Atila, el rey de los ‘unos’: así es el buque de la Armada que espía el norte de África y que España compró a la Alemania comunista por 24 euros la tonelada

El Gobierno ha aprobado la financiación para un nuevo buque de inteligencia naval, que reemplazará al actual Alerta A-111. Este navío fue adquirido a la desaparecida República Democrática Alemana a principios de los 90

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Buque 'Alerta' de la Armada.
Buque 'Alerta' de la Armada.

El Gobierno ha dado luz verde al desembolso de 242 millones de euros para la construcción de un nuevo buque de inteligencia para la Armada, conocido oficialmente como BAM AGI, que será desarrollado por la empresa pública Navantia. La financiación de este proyecto, a cargo del Ministerio de Industria, se realizará mediante un esquema de pagos plurianual que abarca desde el ejercicio presupuestario 2025 hasta 2031.

Se trata de uno de los 31 Programas Especiales de Modernización (PEM) mediante los cuales el Ministerio de Defensa aspira a alcanzar el 2% del PIB en gasto militar antes de que concluya el año, en cumplimiento de los compromisos asumidos con la OTAN. En este sentido, el Gobierno prevé una inversión total de 10.471 millones de euros en proyectos militares para este 2025.

El nuevo BAM AGI busca dotar a la Armada de un recurso de inteligencia naval capaz de cubrir las necesidades actuales y futuras en materia de captación, análisis y procesamiento de señales e información electrónica. Aunque los detalles tecnológicos y operativos de la nave se mantienen reservados, la misión principal estará orientada a tareas de inteligencia técnica, en línea con los estándares de interoperabilidad de la Alianza Atlántica.

Un buque de la RDA

De esta manera, el BAM AGI reemplazará del actual Alerta (A-111), un buque de inteligencia adquirido a principios de los años 90 y que ha cumplido ya más de tres décadas al servicio de la Armada. El relevo obedece a la necesidad de actualizar las herramientas de inteligencia naval y a la obsolescencia natural del Alerta, tanto en lo relativo a sus sistemas electrónicos como a sus capacidades de operatividad y seguridad.

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El Alerta fue construido en la desaparecida República Democrática Alemana (RDA) como parte de una serie de siete buques de transporte de la clase Darss. Botado el 27 de febrero de 1982, en Rostock, por los astilleros Neptunwerft, fue entregado a la Volksmarine (marina de la RDA) en mayo de 1985 bajo el nombre de Jasmund (D41). Hacia 1988, la nave fue transformada en un buque de captación de inteligencia, función que mantuvo hasta la disolución de la RDA, en 1990.

Tras la caída del Muro de Berlín y la reunificación alemana, la intención inicial era vender el buque a Ecuador, operación frustrada por razones económicas. Finalmente, España adquirió el navío en 1992, abonando un precio simbólico basado en el peso de la embarcación: 24 euros por tonelada. El 6 de diciembre de 1992, el buque se incorporó oficialmente a la Armada bajo la denominación Alerta (A-111), nombre que pronto derivó en el apodo de “Atila” entre los marinos españoles, dado el juego de palabras entre el número identificador de la unidad y el legendario rey de los hunos.

Tras llegar a Canarias, a finales de 1992, la nave fue sometida a un proceso de adaptación en los astilleros Astican del Puerto de Las Palmas, para transformar su configuración en función de los requerimientos de inteligencia electrónica de la fuerza naval española. El motor diésel original Kolomna Type 40-DM fue reemplazado por un Bazán-Caterpillar 3606, incrementando la potencia de 2.200 a 2.760 caballos de fuerza y permitiendo una velocidad económica de 12 nudos, con una autonomía estimada de 11.000 millas.

El Alerta desplaza unas 1.800 toneladas estándar y llega a 2.292 toneladas a plena carga, con una eslora de 76,3 metros y una manga de 12,1 metros. Su dotación es de 60 personas, de las cuales una parte importante corresponde a personal técnico especializado en la gestión y operación de los sofisticados sistemas ELINT (Electronic Intelligence). Estos sistemas permiten al buque operar en un amplio rango, incluyendo el análisis de señales electromagnéticas de 1 a 40 GHz, y ofrecen además la capacidad de aceptar materiales específicos o personal adicional de otras organizaciones militares cuando la misión lo requiere.

Desde su entrada en servicio en 1993, el Alerta ha desempeñado funciones de obtención y procesamiento de inteligencia técnica vinculadas, sobre todo, a la vigilancia de las actividades electrónicas en regiones del norte de África. Con base en Cartagena (Murcia) desde julio de 1993, la nave pertenece a la fuerza de acción marítima y participa activamente en el Programa Santiago, una iniciativa estratégica destinada a la captación y análisis de emisiones electromagnéticas e imágenes en zonas de interés para la seguridad nacional.