Un español cumple 10 años con un corazón mecánico y se convierte en el más longevo del país con este sistema: “Si le dais un abrazo al yayo, tened cuidado con la bandolera”

Desde la intervención, la rutina de Gervasio Ortiz ha dado un vuelco: ha celebrado sus bodas de oro rodeado de su familia, disfruta a diario de sus nietos y participa como cualquier otro abuelo en su educación y ocio

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Gervasio Ortiz recibió su corazón
Gervasio Ortiz recibió su corazón mecánico hace 10 años. (Hospital Universitario y Politécnico La Fe/ Facebook)

El Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia ha marcado un hito en la medicina española al celebrar 10 años desde el implante de un corazón mecánico en Gervasio Ortiz, un vecino de Elche que acaba de convertirse en el paciente con mayor supervivencia con este dispositivo en España.

Ortiz, que lleva desde julio 2015 conviviendo con un Dispositivo de Asistencia Ventricular Izquierda (LVAD), ha sido protagonista de la jornada ‘LVAD: 10 Años con mi corazón mecánico’, una cita organizada en el hospital valenciano para analizar los avances y la experiencia acumulada en el uso de esta tecnología. El evento ha servido, al mismo tiempo, para visibilizar el impacto que estos dispositivos han tenido en la calidad de vida y la longevidad de las personas con insuficiencia cardíaca severa.

Una década con plena autonomía

La Fe se ha posicionado, gracias a historias como la de Gervasio Ortiz, como referente nacional en asistencia mecánica circulatoria. Este paciente, que recibió hace una década el modelo ‘HeartWare’ de corazón mecánico, ha podido experimentar una significativa recuperación de la calidad de vida habitual en situaciones tan complejas.

Imagen del paciente Gervasi Ortiz
Imagen del paciente Gervasi Ortiz de La Fe, en Valencia. (Europa Press)

Desde la intervención, la rutina del paciente ilicitano ha dado un vuelco: ha celebrado sus bodas de oro rodeado de su familia, disfruta a diario de sus nietos y participa como cualquier otro abuelo en su educación y ocio. Acompaña a los pequeños al parque, asiste a sus juegos e incluso participa puntualmente en los partidos de fútbol familiares.

Su entorno familiar ya conoce también las actividades necesarias para cuidar del aparato y su funcionamiento. El nieto mayor aconseja al resto que, al mostrarle cariño, estén atentos: “Si le dais un abrazo al yayo, tened cuidado con la bandolera”. El dispositivo, que funciona con baterías recargables y está permanentemente conectado a través de un cable abdominal a un pequeño ordenador portátil, ha facilitado que Ortiz pueda vivir de forma prácticamente autónoma, controlando la enfermedad desde casa con el soporte médico adecuado.

Evolución de la tecnología: menos invasiva y más segura

Los modernos corazones mecánicos implantados en La Fe, como el ‘HeartWare’ y el ‘HeartMate 3’, utilizan tecnologías avanzadas de levitación magnética. Esto significa que emplean imanes para mantener las piezas internas en suspensión y sin contacto, lo que previene el desgaste y contribuye a una mayor durabilidad y fiabilidad del sistema. Estos dispositivos se sitúan en la parte baja izquierda del órgano, siendo responsables de impulsar la sangre directamente hacia la aorta y, por lo tanto, manteniendo la circulación sanguínea estable.

Foto de archivo de una
Foto de archivo de una cirugía cardíaca en el Hospital de Bellvitge, en Cataluña. (Europa Press)

Uno de los retos iniciales de estos tratamientos residía en reducir las complicaciones asociadas a la cirugía y a la adaptación del cuerpo al dispositivo. Tal y como ha explicado el coordinador de Asistencia Mecánica Circulatoria, Salvador Torregrosa, en los últimos años se han producido avances significativos, como la incorporación de técnicas mínimamente invasivas, que han permitido disminuir la necesidad de transfusiones y mejorar los resultados postoperatorios.

Desde que el hospital realizó en 2014 el primer implante de corazón mecánico en el sistema público español, se han realizado 33 intervenciones de este tipo. El seguimiento a largo plazo y la experiencia acumulada han demostrado la eficacia y la durabilidad de estos dispositivos, ahora empleados no solo como puente al trasplante, sino también como tratamiento definitivo para quienes no pueden recibir un órgano donante.

Más supervivencia con un nuevo corazón

El éxito de casos como el de Ortiz es posible gracias al trabajo de un equipo multidisciplinar, integrado por especialistas en Cirugía Cardíaca, Cardiología, Anestesia, Medicina Intensiva y Hematología, entre otras disciplinas. Estos profesionales, junto con el personal de enfermería, llevan a cabo un seguimiento estrecho de cada paciente desde el momento de la implantación.

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El impacto de la tecnología LVAD ha sido especialmente notable en la supervivencia de los pacientes con insuficiencia cardíaca terminal. Las estadísticas del hospital indican que, mientras antes del uso de estos dispositivos la supervivencia a dos años apenas alcanzaba el 8% con tratamiento farmacológico, la implementación de los corazones mecánicos ha elevado esa cifra a casi el 80%.

*Noticia elaborada con información de Europa Press