Cari Lapique afronta su verano más duro tras la muerte de su marido, Carlos Goyanes, y su hija, Caritina Goyanes

La empresaria pasará la temporada estival rodeada de sus grandes apoyos, su hermana Myriam y sus amigas, según ha contado a ‘Vanitatis’

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Cari Lapique en una imagen
Cari Lapique en una imagen de archivo (Europa Press)

El tiempo no ha curado las heridas que han marcado a algunas familias, pero sí las ha hecho más llevaderas. Así lo ha manifestado Cari Lapique, quien ha afrontado uno de los momentos más difíciles de su vida tras la pérdida inesperada de dos de sus seres más queridos. En agosto del año pasado, ha fallecido en su residencia de Marbella su esposo, Carlos Goyanes, y pocos días después ha muerto su hija Caritina. La noticia de ambos fallecimientos ha generado una profunda conmoción en el entorno mediático y un impacto innegable en su círculo más cercano.

No obstante, parece ser que este verano ha traído cambios significativos en la vida de la matriarca de los Goyanes Lapique. Marbella, tradicionalmente el punto de reunión y respiro familiar durante los meses estivales, no será el centro de operaciones en esta ocasión. La empresaria ha decidido evitar aquellos lugares cargados de recuerdos difíciles y dividir el verano entre Mallorca y Sotogrande, en Cádiz, según ha revelado a Vanitatis.

En Mallorca, se refugiará en el chalet de su hermana Myriam, que ha estado a su lado tanto en los momentos de dolor como en la lenta recuperación emocional. Mientras que en Sotogrande, se rodeará del apoyo de sus amigas, quienes también han sido actoras fundamentales en el proceso de duelo.

Cari Lapique, acompañada por su
Cari Lapique, acompañada por su hija Carla Goyanes. (Fredy Torra / Europa Press)

Retomando su día a día paulatinamente

De manera paulatina, Cari Lapique ha retomado cierta normalidad, centrando su vida en el cuidado de sus nietos, especialmente de los hijos de Caritina. Las dos familias han vivido en diferentes pisos del mismo edificio, lo que ha facilitado que la “abuelona”, como la llaman, se implicara en el día a día de los niños. Estas tareas cotidianas le han permitido canalizar el dolor y encontrar sentido en la rutina, como ella misma ha reconocido a la ya citada publicación. El apoyo de su hermana Myriam ha sido decisivo, así como el consuelo constante brindado por amistades de toda la vida.

De acuerdo con la información manejada por la ya citada publicación, Cari, junto a su grupo de amigas, viajó a Marruecos en julio, retomando costumbres que en otros tiempos formaban parte de su agenda habitual y que han adquirido un nuevo significado tras la pérdida. Marruecos ha sido solo uno de los destinos, igual que otros incluidos en el catálogo de la agencia Nuba, especializada en viajes a medida, de la que Cari Lapique ha sido imagen destacada. Su vinculación con el mundo de los viajes no ha cesado, contribuyendo a mantener su ocupación y alejamiento de pensamientos tristes.

Al mismo tiempo, Cari Lapique ha vuelto a implicarse en actividades laborales. Ha integrado el equipo de los showroom multimarca Yowe, gracias a la invitación de las hermanas Yolanda y Beli, fundadoras de este espacio. El regreso paulatino al trabajo ha supuesto para ella una vía para recuperar cierta estabilidad y mantener activo su entorno social.

Cari Lapique (Europa Press)
Cari Lapique (Europa Press)

Marbella ha representado históricamente el epicentro de la familia Lapique-Goyanes durante los veranos. Aunque Carla ha sido la única de las hermanas que no contaba con un chalet propio en Guadalmina, siempre ha intentado pasar parte del verano o la Semana Santa en la Costa del Sol con su esposo e hijos. Para la familia, Guadalmina no ha sido solo un lugar de veraneo, sino una parte esencial de la memoria familiar. Y es que Manuel Lapique Quiñones, abuelo de Cari, fundó en 1952 el club social y el hotel Guadalmina Golf, convirtiendo este enclave en punto de encuentro desde la adolescencia de las hermanas Myriam y Cari.

Con el tiempo, Cari Lapique y Carlos Goyanes fueron parte de la vida social de Marbella, especialmente en los años 80 y 90, convirtiéndose en figuras recurrentes en las fiestas y eventos a los que la prensa local y las revistas dedicaban especial atención. Al mismo tiempo, la familia creció verano tras verano, han llegado los nietos y con ellos nuevas generaciones de amigos compartiendo experiencias propias de la historia familiar Goyanes Lapique. A pesar de la fortaleza demostrada, Cari Lapique ha reconocido que Guadalmina continúa siendo un lugar lleno de recuerdos que hacen difícil cualquier estancia.