Un 46% de los hombres piensa que sería capaz de aterrizar un avión: los pilotos (reales) opinan sobre este debate

Aunque parezca una simple plataforma para ver vídeos, TikTok, en ocasiones, se convierte en escenario para peculiares experimentos sociales. Hace un tiempo, se viralizó una pregunta en la red social: “¿Crees que serías capaz de aterrizar un avión si tu vida dependiera de ello?”. Una cuestión a la que los hombres contestaban haciendo alarde de esa seguridad que suelen tener para todo y, claramente, decían que sí. Las mujeres, en cambio, no creen que estén tan capacitadas.

A pesar de que sea complicado determinar el origen exacto de esta nueva tendencia, parece que está basada en un estudio realizado en enero de 2023 en Estados Unidos. La encuestadora YouGov reveló que, en caso de emergencia a bordo de un vuelo, aunque fuera con la ayuda de los controladores aéreos, el 46% de los hombres se sentía muy seguro (20%) o al menos bastante seguro (26%) de poder aterrizar el avión sin problemas. Un porcentaje que contrasta con el de las mujeres, donde sólo un 7 % se ve “muy segura” de realizar esta tarea y un 13% “bastante segura”.

Para Christian Grijalvo, un psicólogo especializado en el estudio del comportamiento masculino, esta respuesta se debe a “un ego desmesurado” de los hombres y a “una cierta trivialización de la profesión”. Sin embargo, los profesionales de la aviación se muestran tajantes ante esta cuestión. “Para el pasajero, promedio es simplemente imposible”, afirma Gérard Feldzer, expiloto y presidente de Avisón Sin Fronteras, al medio francés Le Parisien. “El panel de instrumentos es muy complejo, hay muchos controles que tender y demasiados parámetros a tener en cuenta”, detalla.

Otro profesional de Air France, Paul Dupuy, afirma que si “el pasajero toma los mandos solo, se acabó”. “Fui instructor y cuando ves las dificultades que encuentran los alumnos durante sus primeras semanas, entiendes mejor por qué se necesitan años de formación para saber volar correctamente”, incide.

Dupuy asegura que parte de la culpa de que los hombres se crean capaces de aterrizar un avión es de la industria del cine. “Las películas han hecho que parezca sencillo, pero es mucho más complicado de lo que parece”, comenta. Además de la compleja configuración de la asistencia, “hay que gestionar varios aspectos antes de llegar a la pista, incluida la potencia del motor”. Algo que es prácticamente imposible para un novato.

Más allá de los aspectos técnicos, existen numerosos obstáculos prácticos ante una eventual emergencia en vuelo. Maxime, expiloto de una aerolínea francesa, explica que el simple acceso a la cabina ya supone un primer desafío. Las medidas de seguridad suelen restringir la entrada a la cabina de los pilotos, por lo que, en un supuesto donde ambos pilotos se incapacitan, se requeriría que un capitán autorizara el acceso de un pasajero.

Una vez dentro, la persona tendría que orientarse entre los múltiples dispositivos del panel de control y activar el sistema de comunicación de emergencia para alertar a la torre de control. En casos donde el avión vuela sobre regiones remotas, como el Atlántico, el acceso inmediato a la radio puede no estar garantizado, lo que complicaría aún más la posibilidad de recibir asistencia externa.

“Si se cumplen todas estas condiciones, la torre de control puede intentar contactar con un piloto de la aerolínea, quien acudirá, si está disponible, a dar instrucciones al pasajero”, explica el mismo expiloto. “Pero debemos esperar que el avión no se haya estrellado entre el momento en que se solicita la asistencia telefónica y la llegada del piloto a la torre de control”, añade. Aun con estas explicaciones, seguro que más de una persona, se ve capacitada para realizar esta tarea.