Un desencuentro en ‘First Dates’ corta el ambiente de una cita: “Yo mi Andalucía no la cambio”

La cita entre Estefanía y Rodrigo en el restaurante de First Dates comenzó con una chispa, pero terminó en desencuentro. A pesar de compartir el mismo territorio de residencia, sus opiniones sobre los lugares donde han vivido se convirtieron en un terreno de fricción que desbarató cualquier posibilidad de conexión emocional.

Estefanía, de 42 años, fue la primera en llegar. Natural de Cataluña, aunque actualmente afincada en Motril (Granada), se mostró como una mujer extrovertida, apasionada por los tatuajes desde el nacimiento de su primer hijo, cuyo nombre fue el primero que se marcó en la piel, y que hoy acumula unos 150. No obstante, en el amor no le ha ido muy bien. Y es que cuando comienza una relación con alguien, “le encuentro algo que digo ‘No compagina conmigo’”. Por eso, tiene claro lo que busca: una pareja risueña, a la que le guste reírse todo el tiempo, y que la impresione físicamente.

Su cita, Rodrigo, se mostró impactado al verla. Él vive en Jaén, y aunque lleva años en Andalucía, pasó más de una década en Barcelona, algo que, en principio, parecía ser un punto en común con Estefanía. Sin embargo, esa coincidencia geográfica pronto reveló diferencias profundas en la manera en que ambos entienden la pertenencia, la cultura y las raíces.

Las raíces no solo definen un lugar en el mapa, sino también un espacio emocional desde el que las personas construyen su identidad. De esta manera, cuando Rodrigo le comentó a su cita que había vivido entre los 23 y los 35 en Barcelona y después se había afincado en Jaén, por amor a su tierra, ha tenido el primer encontronazo con Estefanía. Y es que, la catalana es defensora de la vida libre, siendo su sueño viajar en autocaravana y asentarse en las Islas Canarias en cuanto tuviera oportunidad: “Ahí no me va a detener nada”, asegura.

Este hecho, que no ha convencido a Rodrigo, ya que no quiere salir de la península, se ha sumado a la disputa por el idioma y el acento: “Se me ha pegado el acento motrileño, pero cuando vine de Cataluña no tenía acento catalán porque donde vivimos nosotros no se habla el catalán íntegro", ha afirmado la soltera. Su acompañante, en cambio, a pesar de hablar catalán, lo ha tenido claro siempre. “He chocado mucho con la gente por eso. Tienen una cultura contraria a los andaluces. Yo mi Andalucía no la cambio porque tenemos el corazón de otra manera”.

Ese comentario no sentó bien a Estefanía, quien más tarde comentó a solas: “Entiendo que lo diga porque entiendo las mentes cerradas. Que es amor y devoción, pero hay un mundo entero”. Asimismo, ha explicado que ella no termina de encajar en ciertos entornos porque “les cuesta. Se quedan apalancados, no disfrutan de una guitarra en la calle y yo vengo de una zona así”.

Cuando mencionó que era de Badalona, Rodrigo no dudó en ofrecer su visión sin filtro: “Badalona es muy ‘agitanao’, deja un poco que desear. La gente tira las cosas por ahí... Está muy sucio, yo lo veo muy sucio”. Estefanía, visiblemente contrariada, le replicó de inmediato: “Yo soy de ahí ¡No digas eso!”. Rodrigo, sin embargo, se justificó al decir: “No tengo pelos en la lengua”, dando a entender que no se cortaría en decir lo que piensa.

Sin embargo, los solteros estuvieron de acuerdo en una cosa. En la decisión final, han concluido en que no están hechos el uno para el otro: “Yo tendría una segunda cita con Rodrigo para ir a comer, para ir allí a Jaén o donde tenga la feria. Pero no pegamos ni con cola, no congeniamos”, ha afirmado Estefanía. Rodrigo, por su parte, ha coincidido con ella en su decisión.