Le diagnosticaron por error un cáncer de piel y ahora será indemnizada: “Viví días de terror”

Una joven italiana pasó casi un mes convencida de padecer un tumor agresivo antes de que una segunda prueba desmintiera la primera diagnosis. La justicia reconoce ahora el daño psicológico sufrido

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Una mujer en una consulta
Una mujer en una consulta médica (Freepik)

Anna Gumirato tenía apenas 25 años cuando recibió una de esas noticias que paralizan la vida. A la joven odontóloga y food blogger, originaria de la provincia italiana de Treviso, le comunicaron que padecía un raro y agresivo tipo de cáncer de piel: un carcinoma sebáceo. La información procedía del resultado de una biopsia tras la extirpación de un lunar. Según relata el diario Corriere della Sera, fue en enero de 2021 cuando comenzó su pesadilla.

“En cuanto leí que la primera diagnosis apuntaba a un carcinoma sebáceo, me alarmé de inmediato porque comprendí al instante la gravedad del informe”, declaró Gumirato a la prensa local. En cuestión de horas, su rutina y sus planes de futuro se vieron sacudidos por una angustia constante. “En los días siguientes me sentí profundamente angustiada”, añadió. Durante unas tres semanas vivió convencida de estar gravemente enferma. El impacto emocional fue profundo, como ella misma ha reconocido: “Cada pensamiento y gesto cotidiano estaba dominado por el miedo”.

Lo que no sabía entonces era que ese diagnóstico era incorrecto. La misma muestra fue posteriormente enviada a los laboratorios del hospital de Treviso, donde se realizó una segunda evaluación. En esta ocasión, los especialistas determinaron que no se trataba de un carcinoma, sino de un tricoblastoma, una lesión benigna sin implicaciones oncológicas. En menos de un mes, pasó de la desesperación al alivio, aunque el daño emocional ya estaba hecho.

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Una victoria legal que reconoce el sufrimiento emocional

Tras esclarecerse el error, Anna Gumirato decidió emprender acciones legales contra las dos clínicas privadas de la región del Véneto que participaron en la evaluación inicial. Cuatro años más tarde, la justicia italiana ha fallado a su favor. Un tribunal ha condenado a ambos centros a indemnizarla por el daño moral sufrido.

“Es difícil explicar lo que supone vivir creyendo que tienes un tumor maligno”, confesó Gumirato. A pesar de que finalmente la salud no estuvo en riesgo, el trauma psicológico derivado del diagnóstico erróneo ha dejado una huella imborrable. La compensación no se limita a una cuestión económica; se trata, sobre todo, del reconocimiento de un dolor invisible. “Nadie podrá devolverme aquellos días, pero al menos sé que se ha hecho justicia”, expresó la joven, citada por Corriere della Sera.