La demoledora frase con la que Juan Carlos rechazó el reinado de la infanta Elena: “Mi hija mayor no está en condiciones de reinar”

Con la futura publicación de las memorias del emérito, muchos episodios de la historia real de nuestro país están saliendo a la luz de nuevo

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El rey Juan Carlos y
El rey Juan Carlos y la Infanta Elena acuden a la entrega del Trofeo Xacobeo en el Real Club Náutico de Sanxenxo a 05 de Octubre de 2024 en Sanxenxo, Galicia (España). (Ángel Díaz Briñas / Europa Press)

El anuncio de la próxima publicación de las memorias de Juan Carlos I, tituladas Reconciliación, ha reabierto viejos episodios de la historia de la realeza española. A medida que se van conociendo adelantos del contenido, que saldrá a la luz a finales de año, muchos vuelven la vista atrás para repasar algunos de los momentos más significativos del pasado del exmonarca y su entorno familiar.

Entre estos recuerdos, inevitablemente resurge la figura de la infanta Elena, por quien Juan Carlos siempre ha manifestado un cariño especial. Su relación ha estado marcada por el afecto, la cercanía y un respeto mutuo que se ha mantenido firme incluso en los momentos más difíciles. Prueba de ello fue su firme posicionamiento junto a su padre tras su marcha a Abu Dabi en 2020, en contraste con la postura adoptada por su hermano, el rey Felipe VI.

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La Infanta Elena y el rey Felipe durante el acto central de celebración del 50º aniversario de Fundación Mapfre, en la Galería de Cristal del Palacio de Cibeles, a 12 de junio de 2025, en Madrid (España).(José Oliva / Europa Press).

Desde niña, Elena fue considerada una niña ejemplar, siempre atenta a sus responsabilidades institucionales a pesar de saber que, por la ley sálica entonces vigente, nunca podría heredar la Corona. Su sentido del deber no pasó desapercibido, aunque nunca se vislumbró en ella una ambición por reinar.

“No soportaría ser reina”

En una de sus entradas para la revista Lecturas, la periodista Pilar Eyre recordó que fue el propio Juan Carlos quien insistió en mantener el principio de preferencia masculina durante la redacción de la Constitución de 1978. Según escribió la periodista, el monarca se expresó con una frase contundente: “Mi hija mayor no está en condiciones de reinar”, unas palabras duras que, en opinión de Eyre, insinúan que pudo haber algún motivo personal o médico nunca revelado.

Juan Carlos I. (REUTERS)
Juan Carlos I. (REUTERS)

De haberse tomado otra decisión en aquel momento, el panorama de la monarquía española sería muy distinto hoy. Sin embargo, según Eyre, la propia infanta Elena nunca deseó ocupar ese lugar. Así lo manifestó en su juventud, en una conversación informal con amigos en la que confesó: “Rezo para que no le pase nada a Felipe, no soportaría ser reina”.

En sus memorias, Juan Carlos también deja claro el orgullo que siente por su hijo. La autora Laurence Debray, encargada de recoger su testimonio, señala que el emérito es “su mayor fan”, y que sigue atentamente su labor como jefe del Estado, leyendo cada mañana los periódicos y comentando su desempeño como rey.

Una vida llena de presiones

Más allá de la política, la vida de la infanta Elena ha estado salpicada por episodios personales marcados por la presión y la dificultad. Su abuela, doña María de las Mercedes, le inculcó el amor por los caballos, una pasión que ha mantenido viva y ha transmitido a su hija Victoria. No obstante, aquella relación también tuvo sus momentos difíciles: “Nunca será una buena amazona porque es demasiado grandota”, llegó a decir su abuela en tono crítico.

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La Infanta Cristina y la Infanta Elena, fotografías de archivo (Europa Press)

Desde su nacimiento, la presión por ser mujer en una familia que anhelaba un varón fue constante. Ya en su madurez, vivió con apremio la necesidad de casarse. Tras algunos romances que no prosperaron, contrajo matrimonio con Jaime de Marichalar. La relación estuvo marcada por numerosas dificultades, sobre todo tras el ictus que él sufrió en 2001. Durante su estancia en Nueva York para atenderlo, la infanta sufrió un aborto, una experiencia traumática que afectó profundamente su ánimo. Finalmente, el matrimonio terminó en divorcio en 2009.

Aunque no volvió a encontrar pareja, Elena ha aprendido a llevar su vida con independencia. Hoy, su círculo de amistades cercanas y el apoyo de su familia —especialmente el de sus hijos— son su mayor refugio. También mantiene una relación estrecha con su hermana, la infanta Cristina, a quien acompañó incondicionalmente durante su difícil separación de Iñaki Urdangarin.