Crece el número de detenciones relacionadas con yihadismo en España: 74 arrestos en lo que va de año frente a los 81 totales de 2024

Los datos reflejan la aceleración de procesos de radicalización y la incidencia creciente entre jóvenes, un fenómeno que preocupa en cuanto a la prevención y anticipación de nuevos atentados

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Foto de archivo de detenidos
Foto de archivo de detenidos por yihadismo en Cataluña relacionados con los drones de Hezbolá para atentar contra Israel. (Guardia Civil/ Europa Press)

Las previsiones de las fuerzas de seguridad apuntan a que España superará este año el máximo histórico de detenciones vinculadas a delitos relacionados con el yihadismo. Hasta el 30 de junio, se han contabilizado ya 74 arrestos frente a los 81 que se produjeron en 2024. Los datos, presentados este lunes, reflejan la aceleración de procesos de radicalización y la incidencia creciente entre jóvenes, ya que se han detenido a siete menores en lo que va de 2025. Este fenómeno mantiene en alerta a las unidades especializadas y que preocupa especialmente en cuanto a la prevención y anticipación de nuevos atentados.

El jefe de la Brigada de la Unidad Central de Información Exterior de la Policía Nacional, Jesús Manuel Brito, ha expuesto estas cifras en el curso de verano ‘La amenaza yihadista para España’, organizado en colaboración con la Universidad Rey Juan Carlos y el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo. La presencia de menores entre los detenidos y la dificultad de rastrear perfiles concretos está forzando a los cuerpos policiales a reforzar la vigilancia y adaptar sus herramientas de detección.

Radicalización y anonimato en la red

Durante su intervención, el comisario Brito ha señalado que la falta de patrones definidos en los procesos de radicalización yihadista dificulta en extremo las investigaciones policiales. Los individuos objeto de seguimiento adoptan estrategias cada vez más sofisticadas para eludir la detección, recurriendo al uso de nuevas aplicaciones de mensajería y comunicaciones cifradas.

Varias personas dejan flores frente
Varias personas dejan flores frente a la placa durante un acto por el 11-M en la calle Téllez, en Madrid. (Jesús Hellín / Europa Press)

La propaganda que nutre estos procesos se encuentra disponible en múltiples idiomas y en plataformas variadas, lo que contribuye a su efecto expansivo y a la rapidez con que puede calar en los más jóvenes. Según Brito, los menores captados en estos entornos pueden llegar a asumir posiciones más extremas en menos tiempo que los adultos, y no muestran reservas a la hora de planear o ejecutar acciones violentas. El comisario advirtió del riesgo de que esta tendencia acabe desembocando en episodios graves si no se actúa con anticipación.

Más actividad encubierta

Por su parte, el teniente coronel Oliver Pérez López, de la Jefatura de Información de la Guardia Civil, ha confirmado que el incremento de arrestos refleja un repunte de la actividad terrorista “en la sombra”. Ha destacado, además, otras dos tendencias inquietantes: la radicalización de personas con trastornos mentales y el aumento del fenómeno entre los menores de edad. Según Pérez López, la combinación de ambos elementos intensifica la dificultad de prevención y la amenaza potencial sobre la seguridad interior.

Detención de una persona por
Detención de una persona por actividades vinculadas con el yihadismo en Murcia. (Guardia Civil/ Europa Press)

La actualidad internacional tampoco contribuye a reducir la alarma. Los recientes conflictos en Oriente Medio están generando un entorno fértil para la aparición de intentos de atentado en territorio español, ya sea directamente o a través de intereses vinculados a actores implicados en la región. Las operaciones llevadas a cabo por las unidades de información han puesto de manifiesto que algunos de los arrestados preparaban objetivos concretos para ataques, mientras que muchos reinciden tras ser liberados, al volver a radicalizarse durante su estancia en prisión.

Atajar la propaganda

Ambos responsables policiales coinciden en la importancia de la fase de propaganda como origen y motor de los procesos de radicalización. Desde la experiencia acumulada tras atentados como el del 11 de marzo de 2004 en Madrid y el del 17 de agosto de 2017 en Barcelona, subrayan que la prioridad debe situarse en interrumpir la captación y el adoctrinamiento, antes de que los individuos den el salto a la acción violenta.

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El reto principal es anticipar la escalada y ajustar los mecanismos de prevención, especialmente ante un entorno que evoluciona tan rápido como las plataformas tecnológicas que alimentan la expansión del yihadismo digital.

*Noticia elaborada con información de EFE