Carlos conduce un VTC, cobra el SMI trabajando 12 horas al día y la reducción de jornada es el menor de sus problemas: “Se aprovechan de la gente”

El abogado Enrique Oltra cuenta el caso de un cliente que en un año hizo más horas extra que ordinarias, por las que no le han pagado

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Un conductor de VTC.
Un conductor de VTC.

El sector del VTC comenzó en España vestido de premium con vehículos negros, chófer con traje, botella de agua y servicio personalizado sobre la temperatura o ambientación. Se pedían y piden a través del teléfono móvil de forma sencilla en una aplicación y resultan más baratos que el taxi, con el que mantienen una hostil competencia. Se trata sin embargo de un sector sobre el que ha llamado la atención el Ministerio de Trabajo, que recoge el sentir de empleados y exempleados, como lo hacen los tribunales.

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Un informe elaborado por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) concreta factores de riesgo psicosocial que afectan a estos conductores, en su mayoría jóvenes extranjeros. Señalan estrés en el sistema tecnológico que monitorea sus jornadas, o el hecho de que sentir la presión de una posible mala evaluación del cliente, o no poder en muchos casos decidir sus horarios, lo que se traduce en falta de autonomía; penalizaciones por cancelaciones o demoras. Y salarios muy bajos.

Más horas extra que ordinarias

El caso de Carlos es real. Lo cuenta en redes sociales su abogado, Enrique Oltra. No especifica si trabaja para Cabify, Uber, Bolt o alguna otra plataforma. Se ríe el letrado del tiempo que llevamos en España discutiendo sobre la reducción de la jornada laboral cuando en algunos sectores los problemas están aún muy lejos de eso, o no es el principal. Antepone Oltra que no pretende generalizar y “habrá empresas que lo hagan bien”, pero que a él, como abogado, solo le llueven ejemplos de prácticas abusivas.

Élite Taxi critica que los VTC trabajan "ilegalmente" y defiende la futura ley del sector.

“Carlos -explica Oltra- es un señor que trabaja todos los días de la semana 12 horas menos los domingos y no ha tenido vacaciones. Ha hecho un total de 3.756 horas en un año. Si le quitamos las 1.800 que tiene de jornada, ha hecho horas extra en cuantía de 1.956. Es decir, ha hecho más horas extra que ordinarias. ¿Y por qué hace esto? Pues, efectivamente, porque el sector de la VTC es un sector muy mal pagado. Por trabajar 40 horas a la semana, cobran exactamente el salario mínimo".

“Se aprovechan de la gente”

Con ese salario mínimo no puede vivir una familia, menos todavía en ciudades como Madrid, Barcelona y otras tantas, de forma que “a estos conductores -dice el abogado tirando de ironía- les dan la oportunidad estos empresarios, que son tan buenos, de ganar más dinero”. “¿Y cómo lo hacen? -prosigue-. Pues muy sencillo: a partir de las 40 horas, te damos un porcentaje de lo que hagas. A priori podría parecer bien, esto es un trabajo a destajo de los de toda la vida... Pues no, no está bien".

Defiende Oltra que “lo que estaría bien” es un “sueldo digno” por sus 40 horas semanales. “Se aprovechan de la gente que lo necesita y ya está. Es lo de siempre”, zanja. Y ahora viene “lo más sangrante”, avanza el abogado: a Carlos le prometieron verbalmente un 30% en esas horas extra y un año después “no le han dado ni un céntimo”. Ahora, se compromete el letrado, “le van a tener que doblar el sueldo y más, con los porcentajes y suplementos de los días festivos y alguno más por ahí”.

Enrique Oltra, abogado, en TikTok.
Enrique Oltra, abogado, en TikTok.

“La justicia lenta no es justicia”

“Son ustedes unos impresentables”, se desahoga Oltra. “Han obligado a Carlos a reclamarles. Como no va a poder demostrar que le tenían que dar un 30% de la facturación extra -el acuerdo era verbal-, lo que sí vamos a poder acreditar son todas las horas extra que ha realizado, que solo son 1.956, que a un promedio de 12 euros, se van a enfrentar a una reclamación de más de 23.000 euros”.

Carlos y su abogado no tendrán problema en demostrar, al haber controles horarios o por el propio GPS, pero sí cuentan con algo negativo, y es el tiempo que tardará el proceso, al menos de dos años hasta que se pueda celebrar un juicio. “La justicia lenta no es justicia”, lamenta Oltra, “pero como dice el refrán castellano -termina-, a cada cerdo le llega su San Martín”.