No tires tu crema de protección solar caducada, te puede servir para otra cosa: la segunda vida del protector en casa

Aunque su eficacia para proteger la piel ya no esté garantizada, este producto puede ser muy útil para el mantenimiento de superficies de cuero

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La crema solar puede tener
La crema solar puede tener una segunda vida (OCU)

El protector solar es uno de los productos más importantes para el verano. También de los más duraderos. Las familias lo compran y muchas veces no lo gastan del todo. De un año para otro, el bote puede continuar en el armario o la bolsa de playa, listo para usarse el siguiente verano.

No obstante, es importante recordar que los protectores solares también caducan, perdiendo sus efectos ante el sol. Antes de usarlo, lo primero, es asegurarse de que la fecha de expiración no ha vencido. Usar una crema solar caducada significa, no solo una menor protección ante los rayos UV, sino también un riesgo mayor en la aparición de dolorosas quemaduras o enfermedades de la piel.

La piel es el órgano más extenso del cuerpo, y más visible a las condiciones ambientales del exterior. Por ello, requiere de unos cuidados específicos, especialmente si nos encontramos en zonas de playa o vamos a pasar mucho tiempo expuestos al sol.

Sin embargo, en el caso de que tu crema solar esté caducada, tal vez, tirarla no sea la mejor alternativa.

Una segunda oportunidad para la crema solar

Si bien es cierto que, en el caso de que esté caducada, la crema solar ya no puede emplearse de la misma manera, han surgido otras opciones que ofrecen una segunda vida a estos productos.

Según informa la Cadena Ser, aunque su eficacia para proteger la piel ya no esté asegurada, este producto puede ser muy útil para la conservación de superficies de cuero.

(Imagen Ilustrativa Infobae)
(Imagen Ilustrativa Infobae)

El cuero de unos zapatos o un cinturón, es similar a la piel de las personas. Se trata de un material orgánico que surge a partir de la piel de los animales, principalmente las vacas. A través de un proceso de curtido, el cuero se constituye como la transformación de la piel animal en un producto duradero, donde intervienen fibras de colágeno y una limpieza exhaustiva con sales minerales, que lo vuelven muy resistente.

Como es similar a la piel de las personas, al exponerse al sol, también puede sufrir las mismas consecuencias, entre ellas, agrietarse ante la luz intensa continuada o resecarse.

Por otro lado, la composición de la crema solar guarda un secreto que muy pocos conocen: contiene aceites emolientes e ingredientes hidratantes que ayudan a nutrir, suavizar y proteger, tanta la piel humana como el cuero.

Es precisamente, esa similitud compositiva entre la piel humana y el cuero, la que hace que la crema solar sea un producto capaz de nutrir y reparar sus desperfectos, o su condición vulnerable ante el sol.

Con solo una pequeña cantidad de protector solar caducado y un paño para aplicarlo, zapatos, bolsos, sofás, cinturones y demás objetos de cuero, pueden recuperar su esplendor, puliendo pequeños fallos.

Asimismo, a pesar de perder gran parte de su capacidad de protección, aún puede servir para evitar la pérdida de color de los muebles expuestos a la luz natural.

Consejos y prevención

Sin embargo, es importante actuar con prudencia. No todos los protectores solares son efectivos. Al fin y al cabo se trata de un consejo casero que si bien puede ofrecer muchos beneficios a tus objetos de cuero, también pueden causar el efecto contrario. Hay determinadas cremas, acompañadas de otras sustancias como maquillaje, BB cream o polvos selladores, que tal vez no deban de ser usadas en otras superficies. En estos casos se recomienda precaución a la hora de utilizar el producto.

Lo mejor, tal vez, sea probar, primero, en pequeñas superficies que nos puedan orientar de los efectos o síntomas que experimenta el cuero ante determinados productos.

Además, en caso de que no te atrevas a utilizar la crema solar, siempre podrás acceder a los productos clásicos que tratan el cuero con mimo. Los jabones especializados o el betún, para los zapatos, son algunos de los productos más conocidos y que mejores resultados dan.