Un pueblo de Valencia cierra su piscina por la presencia de heces: “No toleraremos comportamientos que atenten contra nuestra salud”

El Consistorio trabaja en la desinfección de la piscina, que por el momento se desconoce cuándo reabrirá

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Imagen de archivo de bañistas
Imagen de archivo de bañistas en una piscina pública española. EFE/Luis Tejido

En una de las semanas más calurosas del año, los vecinos de Carcaixent, en Valencia, se han quedado sin su piscina municipal: el Ayuntamiento se ha visto obligada a clausurarla de forma temporal tras detectar la presencia de heces en el agua. Esta “conducta incívica” dejará sin este refugio climático a los más de 20.000 habitantes de la localidad, sin que se conozca todavía fecha de reapertura.

Según ha comunicado el Consistorio en redes sociales, el lunes se detectó “presencia de restos fecales en el agua” de la piscina, lo que ha obligado a clausurarla temporalmente. “Hemos abierto una investigación para intentar identificar al responsable de esta conducta incívica, con el objetivo de aplicar las sanciones oportunas conforme a la normativa vigente”, han aseverado en el comunicado.

Se desconoce el autor de los hechos denunciados, pero el Ayuntamiento ha asegurado que no tolerará “comportamientos que atenten contra nuestra salud y bienestar colectivos”. Han lamentado tener que cerrar la piscina municipal, si bien explican que “es esencial para garantizar la seguridad de todos los usuarios”. “Se trata de una situación excepcional que, según el protocolo de salud, requiere el cierre inmediato y la aplicación de un tratamiento de choque del agua, según lo marcado por las autoridades sanitarias”, han explicado.

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Captura de pantalla de la comunicación del cierre de la piscina de Carcaixent, Valencia. (Instagram)

Riesgos de los restos fecales en el agua

La presencia de heces en piscinas no es tan extraño como parece: un estudio realizado en Estados Unidos en piscinas públicas durante la temporada de verano confirmó que los nadadores introducen restos fecales en el agua con frecuencia, dando positivo más de la mitad de las analizadas.

La contaminación fecal de las piscinas “suponen un riesgo para la salud pública”, han aseverado desde el Ayuntamiento de Carcaixent. Según publicó Raúl Rivas González, miembro de la Sociedad Española de Microbiología, en The Conversation “bastan alrededor de unos 0,14 gramos de materia fecal, una cantidad similar a unos pocos granos de arena, para contaminar una piscina. Por eso las personas enfermas con diarrea no deben bañarse”.

El principal peligro que presenta para la salud es la Escherichia coli (E.coli), una bacteria que puede causar enfermedades como gastroenteritis, y en los casos más graves, síndrome hemolítico-urémico. También pueden aparecer parásitos como Cryptosporidium, principales responsables de la mayoría de las enfermedades gastrointestinales transmitidas por agua contaminada y alimentos a nivel mundial.

“Queremos recordar que la irresponsabilidad de unos pocos perjudica a todos los ciudadanos. Hacemos un llamado al respeto por los espacios públicos y por el resto de usuarios para que todos podamos disfrutarlos en las mejores condiciones”, han expresado desde el Ejecutivo local, que ha asegurado que “la salud y la seguridad de las personas” siempre será su prioridad.

El Consistorio llevará a cabo “todas las acciones necesarias para restaurar condiciones higiénicas óptimas” durante los próximos días y ha lamentado las molestias que pueda causar el cierre de la piscina, que todavía no se sabe cuánto durará. Según el medio especializado Higiene Ambiental, en casos de presencia de heces en piscinas, se debe realizar un trabajo de filtración y coagulación del agua, así como una desinfección secundaria con UV u ozono y la supercloración puntual.