Estos son los daños más habituales de los coches en verano: revisiones que no puedes pasar por alto

Neumáticos, frenos, batería y aire acondicionado: los puntos críticos que debes comprobar para evitar sustos durante tus vacaciones

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Coche cargado para irse de
Coche cargado para irse de vacaciones (Hauke-Christian Dittrich/dpa)

Los viajes en coche se multiplican durante las vacaciones de verano. Muchas familias aprovechan estas fechas para desplazarse por carretera a destinos turísticos, escapadas rurales o segundas residencias. Sin embargo, el aumento del uso del vehículo y las condiciones extremas del clima pueden pasar factura. Por eso, es importante estar atentos a los daños más comunes que puede sufrir el coche en esta época del año, para evitar problemas en plena ruta y garantizar una conducción segura.

Los elementos que requieren más supervisión

Uno de los problemas más habituales durante el verano tiene que ver con los neumáticos. El calor provoca que la presión en su interior aumente, lo que acelera su desgaste. Si no se revisan adecuadamente, el riesgo de sufrir un pinchazo o incluso un reventón en carretera se incrementa considerablemente. Además, los neumáticos desgastados pierden adherencia, lo que puede ser especialmente peligroso en frenadas de emergencia o en curvas cerradas.

Otro componente que sufre con las altas temperaturas es el sistema de refrigeración del motor. Durante los trayectos largos y bajo el sol intenso, los radiadores y manguitos pueden verse exigidos al máximo. Si el nivel del líquido refrigerante es bajo o existe alguna fuga, el motor puede sobrecalentarse, provocando averías graves que podrían obligar a detener el vehículo y solicitar asistencia.

Numerosos vehículos circulan por la
Numerosos vehículos circulan por la autovía A-3 cerca de Madrid. (Jesús Hellín/Europa Press)

La batería es otro de los elementos que tiende a fallar en verano. A diferencia del invierno, donde el frío puede reducir su capacidad, en verano el calor puede acelerar su desgaste interno, haciendo que el vehículo tenga dificultades para arrancar o directamente se quede sin carga. Es fundamental comprobar su estado antes de iniciar un viaje largo.

También hay que prestar atención a los frenos. El calor, unido al uso constante, puede deformar los discos de freno y reducir su eficacia. Además, el desgaste acumulado de las pastillas puede pasar desapercibido si no se realiza una revisión adecuada antes de salir de viaje. Esto puede generar una respuesta lenta o insegura del sistema de frenado.

La mejor forma de evitar estos problemas es realizar una revisión completa del vehículo antes de salir. Comprobar la presión y el estado de los neumáticos, revisar los niveles de líquido refrigerante y aceite, verificar la carga de la batería y asegurarse de que los frenos y el aire acondicionado funcionan correctamente son pasos fundamentales para viajar con tranquilidad.

Época de accidentes

Además de los daños mecánicos, hay que tener en cuenta que el verano es también la época del año con mayor siniestralidad en carretera. Julio y agosto concentran cerca del 28 % de los accidentes anuales, y la tasa de mortalidad aumenta en torno al 20 % respecto al resto del año. Las causas principales son la fatiga, el exceso de velocidad, el aumento del tráfico y las distracciones, muchas veces provocadas por el uso del móvil.

Para prevenir estos accidentes, es importante planificar bien el viaje, evitar las horas de más calor, hacer pausas cada dos horas y mantenerse bien hidratado. También es recomendable no conducir de noche, especialmente en tramos sin iluminación, y por supuesto, respetar las normas de tráfico y adaptar la velocidad a las condiciones del entorno.

El verano puede ser una excelente oportunidad para disfrutar de la carretera, siempre que se tomen las precauciones necesarias. Un coche bien revisado y una conducción responsable son la mejor garantía para unas vacaciones sin contratiempos.

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