Cómo quitar el agua de la piscina del oído: 12 técnicas para acabar con este problema

El agua puede acabar ocasionando una infección de oído

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Agua en el oído. (Freepik)
Agua en el oído. (Freepik)

En verano, son muchas las horas que pasamos a remojo en la piscina, saltando, nadando y jugando. El problema es que, en muchas ocasiones, acabamos con los oídos repletos de agua y con una sensación de cosquilleo continúa que puede acabar extendiéndose a la mandíbula o la garganta. Es posible que, incluso, no escuchemos bien o sólo sonidos débiles. Normalmente, con un par de saltos hacia un lado, el líquido se acaba drenando solo, pero si no es así, puede acabar ocasionándonos una infección de oído.

Qué es el oído de nadador

Si el agua se nos queda en el oído, nos puede acabar provocando una infección conocida como el oído de nadador, que va desde el tímpano hasta la parte externa de la cabeza, tal y como explican desde la Clínica Mayo. Cuando esto ocurre, tenemos una sensación rarísima y sólo queremos quitarnos ese líquido, pero introducir los dedos, hisopos de algodón u otros objetos en los oídos también puede provocar esta afección, ya que se daña la capa delgada de la piel que recubre el conducto auditivo. En general, esta infección se puede tratar con gotas.

Una piscina privada por cada tres habitantes: estos son los municipios madrileños donde los vecinos se refrescan mucho mejor en verano.

Cómo quitar el agua del oído

La revista Healthline propone 12 técnicas caseras y sencillas para poner fin a esta sensación.

Sacude tu lóbulo

Este método consiste en agitar el agua hasta hacerla drenar del oído de inmediato. Sacude o frota suavemente tu lóbulo mientras inclinas tu cabeza hacia abajo y hacia tu hombro.

Aprovecha la gravedad

Una de las formas más sencillas de eliminar agua del oído es dejar que la gravedad actúe. Recuéstate de lado, con la cabeza apoyada sobre una toalla para absorber el líquido. Permanece así durante varios minutos. Si el agua no está profundamente atrapada, podría salir por sí sola poco a poco.

Genera un vacío con la mano

Este método consiste en crear un vacío para facilitar la expulsión del agua. Inclina la cabeza hacia un lado y presiona suavemente la palma de tu mano contra el oído, formando un sello. Luego, realiza movimientos firmes hacia atrás y hacia adelante, retirando la mano al final de cada presión para generar succión. Finalmente, inclina la cabeza hacia abajo para favorecer el drenaje del líquido.

Usa un secador de pelo

El aire caliente puede ayudar a evaporar el agua atrapada en el canal auditivo. Coloca el secador en el nivel más bajo de calor y velocidad. Mantén una distancia de unos 30 centímetros entre el aparato y el oído, y muévelo lentamente hacia adelante y hacia atrás. Mientras tanto, tira suavemente del lóbulo de la oreja para facilitar la entrada del aire.

Aplica una mezcla de alcohol y vinagre

El alcohol ayuda a evaporar el agua y previene el crecimiento bacteriano, mientras que el vinagre puede disolver posibles residuos de cera que estén obstruyendo el canal. Mezcla partes iguales de alcohol y vinagre. Con un gotero estéril, aplica de tres a cuatro gotas en el oído afectado. Masajea suavemente la parte externa del oído, espera unos 30 segundos e inclina la cabeza hacia un lado para permitir que la solución se drene. No debes utilizar este método si tienes: infección del oído externo, perforación del tímpano o presencia de tubos de ventilación.

Gotas para limpiar el oído

Algunas gotas que se venden en farmacias pueden ayudar a eliminar los restos de cera que podrían estar atrapando el agua dentro del oído. Suelen tener una mezcla de agua oxigenada y urea. No se recomienda su uso si se tiene: infección del oído externo, perforación del tímpano o presencia de tubos de ventilación.

Usar aceite de oliva

El aceite de oliva puede ayudar a expulsar el agua y a prevenir posibles infecciones. Calienta un poco de aceite en un recipiente (debe estar templado, no caliente). Usa un gotero limpio para poner unas gotas en el oído afectado. Después túmbate del lado contrario durante unos 10 minutos. A continuación, siéntate e inclina la cabeza para que el aceite y el agua salgan.

Más agua para sacar el agua

Aunque parezca contraproducente, echar un poco más de agua puede ayudar a liberar la que ya está atrapada. Con la ayuda de un gotero limpio, añade unas gotas de agua al oído mientras estás recostado de lado. Espera cinco segundos y luego gira la cabeza hacia el lado contrario, dejando que el agua salga.

Gotas de venta libre

En farmacias también puedes encontrar gotas especiales para los oídos sin receta. Suelen estar hechas a base de alcohol y sirven para secar la humedad, prevenir infecciones y limpiar restos de cera.

Bosteza o mastica chicle

Comer chicle. (Imagen Ilustrativa Infobae)
Comer chicle. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Cuando el agua se queda atascada en las trompas de Eustaquio —los conductos que conectan el oído medio con la parte trasera de la nariz—, mover la mandíbula puede ayudar a abrirlas. Bostezar o masticar chicle alivia la presión y facilita que el líquido atrapado se libere.

Haz la maniobra de Valsalva

Esta técnica consiste en ejercer una presión suave desde el interior para abrir las trompas de Eustaquio. Respira profundamente, cierra la boca y aprieta con los dedos ambas fosas nasales. Luego intenta soplar el aire por la nariz suavemente, sin forzar. Si escuchas un leve “pop” en los oídos, significa que se han abierto. Es importante no soplar con demasiada fuerza, porque se podría dañar el tímpano.

Usar vapor

El vapor caliente puede ayudarte a descongestionar las trompas de Eustaquio y permitir que el agua atrapada salga del oído medio. Puedes darte una ducha caliente o inhalar vapor de un recipiente con agua. Llena un bol grande con agua recién hervida, cúbrete la cabeza con una toalla e inclínate sobre el vapor durante unos 5 a 10 minutos. Después, inclina la cabeza hacia el lado afectado para facilitar el drenaje.