Las tres ciudades españolas en las que se trabaja solo para pagar el alquiler o la hipoteca: Madrid no está entre ellas

El acceso a la vivienda se ha convertido en uno de los principales problemas económicos y sociales en España. En los últimos años, la escasez de oferta asequible y el constante aumento de los precios han hecho mella en jóvenes, familias y en la clase trabajadora en general, quienes soportan cada vez más el peso que supone destinar buena parte de su salario mensual a cubrir el coste del alquiler o de la hipoteca. Este fenómeno impacta especialmente en las grandes capitales y zonas turísticas, donde la presión de la demanda y la escasez de oferta han disparado los precios y reducido las opciones.

Así, el último informe realizado por Cvapp ha revelado que Palma de Mallorca, Barcelona y San Sebastián son las ciudades españolas donde más jornadas laborales mensuales se destinan al pago de la vivienda. El estudio analizó el vínculo entre el salario neto medio local y el coste tanto del alquiler como de la hipoteca en distintas ciudades, traduciendo estos gastos en número de días trabajados.

Según este análisis, Palma de Mallorca es una de las ciudades más caras a nivel nacional en cuanto a esfuerzo económico destinado a mantener un hogar. En la capital balear, el alquiler medio de una vivienda de 100 metros cuadrados consume el salario equivalente a 17,9 días de trabajo cada mes, mientras que el pago de la hipoteca asciende a 18,4 días.

Los precios, que rondan los 17,30 euros por metro cuadrado para el alquiler y los 4.694 euros para la compraventa, han escalado en los últimos años. Factores como la llegada masiva de nómadas digitales y el auge del alquiler vacacional han reducido la oferta disponible para residentes y elevado la competencia, lo que ha provocado que más de la mitad de los inquilinos tengan que compartir piso.

En Barcelona, el esfuerzo para cubrir el alquiler aún es mayor: se necesitan más de 20 días de salario neto mensual para afrontar el pago de una vivienda media, el coste más alto de toda España. Para costear la hipoteca, la dedicación laboral es algo inferior, unos 16 días, pero sigue siendo superior a la media nacional.

El precio del alquiler alcanza los 24 euros por metro cuadrado, y el de la vivienda en propiedad se sitúa en torno a los 4.875 euros. Las subidas han sido fruto de la proliferación de los pisos turísticos y la transformación de barrios tradicionales, dificultando cada vez más la emancipación y forzando a la población joven a retrasar su salida del domicilio familiar o a mudarse a zonas periféricas.

Asimismo, en San Sebastián, el informe recalca que el elevado esfuerzo requerido para acceder a una hipoteca, que exige 18,5 días de salario al mes. El precio del metro cuadrado para la compra se encuentra cerca de los 5.953 euros, el más alto de todo el país. Los alquileres, por su parte, requieren casi 15 días de salario, un reflejo de los retos a los que se enfrentan tanto los arrendatarios como los compradores en la capital guipuzcoana, pese a contar con uno de los sueldos medios más elevados de España.

Y, a pesar de su fama de ciudad cara, Madrid no está entre las tres primeras en el ranking de esfuerzo laboral destinado a la vivienda. El estudio de Cvapp sitúa a la capital en la cuarta posición: alquilar una vivienda media cuesta más de 18 días de salario cada mes y la hipoteca ronda los 14 días, todavía por debajo de las cifras registradas en Palma, Barcelona y San Sebastián.

Los precios en Madrid se sitúan en torno a los 21,40 euros por metro cuadrado para el alquiler y cerca de los 4.700 euros para la compra, y aunque la presión sobre el mercado residencial sigue siendo elevada, la combinación entre nivel salarial y costes mantiene a la ciudad fuera del podio nacional.

El informe alerta también de que hay ciudades donde la vivienda resulta mucho más accesible en función del salario. Mérida, León y Logroño encabezan el extremo contrario del ranking, donde de media se destinan entre siete y nueve días mensuales para cubrir el alquiler o la hipoteca, lo que da a sus vecinos un margen mucho mayor para destinar el resto de su sueldo a otros fines.