Felipe VI destaca el “gran valor” de la cumbre de la ONU en Sevilla y reivindica el papel de la cooperación internacional como “una fuente tangible de esperanza”

En el Patio de las Doncellas del Real Alcázar de Sevilla, y bajo una noche calurosa de verano, el rey Felipe VI inauguró este domingo, 29 de junio, la IV Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo de Naciones Unidas, con un mensaje claro: “El multilateralismo sigue siendo la vía más sólida y duradera hacia la paz y el progreso”. Acompañado de la reina Letizia, el monarca ofreció una cena oficial a líderes y representantes de todo el mundo, y reivindicó el papel de la cooperación internacional como “una fuente tangible de esperanza” ante un panorama internacional marcado por lo que calificó de “hechos y tendencias profundamente preocupantes y alarmantes”.

Entre los asistentes al acto figuraban el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez —acompañado por su esposa, Begoña Gómez—; el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno; y el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz. También participaron líderes internacionales como el presidente de Panamá, José Raúl Mulino; el de Mozambique, Daniel Francisco Chapo; y el emir de Catar, el jeque Tamim bin Hamad Al-Thani, según la información de EFE.

Durante su intervención, Felipe VI ha subrayado que esta cumbre “representa una ecuación opuesta al panorama actual, revitalizando nuestra maltrecha confianza en la Humanidad”, como ha señalado Europa Press. En un momento en el que “a menudo se afirma que los puentes del diálogo están siendo derribados”, señaló, este foro reúne a más de 12.000 personas procedentes de todo el mundo para debatir cómo modernizar el marco de financiación para el desarrollo, con el objetivo de hacerlo “más eficaz, ambicioso y resiliente ante los complejos desafíos de un mundo en rápida transformación”.

El rey abrió su discurso con una reflexión filosófica, citando al pensador andalusí Averroes, nacido en Córdoba en el siglo XII. “La ignorancia conduce al miedo, el miedo lleva al odio, y el odio lleva a la violencia. Esa es la ecuación”, parafraseó el monarca. “Estoy seguro de que estarán de acuerdo en que esta ecuación, tan sencilla como preocupante, explica muchos de los conflictos actuales, así como la erosión del mundo multilateral”. Frente a esa lógica de división y enfrentamiento, Felipe VI ha propuesto otra fórmula: la que representa esta Conferencia. “La ecuación que la hace posible y le da sentido es justamente la contraria”, afirmó, remarcando el “enorme valor” del encuentro. “Esta cita representa una fuente tangible de esperanza para el futuro”.

Seguidamente, el monarca se preguntó en voz alta: “¿Podemos afirmar que no todo está perdido, que no hemos desperdiciado tantas décadas de verdadero progreso en la construcción de un mundo más estable, pacífico, próspero y sostenible?”. Y respondió: “Todos tenemos algo que decir al respecto y todos podemos contribuir para que la respuesta sea sí”.

En su discurso, el jefe del Estado hizo igualmente una firme defensa del sistema de Naciones Unidas y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). “Mientras muchos sostienen que el sistema de Naciones Unidas sufre de una fatiga crónica, esta Conferencia refleja la importancia continua de los ODS, tal como se establecieron en la Agenda que la ONU adoptó hace una década”, declaró. A cinco años de la fecha límite de cumplimiento, insistió en que esa “sigue siendo un referente fundamental de nuestra ambición y compromiso como ciudadanos del mundo”.

A quienes acusan al multilateralismo de ineficaz o estancado, Felipe VI les respondió que, aunque “no siempre sea el camino más directo ni el más rápido”, sigue siendo “el mejor y más duradero para lograr la paz y el progreso, porque nos incluye a todos y da voz a todos”. También enfatizó el papel de las Naciones Unidas, “con los valores de su Carta, sus agencias, sus normas y su presencia sobre el terreno”, al considerar que son “más imprescindibles que nunca”. En su visión, solo una participación amplia y diversa permitirá hacer frente a desafíos como el hambre, la pobreza extrema, la desigualdad de género o la crisis climática.

Felipe VI elogió a la ciudad anfitriona como un símbolo del entendimiento entre culturas. “Este entorno es un magnífico reflejo de todo lo que representa la ciudad”, dijo. “Un verdadero crisol de orígenes, culturas y corrientes de pensamiento, cuya apertura y hospitalidad no son solo rasgos superficiales, sino una auténtica forma de ver el mundo”.

De esta forma, se mostró orgulloso de que España acoja por primera vez esta conferencia, tras las ediciones anteriores en Monterrey, Doha y Addis Abeba, y afirmó que “será un espacio para dialogar, en un momento crucial, sobre la financiación y la gobernanza del desarrollo global, los sistemas fiscales, la financiación privada y la maximización del impacto de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD)”.

En ese contexto, anunció su esperanza en la adopción del “Compromiso de Sevilla” y en el lanzamiento de la “Plataforma de Acción de Sevilla” (Sevilla Platform for Action, SPA), que, según dijo, “serán la hoja de ruta para revitalizar el marco de financiación del desarrollo”.

Como colofón, el rey recurrió a la poesía para reforzar su mensaje de urgencia y responsabilidad compartida. Recordó al poeta sevillano Antonio Machado, nacido hace 150 años, quien escribió: “Hoy es siempre todavía”. “Sus palabras nos instan a actuar ahora, y no más adelante”, remarcó. “Llevémoslo en mente, como un lema que nos impulse a fortalecer nuestra voluntad y capacidad para avanzar en la financiación del desarrollo, iluminando su camino en este agitado siglo XXI”.

En la parte final de su alocución, Felipe VI lanzó un llamamiento a los presentes: “Los ojos de millones de personas están puestos en esta Conferencia, porque sus esperanzas y necesidades merecen resultados, y ciertamente no merecen fracaso ni decepción”. Y concluyó: “¿Qué mejor lugar y qué mejor momento para reavivar su confianza y esperanza?”.

La cena protocolaria concluyó tras la recepción de los asistentes, marcada por una ligera anécdota: un fallo de protocolo impidió que Pedro Sánchez y Begoña Gómez posaran con los reyes a su llegada, algo que se subsanó después. Pese a la ausencia de representantes de Estados Unidos, el evento reunió a más de un centenar de delegaciones internacionales, que comenzarán este lunes las sesiones oficiales de una conferencia que busca marcar un nuevo rumbo en la arquitectura financiera global.