Una pareja de jubilados muere en un accidente, su perro escapa del coche en llamas y el pueblo se moviliza para encontrarlo: “Se refugió donde pudo”

El pasado domingo, al mediodía, la pequeña localidad de Livernon, en Francia, sufrió una conmoción por un fatal accidente de tráfico en el que murió un matrimonio de jubilados. Fue una colisión entre dos vehículos de gran violencia, quedando uno de ellos, el de los fallecidos, calcinado. Para asombro de las primeras personas que pudieron acceder al lugar, de entre las llamas escapó una pequeña bola de pelo blanca, el perro de la pareja, que salvó la vida, informa La Dépêche.

Pero, tan rápido como se alejó del vehículo, desapareció. La atención se centraba en los coches sinestrados, pero poco podían hacer los lugareños que no estuvieran ya intentando las fuerzas de seguridad, los bomberos y los sanitarios, de modo que otro foco fue la búsqueda del animal. La batida ocupó a varias personas alrededor de la zona. La familia de los fallecidos, enterada de esto, pidió ayuda para poder localizarlo y darle una nueva casa.

Y finalmente apareció, no muy lejos. “Se refugió donde pudo, a un centenar de metros del lugar del accidente”, según las autoridades; asustado, desorientado. Lo encontró un agricultor en unos terrenos. Se trata de un cotón de Tulear, familia del bichón. El animal no salió ileso del todo y presentaba algunas quemaduras en su cuerpo. El perro fue trasladado de inmediato a un veterinario en una localidad cercana, donde curaron sus heridas y dejaron en observación.

Los allegados del matrimonio están destrozados después de lo sucedido, pero han acogido al animal como pequeño consuelo. Era quien les acompañaba y les hacía el día a día más llevadero. Ahora, es él el que necesita compañía y seguir pese al trauma vivido.

En este caso, no fue necesaria la intervención de ninguna organización en relación con el perro. No son pocos los casos en los que estos animales pierden a su dueño y no hay quien pueda hacerse cargo. El protocolo comienza por la policía y continúa en las protectoras. Los animales acaban en refugios junto con otros compañeros que tampoco han tenido demasiada suerte, muchos abandonados, pero donde reciben un trato digno. Permanecen en custodia hasta que, con fortuna, son adoptados para iniciar una segunda vida.

En España, la Ley 7/2023 de Protección de los Derechos y Bienestar de los Animales regula este proceso y determina que los animales deben ser protegidos y se buscará siempre una adopción antes que otras medidas. En otras legislaciones y según la capacidad de estos refugios, la solución puede ser el sacrificio. Como cuentan trabajadores de estos centros, estos animales sufren traumas, necesitan cariño y deberían ser prioritarios antes que acudir a cachorros puestos en el mercado.

En el caso del cotón de Tulear, se trata de una raza muy apropiada para la compañía, para los hogares pequeños. Tienen mucho apego con sus dueños, de los que son casi una sombra. Según portales especializados, no exigen de una excesiva actividad física más allá de los paseos diarios, lo que los hace propicios para personas mayores. Sí necesitan atención y cuidado con su pelaje, que los hace parecer una bola de algodón.