Preocupación en Casa Real por el estado de Juan Carlos y Froilán en Abu Dabi

El incremento de las tensiones militares entre Estados Unidos e Irán ha disparado las alarmas a nivel internacional, pero también ha provocado una inquietud más personal en el entorno de la infanta Elena. Esta preocupación se centra especialmente en la seguridad de su padre, el rey Juan Carlos, y de su hijo, Froilán, quienes residen desde hace tiempo en Abu Dabi, una ubicación que, si bien no está directamente en el epicentro del conflicto, se encuentra lo suficientemente cerca como para generar temor ante una posible escalada.

Froilán se trasladó a los Emiratos Árabes Unidos tras una etapa turbulenta en Madrid, marcada por una vida social controvertida y la falta de una trayectoria profesional clara. La decisión de mudarse al Golfo Pérsico fue vista por su entorno como un intento de reconducir su vida. En Abu Dabi, el joven encontró una rutina distinta, lejos del foco mediático español y acompañado de su abuelo, con quien mantiene una estrecha relación.

Sin embargo, la situación actual preocupa. Las tensiones geopolíticas en la región han elevado el riesgo, y cualquier posible bloqueo aéreo o conflicto abierto podría complicar seriamente los desplazamientos. A pesar de la aparente calma en el país, la incertidumbre sobre el rumbo que tomará el enfrentamiento entre potencias genera inquietud entre los familiares del rey emérito y del joven Froilán.

El pasado mes de mayo, Froilán regresó brevemente a España. Fue una visita que coincidió, de forma casi premonitoria, con los primeros indicios de una escalada bélica en Oriente Medio. Durante su estancia, fue visto en la vía pública, donde fue preguntado por su residencia actual, sus planes y su opinión sobre el rey Juan Carlos. Aunque no se extendió en declaraciones, su presencia sirvió para reforzar los lazos familiares y disfrutar de un tiempo con amigos antes de que la situación internacional se complicara aún más.

En la actualidad, no se contempla que Froilán cambie su lugar de residencia. Su vida profesional y personal está establecida en Abu Dabi, donde ha encontrado un equilibrio que nunca antes había logrado. Desde su entorno se destaca que ahora está centrado en sus responsabilidades, volcado en su trabajo y atento al bienestar del rey emérito.

Según algunas publicaciones, el nieto del monarca planeaba pasar sus vacaciones en España. No obstante, los recientes cierres de espacios aéreos y restricciones derivadas del conflicto podrían impedir su retorno a Emiratos, como le ha ocurrido a otras figuras públicas y ciudadanos comunes atrapados por la crisis geopolítica.

Más delicada aún es la situación del rey Juan Carlos. Aunque en ocasiones se ha reportado que pasa temporadas en Suiza y viaja con cierta frecuencia a España —especialmente a Galicia, donde mantiene un estrecho vínculo con sus amigos en Sanxenxo—, su residencia principal sigue siendo Abu Dabi por motivos fiscales. De hecho, se ha mencionado que no puede permanecer en España más tiempo del permitido, ya que su situación tributaria está vinculada a Emiratos Árabes Unidos, lo que le obliga a cumplir un número mínimo de días de estancia anual en ese país.

También han circulado rumores que lo sitúan buscando residencia en Portugal, cerca de la frontera gallega, lo que le permitiría estar más próximo a su entorno habitual sin incumplir requisitos legales. Sin embargo, hasta el momento no se ha confirmado ningún cambio de domicilio.

La revista Mujerhoy ha publicado recientemente que el círculo cercano al rey emérito muestra inquietud por su estado físico, que se ha visto deteriorado con el paso del tiempo. A esta preocupación se suman ahora las tensiones internacionales, que añaden una capa de incertidumbre a su día a día. Son sus hijas, la infanta Elena y la infanta Cristina, quienes intentan mantener un contacto constante con su padre, conscientes de las dificultades que enfrenta.