero reconoce que ciertos rasgos de la vida española le han conquistado.

Su testimonio refleja una realidad común entre quienes emigran: adaptarse a un nuevo entorno implica navegar entre diferencias que van más allá del idioma, incluyendo hábitos, valores sociales y formas de entender la vida cotidiana. En esta ocasión, la creadora de contenido (@emi_grando) ha compartido en su cuenta de TikTok, a través de un video que ha superado las 245 mil reproducciones, algunos fenómenos que solo ha visto en este país, y por ende, lo raro que le parecen algunos de ellos.

“Hablarse de un balcón al otro como si estuvieran usando un walkie talkie”

Las cosas que solo pasan
Las cosas que solo pasan es España (@emi_grando)

En su característico tono irónico y entusiasta, Emiliana arranca el vídeo con una afirmación tajante: “Hay cosas que solamente son posibles en España”. A partir de ahí, desgrana una lista de situaciones cotidianas que, en su opinión, definen como pocos el carácter español. La primera, aparentemente trivial, tiene que ver con una costumbre que le pareció extraña al principio, pero que terminó por adoptar: mojar comida en la bebida.

“Acá no importa si están tomando café, té, horchata, siempre van a mojar algo ahí”, ha explicado. Según ha afirmado, “es una práctica que yo la miraba de lejos y decía no sé si me copa mucho. Después le veía la bebida a todas cosas flotando y decías: raro". Aunque al principio era algo que no le terminaba de convencer, ha admitido que “una vez que lo probás es un camino de ida”.

Por otro lado, la joven ha destacado también una habilidad que ha observado repetidamente en los hogares españoles: comer con pan. Y no como acompañamiento, sino como sustituto directo de los cubiertos. “En España prácticamente se podría comer sin cubiertos mientras tengas pan”, ha comentado. Además, hga mencionado que a pesar de que muchas veces se critican las formas de la “gente de la India”, realmente “el español tiene un arte para comer con el pan y que no le quede nada en el plato”.

Otro fenómeno que le ha llamado la atención es el uso de los balcones como canales de comunicación. Más allá del teléfono, asegura, la comunicación entre vecinos se sigue rigiendo por una lógica analógica que no entiende de privacidad ni filtros. “Hablarse de un balcón al otro como si estuvieran usando un walkie talkie”, ha señalado la creadora de contenido. Sin duda, “la comunicación entre balcones es más efectiva que el WhatsApp” porque con ella se ha enterado hasta “la operación de la próstata y la deuda que le falta pagar la hipoteca” de sus vecinos.

Sin embargo, lo que más le sorprende —y lo dice entre risas— es la dificultad para dar por terminada una conversación telefónica. En su experiencia, colgar con un español no es tarea sencilla: “Lo que demoran en terminar una llamada en este país. Para cortar el teléfono con un español te tenés que tomar 45 minutos por lo menos”, ha explicado. De esta manera, ha finalizado diciendo con su toque de ironía característico que “ya entiendo porque si hablan de balcón a balcón porque es más rápido”.