Una mujer compra un piso en Canarias y descubre en la primera junta de vecinos que debe pagar 200 euros por un traductor: muchos de los inquilinos son alemanes

El fenómeno es cada vez más frecuente en las islas, que se han convertido en un destino muy popular para jubilados y turistas de otras nacionalidades

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Reunión de una comunidad de
Reunión de una comunidad de vecinos (Canva)

Al asistir a su primera junta de vecinos, una joven que acababa de comprar una vivienda en el municipio tinerfeño de Santa Úrsula descubrió que tendría que hacer frente a un gasto inesperado: la nueva propietaria tenía que abonar 200 euros para pagar un traductor.

Según ha informado el medio digital Atlántico Hoy, la reunión comunitaria comenzó a desarrollarse íntegramente en alemán, debido a que el perfil mayoritario de los propietarios en el edificio son ciudadanos alemanes que pasan determinadas temporadas del año en Tenerife.

“Cuando vi que se empezaba a hablar en alemán y se traducía al español me quedé flipando”, relató la joven afectada al diario local. Este coste extra, necesario para que los pocos residentes hispanohablantes entiendan las decisiones colectivas de la comunidad, dejó impactada a la entrevistada, que calificó la situación como “surrealista”.

Un edificio construido y gestionado por fondos alemanes

El fenómeno, cada vez más frecuente en las islas, tiene su origen en la popularidad de Canarias como destino para jubilados y turistas de otras nacionalidades. Atraídos por el clima y las playas, muchos optan por comprar viviendas donde pasan largas temporadas, especialmente en municipios del norte de Tenerife como Santa Úrsula.

El edificio en cuestión, de unas 30 viviendas, fue construido con fondos alemanes y la propia comunidad quedó en manos de inversores extranjeros.

La joven relató que al explorar el reparto actual de los vecinos observó que “la mayoría son alemanes, polacos o rusos y hacen la temporada. Están seis meses aquí y seis fuera”. Así, la comunidad se organiza en torno al idioma mayoritario, el alemán, y encarga la traducción simultánea al español para el resto, asumiendo entre los vecinos el coste de la intérprete cada vez que hay una asamblea.

El precio de la vivienda libre se disparó un 12,2% en el primer trimestre del año en relación al mismo periodo de 2024, registrando así su mayor alza interanual desde el primer trimestre de 2007, según el Índice de Precios de Vivienda (IPV) del Instituto Nacional de Estadística (INE) publicado este viernes. (Fuente: Europa Press / EBS)

Las reglas de la comunidad, difíciles de cambiar

“Es muy difícil cambiar lo que ya había”, confesó la propietaria, explicando que la fórmula establecida para la toma de decisiones complica cualquier nueva iniciativa que se presente para modificar el idioma en el que se desarrollan las reuniones.

El voto de cada vecino posee un peso proporcional a los metros cuadrados de vivienda: en su caso, 74 metros cuadrados, una superficie insuficiente para influir en las decisiones del conjunto. Ante esta circunstancia, lamentó no tener “vínculo con sus vecinos” y definió la experiencia vivida como “muy incómoda y muy extraña”.

Un fenómeno que está transformando el día a día de los canarios

Preguntada sobre si conocía la peculiaridad antes de adquirir la vivienda, la joven fue tajante: “Cuando compré yo no lo sabía, mucho menos en el norte. Jamás me hubiera imaginado que mis vecinos iban a ser alemanes”.

Tal y como ha informado Atlántico Hoy, la convivencia y la gestión comunitaria se han visto notablemente alteradas por la llegada masiva de residentes extranjeros, obligando a adoptar soluciones prácticas, aunque costosas, para garantizar la comunicación e integración.

En este contexto, la internacionalización del mercado inmobiliario en regiones turísticas de España está generando situaciones inéditas que pueden condicionar, e incluso empeorar, la vida cotidiana de los nuevos propietarios locales.