Moda, música, juventud y libertad: el regreso de la Movida madrileña a Malasaña

Moda disidente, super-8, música rock, new wave, el cine de Almodóvar, fanzines, estética kitsch, ironía camp. La Movida madrileña vuelve a la capital en una extraordinaria exposición gratuita que retorna a una de las épocas más transgresoras de la cultura española.

La propuesta curatorial, que puede verse en el Palacio de Longoria bajo el nombre de La Movida, juventud y libertad. 1977-1986, propone un viaje por una polifacética travesía en donde la música irreverente y la moda subversiva son las protagonistas.

La exposición estará abierta al público hasta el 20 de julio de 2025. Comisariada por Sabino Méndez, letrista y guitarrista de Loquillo y los Trogloditas (y con el apoyo institucional del Museo RTVE, el MITA y Radio 3), los salones modernistas de la sede de la SGAE desplegarán artefactos culturales de diversa naturaleza relacionados con la movida. Maquetas de Nacha Pop, la cámara super-8 con la que Pedro Almodóvar grabó sus cortos en la clandestinidad, pósteres de conciertos, el abrigo firmado por Antonio Alvarado para Alaska y mucho más.

Los horarios de visita son de lunes a domingo, de 16:00 a 21:00 horas. La entrada será gratuita y libre para todo el mundo hasta llenar el aforo del recinto.

El arte contemporáneo se compromete una vez más con la preservación de la memoria. La Movida Madrileña fue un fenómeno intercultural español que integró diversas manifestaciones culturales y estilos de vida subversivos que dieron paso a una creatividad sociocultural extraordinaria.

A pesar de lo que muchos creen, la muerte de Franco en 1975 no dio pie a la libertad de manera instantánea. Los primeros años de la Transición española tampoco lo hicieron. Fue a través de un duro proceso evolutivo de cambio (manifestaciones obreras, vecinales y estudiantiles) que la Transición llegó a un punto de no retorno y ruptura con respecto a las Leyes Fundamentales franquistas.

Ahora bien, de forma paralela y subrepticia, el fin de 40 años de dictadura y represión (es importante recordar que hubo fusilamientos hasta 1977) fue caldo de cultivo para una juventud ansiosa de libertad y transgresión. Chueca y Malasaña, barrios marginales por aquel momento, se transformaron en submundos particulares donde las disidencias pudieron disfrutar de ocio y libertad.

Allí difuminaron los límites que la antropología franquista (o heredada del franquismo) había arraigado en los imaginarios sociales donde el inmovilismo moral operaba.

Algunos artistas pioneros en la Movida fueron Alaska y los Pegamoides, El Aviador Dro, Parálisis Permanente, Gabinete Caligari. Los espacios de moda eran discotecas como Sala Sol o en Rock-Ola. Entre los fanzines más leídos estaba La Luna de Madrid. Pero el fenómeno iba más allá de la música, con Fernando Colomo y Almodóvar como cineastas o Miguel Trillo como fotógrafo.

La exposición ahora permitirá acceder a la herencia cultural de una época llena de brillo, glamour, erotismo, adentrándonos en lo que fue la Movida. A pesar de sus contradicciones, constituye un estallido de libertad creativa y un testimonio de la irreverencia de una generación que rompió moldes.