Von der Leyen planea aumentar la importancia de la Organización Mundial de Comercio frente a la guerra arancelaria de Trump: funciones y objetivos de esta alianza

La presidenta de la Comisión Europea busca otros acuerdos comerciales ante la batalla comercial con Estados Unidos

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Ursula von der Leyen y
Ursula von der Leyen y Ngozi Okonjo-Iweala. (Marin/Reuters)

La Unión Europea busca nuevas vías comerciales con las que subsanar el daño causado por la guerra arancelaria frente a Estados Unidos. Uno de los principales acuerdos que están cerca de alcanzarse es con Mercosur, la organización de países sudamericanos. Ahora, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, ha planteado además revitalizar las relaciones con la Organización Mundial de Comercio (OMC).

La presidenta del Ejecutivo trasladó esta propuesta a los líderes de los Estados miembros durante la cumbre europea de este jueves en Bruselas. La Comisión cuenta con la colaboración con los países del Acuerdo Transpacífico, que incluye a naciones como Japón, Australia, Chile y México.

En principio, esta alianza no cuenta con Estados Unidos, pues abandonó el Acuerdo de Asociación Transpacífico. De esta forma, se convierte en una oportunidad para encontrar colaboraciones comerciales que puedan sustituir las pérdidas provocadas por los aranceles impuestos por Donald Trump.

Von der Leyen: los nuevos aranceles de EEUU son "un duro golpe para la economía mundial".

Funciones de la OMC

La OMC tiene la función principal de facilitar el comercio internacional mediante la creación de un marco de normas comunes para sus países miembros. Actúa como un espacio en el que los gobiernos negocian acuerdos destinados a reducir obstáculos al comercio, asegurar condiciones equitativas para todos o resolver disputas comerciales.

De este modo, la OMC busca fomentar la estabilidad y las relaciones comerciales internacionales. La Comisión Europea ha planteado la necesidad de aprender de los “errores cometidos en el pasado con la OMC”. Actualmente, la Organización Mundial del Comercio atraviesa una crisis significativa. Continúa operando bajo la dirección de la nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala, pero uno de sus órganos más relevantes, el mecanismo de solución de diferencias, permanece bloqueado.

Esta situación se originó por la negativa de Estados Unidos a nombrar nuevos jueces para este órgano desde 2017. El nombramiento de los magistrados requiere unanimidad y están llamados a ejercer durante un periodo de cuatro años renovable. Al persistir Estados Unidos en su rechazo a participar en este proceso, el órgano se ha debilitado.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en el Foro Económico Mundial, en Davos, Suiza.

Objetivos de esta colaboración

Ursula von der Leyen cree haber encontrado un espacio de crecimiento. Expresó la importancia de demostrar que el libre comercio basado en normas sigue siendo viable en un entorno internacional amplio. Además, propuso un compromiso efectivo con el CPTPP, la asociación que agrupa a Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.

En su opinión, la opción “más atractiva e interesante” viene de los miembros del CPTPP, es decir, con los países asiáticos. “Creo que es un proyecto en el que deberíamos comprometernos, porque el CPTPP y la Unión Europea son poderosos. Así que, en primer lugar, es la Unión Europea la que tiene que gestionar esto con el CPTPP”, concluyó.

Los países miembros de esta organización tienen potenciales muy altos, pues en ella se encuentran naciones como Japón o Australia, que son potencias económicas y con una gran relevancia productora. La posibilidad de alcanzar pactos comerciales con ellos puede ser una de las vías más efectivas para superar las debilidades ocasionadas con la pérdida de EEUU como socio clave, si finalmente no se llega a un acuerdo con Donald Trump.