La brecha de género se ceba con las jubiladas: reciben hasta un 30% menos de pensión que los hombres

Las mujeres tardan más en reunir el tiempo de cotización necesario para acceder a una prestación contributiva y, cuando lo consiguen, el monto suele resultar significativamente inferior al de los varones

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La pensionista María Teresa se
La pensionista María Teresa se ve obligada a compartir piso porque no le alcanza el dinero con la pensión.

Las mujeres jubiladas en España cobran hasta un 30% menos de pensión que los hombres, un porcentaje que refleja el impacto de la desigualdad de género a lo largo de la vida laboral y constata que la discriminación persiste incluso tras el retiro, según ha manifestado este miércoles Cristina Aragón, especialista en Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, en el transcurso un acto al que también ha asistido la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, en el ciclo Café con la Ciencia.

Cristina Aragón ha explicado que las mujeres tardan más en reunir el tiempo de cotización necesario para acceder a una prestación contributiva y, cuando lo consiguen, el monto suele resultar significativamente inferior al de los varones.

Reconoce que “se ha hecho mucho y bien dirigido en los últimos años, pero la diferencia entre las pensiones de hombres y mujeres sigue siendo muy pronunciada y va a costar muchos años acabar con ella, entre otras razones porque es multicausa y no basta una sola política para abordarla”.

Luz al final del túnel

No obstante, en el actual escenario se empiezan a vislumbrar “indicios de esperanza”, advierte la experta, debido a que la brecha salarial entre hombres y mujeres empieza a recortarse y se sitúa en el 15% desde 2018, frente al estancamiento del 22% que reflejó durante la década de 2008 a 2018. Este avance tiene un claro catalizador, la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), señala Aragón, ya que “en 2019, cuando empieza a subir el SMI, un 26% de las mujeres cobraban de 0 a 1 veces el SMI, frente al 11% de los hombres”.

A su juicio, las causas de la brecha salarial son muchas, entre ellas que las mujeres realizan menos horas de trabajo por las reducciones de jornada y porque tienen menos disponibilidad para hacer horas extra. “En ambos casos, es porque asumen los cuidados, tanto de los hijos como de otros familiares. Además, las mujeres cobran menos en concepto de complementos, porque históricamente, la negociación colectiva se ha desarrollado con un sesgo que beneficia a los hombres. Se complementa la turnicidad, la nocturnidad o trabajar en festivos. Las mujeres no pueden optar a ellos por lo mismo, porque asumen otras responsabilidades fuera de casa”, ha argumentado la experta.

A estas razones se suma que la brecha salarial “se retroalimenta, si en una pareja uno tiene que dejar de trabajar, lo hará el que menos cobra, que es la mujer”. También influye en los sueldos que la discriminación directa sigue presente en el mercado laboral, aunque se niegue en el discurso público. “Influye en los salarios la discriminación en sí misma. Se niega, pero las estadísticas son evidentes”, reconoció.

Las pensiones de jubilación en 2025 y su capacidad adquisitiva auguran un futuro sombrío para nuestros mayores.

La importancia del asesoramiento científico

Para la ministra Elma Saiz, el contacto y el diálogo con el mundo científico resulta esencial para la toma de decisiones en políticas sociales y de inclusión. “Queremos acercarnos al mundo científico y que el mundo científico se acerque a los ámbitos de toma de decisiones. No debemos ser compartimentos estancos, porque abrirnos al asesoramiento científico nos enriquece y enriquece nuestra toma de decisiones”, sostiene Saiz.

El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones tiene previsto continuar organizando reuniones de trabajo con expertos en distintos ámbitos para explorar soluciones a los retos de la brecha de género, tanto en el acceso como en la cuantía de las pensiones contributivas.