Un joven en perfecto estado de salud va al quiropráctico por un simple problema en el cuello y sale completamente paralizado: “Nos parte el corazón verlo así”

El tribunal reconoció la negligencia médica y le concedió una indemnización récord de 75 millones de dólares

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Jonathan Buckelew,, antes y después.
Jonathan Buckelew,, antes y después. (Facebook)

La vida de Jonathan Buckelew cambió para siempre tras una cita rutinaria con un quiropráctico en Georgia, Estados Unidos. El joven, que tenía poco más de 20 años y se encontraba en plena forma física, había acudido a la consulta por un simple dolor en el cuello. Pero a partir de ahí, todo fue a peor: la manipulación de esa parte de su cuerpo le hizo perder la consciencia, lo que le llevó a ser trasladado de urgencia al hospital. Allí, los médicos no pudieron identificar a tiempo que estaba sufriendo un accidente cerebrovascular, lo que derivó en el diagnóstico de síndrome de enclaustramiento, una rara condición neurológica que solo permite el movimiento ocular, dejando al paciente totalmente paralizado.

En los años que siguieron, la familia de Jonathan emprendió una batalla legal contra el quiropráctico que le atendió, así como contra el hospital, un neurólogo, un radiólogo y un médico de urgencias. El tribunal estatal de Georgia consideró a dos de los demandados —el quiropráctico y el neurólogo— como responsables de negligencia médica y determinó una indemnización sin precedentes de 75 millones de dólares. El desglose estableció 9 millones para cubrir los costes médicos que ya había afrontado, 20 millones adicionales destinados a futuros cuidados y 46 millones por el sufrimiento personal derivado del accidente.

Según cuenta el medio Daily Mail, este caso destapó los riesgos potenciales de las manipulaciones cervicales y los procedimientos médicos posteriores. El abogado de la familia de Buckelew, Lloyd Bell, manifestó tras conocerse el veredicto: “Este caso es desgarrador, porque la parálisis y los daños cerebrales de Jonathan eran totalmente evitables”. Bell argumentó que los profesionales sanitarios implicados “no siguieron los procedimientos ni comunicaron eficazmente”.

Antes de este episodio, Jonathan Buckelew llevaba una vida activa y practicaba deporte con asiduidad. Hoy, postrado en una silla de ruedas, se comunica solo mediante parpadeos o moviendo la nariz sobre un teclado adaptado, ya que ha perdido la habilidad de hablar y de moverse por sí mismo. “Quiere hacer cosas, quiere salir… Nos rompe el corazón verlo así”, declaró Jack Buckelew, padre de Jonathan, a los informativos locales Atlanta News First. Jack y su esposa readaptaron su hogar, que ahora funciona prácticamente como un hospital doméstico, en donde siempre mantienen un suministro mínimo de dos meses de materiales médicos para su hijo. Los profesionales condenados han recurrido la decisión judicial, pero la familia Buckelew reconoce que su existencia nunca volverá a ser la de antes.

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“Tenemos la esperanza de que algo funcione”

Ahora, en un relato público a través de Facebook, la madre de Jonathan compartió las dificultades y la perseverancia que han marcado sus vidas en los años posteriores al accidente. “En el pasado he acudido a mi familia de la red social en busca de recomendaciones, ayuda y oración y siempre estuve agradecida por hacerlo. Tampoco suelo publicar fotos, pero esta vez decidí hacerlo. Jonathan va para siete años desde su accidente y aunque está más fuerte y duerme mejor, no ha logrado mucho progreso físico. Hemos probado tanto tratamientos tradicionales para Jon como también muchos tratamientos ‘fuera de lo común’. Desde cámara hiperbárica, terapia con células madre, tratamientos neurológicos, acupuntura, terapia de masajes, terapia craneal, mil repeticiones diarias en una bicicleta fija y la lista sigue. Esperamos intentar todo lo que podamos con la esperanza de que algo funcione”.

La madre expuso que el último tratamiento sugerido por el médico de Jonathan es conocido como VSEL (Small Embryonic-Like Stem Cells, o células madre de pequeño tamaño embrionario), una terapia experimental no muy extendida y de difícil acceso, especialmente para quienes requieren atención permanente. “Sinceramente, esperábamos que alguien pudiera darnos información, recomendaciones o cualquier ayuda posible”, añade la madre en la red social.