Arreglan, limpian y ponen a punto un Chevy Bel Air para darle una sorpresa a su propietario de 90 años que llevaba años en silla de ruedas y en una residencia

Un equipo de especialistas encontró el coche cubierto de polvo tras décadas parado y decidió restaurarlo por completo para emocionar a su dueño, que no lo veía relucir desde hace más de medio siglo

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El anciano propietario del vehículo
El anciano propietario del vehículo al verlo restaurado (@wd.detailing)

Un nonagenario de Ohio dejó por un día la rutina de su residencia geriátrica para reencontrarse con su viejo Chevrolet Bel Air de 1957, recién rescatado del polvo y el óxido tras más de medio siglo de abandono. El reencuentro, grabado y difundido por el canal WD Detailing, se ha convertido en uno de los vídeos virales del verano: la emoción del propietario al ver relucir el coche con el que un día cortejó a su esposa ha conquistado a medio millón de usuarios en cuestión de horas.

A sus 90 años, el protagonista llevaba décadas sin tocar el volante. El Bel Air había quedado aparcado en un granero familiar, protegido por la penumbra y una gruesa capa de polvo. Al encontrarlo, los especialistas de WD Detailing advirtieron que el barniz original apenas se apreciaba y que el interior olía a moho rancio. Aun así, el chasis permanecía sorprendentemente íntegro y la tapicería, aunque cuarteada, conservaba las costuras originales de fábrica, un tesoro para cualquier amante de los clásicos, como recoge Supercar Blondie.

Un tesoro oculto bajo el polvo

La operación comenzó con un lavado a presión para desprender décadas de tierra solidificada. Luego llegó la descontaminación a base de arcilla y el pulido en dos etapas, proceso que devolvió el brillo a la carrocería bicolor. “Parecía mentira que siguiera roja”, comentaba uno de los técnicos mientras medía con el espesorímetro las capas de pintura originales. El interior requirió otro tanto: cuero hidratado, cromados pulidos y un vapor a alta temperatura para exterminar las bacterias alojadas en las alfombrillas. “Ha sido un buen coche, fue una buena compra”, recordaba el propietario ante las cámaras, como si hablara de una vieja amistad.

El anciano dentro de su
El anciano dentro de su coche restaurado (@wd.detailing)

El trabajo culminó con la reinstalación de las aletas traseras –desmontadas para el pulido– y la aplicación de una cera sintética diseñada para coches de exposición. Toda la intervención, valuada en unos 4.000 dólares, fue sufragada por la propia empresa de detallado y varios seguidores del canal. “Queríamos devolver a la carretera un pedacito de historia y, de paso, rendir homenaje a su dueño”, explicaba el cofundador del taller, que ya se ha hecho célebre por limpiar vehículos “abandonados y olvidados” en la América rural.

Con el motor puesto a punto por un mecánico local –sólo necesitó bujías nuevas, cambio de aceite y gasolina fresca–, el Bel Air volvió a rugir como en 1957. Al escuchar el V8 arrancar a la primera en la entrada de la residencia de ancianos en la que reside, el hombre apretó los puños y contuvo las lágrimas. “Habéis hecho un trabajo estupendo”, alcanzó a decir antes de palpar el volante de baquelita, igual que medio siglo atrás, cuando cada fin de semana era una excusa para salir a la carretera estatal 42 y presumir de coche recién estrenado.

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Para WD Detailing la historia no acaba aquí: el equipo planea exhibir el Bel Air en la próxima feria de clásicos de Columbus y, si la salud del propietario lo permite, volver a sentarlo al volante para un pequeño recorrido de homenaje. “Es la prueba de que un coche es mucho más que metal; es un contenedor de recuerdos”, declaró uno de los restauradores, mientras el abuelo asentía despacio y acariciaba el emblema cromado del capó.