Un padre “obsesionado con el Covid” escondió a sus hijos de 6 y 9 años: no saben leer ni escribir, usan pañal y nunca han ido al pediatra

Conocido como “el caso de los niños fantasma”, ya que no figuraban ni en el registro civil, ha conmocionado a un pequeño pueblo italiano

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Plaza en Lauriano y el
Plaza en Lauriano y el lugar en el que estaban recluidos Sven y Liam. (La Stampa)

A pesar de vivir en la colina de Lauriano, un pueblo de apenas 1.400 habitantes en la provincia de Turín, nadie en el lugar sabía de la existencia de Sven y Liam, dos hermanos de 9 y 6 años. Sus vidas se desarrollaban lejos de las miradas ajenas, ocultos en una antigua granja a la que solo se podía acceder por un largo sendero entre el bosque.

Tal como informan La Stampa y Corriere Torino, el aislamiento absoluto en el que crecieron fue descubierto solo por casualidad, tras una orden de desalojo vinculada a las inundaciones que afectaron a la región del Piamonte el pasado abril. Fue cuando los carabinieri localizaron a los menores, en el interior de la vivienda.

Las autoridades han revelado que los niños no sabían leer ni escribir y tampoco estaban inscritos en la escuela ni en el registro civil. Tampoco habían sido nunca atendidos por un pediatra. Ahora, un tribunal de menores los ha dejado en custodia de centros de los servicios sociales, considerando inadecuado el regreso con sus progenitores, como cabía esperar.

Los padres

El padre de los niños, un ciudadano holandés de 54 años y escultor de metales, explicó que la familia había residido en Alemania y que se encontraba en Lauriano desde hacía tres años. Según La Stampa, aseguró que los niños apenas llevaban en Italia un par de semanas y que su “educación alternativa” se realizaba mediante cursos en línea desde casa.

Caracterizado como en las películas de ‘Piratas del Caribe’, el actor ha estado con algunos de los niños ingresados en la planta de oncología del hospital madrileño. (Comunidad de Madrid)

Afirmó que tanto Sven como Liam contaban con sus propios ordenadores, juguetes y equipos musicales, además de practicar deportes como equitación y esquí durante el verano. El padre defendió que nunca hubo negligencia y que la familia decidió el aislamiento para proteger a los menores de enfermedades como el Covid-19 y posibles nuevos virus.

La madre, también de origen holandés y de 38 años, no se encontraba presente durante la intervención. Los informes de los servicios sociales concluyen que los niños vivían en condiciones higiénico-sanitarias precarias. Ambos seguían usando pañales pese a su edad. Sus profesionales procedieron inmediatamente a separar a los hermanos, ya que habían mostrado conductas agresivas entre sí.

El proceso

El tribunal de menores de Turín puntualiza en su resolución que las condiciones de aislamiento y falta de estímulos en el entorno familiar, así como la ausencia de la madre y la falta de cuidados adecuados del padre hacían inviable restituir la custodia. “De los reportes -se puede leer- se desprende que los menores carecen de asistencia idónea por parte de sus padres o parientes obligados a proporcionársela”.

La alcaldesa de Lauriano suscribe a La Stampa que ni ella ni los vecinos conocían la existencia de los niños ni de la familia. Describe al padre como una persona reservada, que no hablaba italiano y que rara vez se dejaba ver en el pueblo. Que llegó solo. Sí sabía que este hombre había hecho la vivienda autosuficiente a nivel energético e hídrico, lo que les permitió aislarse todavía más de la comunidad.

Agentes de los Carabinieri en
Agentes de los Carabinieri en un pueblo italiano. (Reuters/Antonio Parrinello)

El caso de los “niños fantasma”

Los servicios sociales han aportado a Sven y Liam atención sanitaria, acceso a la escolarización presencial y la regularización de sus documentos. En relación con la investigación en curso, se indaga acerca de cómo los niños, nacidos en Alemania, llegaron a Italia y permanecieron durante un periodo indeterminado en la vivienda sin que nadie en la comunidad lo supiera.

La defensa legal del padre alega que la decisión de criar a sus hijos alejados de la sociedad y sin contacto con los sistemas convencionales de educación y sanidad es legítima, así como que su prioridad era protegerlos de riesgos externos.

Los medios que han seguido el caso, que lo bautizan como el de los “niños fantasma”, relatan que este hombre “está obsesionado con el Covid y aterrorizado por los virus”, motivo por el que se habrían trasladado de Alemania a un bosque en Italia donde no tuvieran que salir de casa para persistir. “Lo que más nos preocupa ahora es que estos pequeños puedan tener al fin una vida digna”, dice la alcaldesa.