Los vecinos de una urbanización denuncian la invasión de chinches de una explotación agrícola cercana: “Recogemos cadáveres a paladas”

Algunos viven recluidos y con las persianas cerradas. Hay “líneas negras que se mueven en columna, idénticas a pequeñas procesionarias”

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Chinches. (Getty Images)
Chinches. (Getty Images)

Se recogen a paladas montones de cadáveres y otros llegan por oleadas: ese es el escenario que describen los vecinos del barrio Les Vendanges en Alénya, en Francia, ante la invasión de chinches agrícolas minúsculas y voraces. Estos insectos, que proliferan en los jardines y logran entrar en las viviendas, han obligado a los habitantes a buscar métodos propios para combatir la plaga.

Según informa el medio L’Indépendant, el alcalde intervino el pasado viernes por la mañana, enviando un equipo que roció un producto específico en la zona, y anunció que este sábado un operario municipal realizaría una revisión para evaluar la situación.

Daniel, uno de los residentes, recogió con pala un saco lleno de cadáveres de estas chinches, imagen que ilustra la magnitud del problema. Todo el barrio se ve afectado, un efecto visible más de la sequía. Las chinches, que probablemente provienen de un campo colindante ya devastado por estos insectos, han invadido todas las casas.

Vivienda en la localidad de
Vivienda en la localidad de Alénya junto al campo.

“Siguen llegando por oleadas”

La propietaria Christiane, de 80 años, relata: “Llevamos 8 años viviendo aquí y nunca habíamos visto esto. Afortunadamente, la casa está muy bien aislada: los bichos no consiguen entrar, a diferencia de algunos de nuestros vecinos que los encuentran incluso en la cocina”. Tras recorrer junto a su marido el barrio y consultar a otros residentes, pudieron comprobar que “no hay una sola casa que se haya salvado”.

La población se ha visto obligada a tomar medidas por su cuenta. “Tocó arremangarse y cada uno hace lo que puede con los recursos que tiene”, explica Christiane. “Avisamos al alcalde, que nos prometió intervenir, y efectivamente mandó a los operarios el viernes temprano para rociar un producto especial, aunque por ahora no ha dado resultados notables. Como la proliferación sigue aumentando, compramos nuestro propio insecticida -el que consideramos más adecuado, aunque no es barato- y rociamos a las chinches. Daniel recogió con la pala todos los cadáveres que formaban una alfombra negra y los puso en un saco. Por desgracia, desde entonces han seguido llegando en oleadas”.

La imagen se repite en otras casas: el bajorrelieve del muro del jardín de Cathy también aparece cubierto completamente. Estas recorren el suelo, las aceras, trepan paredes, se cuelan bajo puertas de garajes o caen en grupos desde los techos, sin dar tregua a los vecinos.

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Sequía y golpes de calor

Karim cuenta que su garaje “estaba tapizado de chinches bullendo” y tuvo que desalojarlas “con abundantes chorros de agua”. Kathy asegura vivir “casi recluida en casa, con las persianas cerradas”. Basta mirar su jardín y sus muros para observar “líneas negras que se mueven en columna, idénticas a pequeñas procesionarias”. Por todas partes se pueden ver chinches avanzando a gran velocidad. “He usado el mismo producto que Christiane y es verdad que funcionó en el momento. Pero tengo la impresión de que estas chinches también se reproducen muy rápido. Es una pesadilla sin fin”.

Este infierno, esperan los residentes, pronto será solo un mal recuerdo. El alcalde de Alénya precisa: “Fui alertado por muchos vecinos que, con razón, se quejaban de una invasión masiva de chinches agrícolas en el barrio Les Vendanges. Después de informarme sobre estos insectos y asegurarme de que la salud pública no estaba amenazada, contacté con el propietario del campo incriminado, quien también es víctima de esta proliferación vinculada a un intenso episodio de sequía y golpes de calor después de un periodo húmedo”.

“Entonces -termina el regidor- supe que estas chinches succionan la savia de los vegetales y habían devastado su campo. Impulsadas por el hambre, se dirigieron hacia las viviendas colindantes. Si hace falta intervenir de nuevo, lo haremos, pero sigo confiando en la erradicación de estos invasores”.