BBVA puede dar marcha atrás y retirar la opa tras las duras condiciones del Gobierno, prevén los analistas: “No debería seguir adelante”

Consideran que prohibir la fusión de las dos entidades durante los próximos tres años y poder ampliar el plazo otros dos años más es “un sinsentido para ambos bancos”

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Carlos Torres Vila, presidente de
Carlos Torres Vila, presidente de BBVA. REUTERS/Vincent West

La decisión del Gobierno de autorizar la oferta pública de adquisición (opa) de BBVA sobre Banco Sabadell con la condición de que durante los tres próximos años las entidades mantengan personalidad jurídica independiente ha supuesto un varapalo para los directivos del banco vasco, que podrían dar marcha atrás y “retirar la oferta”, advierten los analistas.

“Con las duras condiciones impuestas por el Ejecutivo, el BBVA no debería seguir adelante, y, además, tendría que valorar seriamente acudir a los Tribunales, tanto en España como en Europa”, señala Antonio Castelo, analista de iBroker.

También Javier Cabrera, analista de XTB, ve “muy complicado” que BBVA continúe con la operación: “La realidad es que el atractivo de la opa se reduce considerablemente si no se puede realizar la fusión una vez completada la operación”. Argumenta que el objetivo de BBVA era beneficiarse de las sinergias surgidas de la integración de ambos negocios, por lo que retrasar esa fusión como mínimo tres años “reduce la rentabilidad esperada de la operación. Además, los dos años extra que pueden añadirse pueden pesar mucho en la decisión de la entidad vasca de si seguir o no adelante”.

Cabrera hace referencia a que, junto a la condición de que en los próximos tres años ambos bancos tienen que mantener personalidad jurídica y patrimonio separados, así como autonomía en la gestión de su actividad, transcurrido el trienio, el Consejo de Ministros valorará la eficacia de la condición establecida y puede ampliar su duración por un periodo adicional de otros dos años. Lo que según los analistas, puede “no compensar a BBVA”.

Un “sinsentido” de condiciones

La intervención del Gobierno en la opa no ha gustado en los mercados, reconocen los expertos. “Se trata de una injerencia inaceptable en una operación entre dos entidades privadas”, apunta Antonio Castelo, para quien, “las condiciones de la opa nunca me parecieron atractivas para los accionistas de Sabadell, pero desde el primer momento he mantenido la idea de que fueran precisamente los accionistas de Sabadell los que decidieran si la oferta les parecía atractiva o no”.

A su juicio, la decisión de permitir la opa era “incuestionable” dada la normativa, también la de no modificar las condiciones impuestas por la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC), pero “la medida de prohibir la fusión de las dos entidades durante los próximos tres años -en caso de que los accionistas de Sabadell aprueben la operación- y con la probabilidad de una revisión posterior a dos años más, es un sinsentido para ambas entidades. ¿Qué sentido tiene lanzar una opa sin generar las sinergias de una fusión?”.

Una decisión que “penaliza” a los dos bancos

Los requisitos exigidos por el Gobierno afectarán negativamente a los dos bancos, aseguran los expertos, pero a Sabadell algo menos. Cabrera entiende que a BBVA “le perjudica de manera importante, ya que de seguir adelante obtendrá unas sinergias y una rentabilidad de la inversión mucho menores a lo estimado inicialmente. Además, el coste hundido de todo lo que llevamos de proceso es importante”. En cuanto a Banco Sabadell, considera que la fusión le era interesante desde el punto de vista de la diversificación geográfica. Por ello, “también es posible que se vea perjudicado. Sin embargo, desde el punto de vista de la directiva es un gran éxito, ya que tiene otro argumento más con el que convencer al accionista de que no vote a favor de la opa”.

En opinión de Castelo, el movimiento de ficha del Ejecutivo penalizará a los dos bancos: “Para BBVA, la gestión de dos entidades separadas durante tres años podría ser costosa y compleja, reduciendo obviamente los beneficios esperados de la adquisición”. Mientras que para Banco Sabadell, “aunque se preserva su identidad temporalmente, estará bajo el control de BBVA, lo que podría influir en su dirección estratégica. Sinceramente, creo que es perjudicial para ambas entidades y, sobre todo, para la credibilidad del mercado financiero español”.

El presidente ejecutivo del banco
El presidente ejecutivo del banco Sabadell, Josep Oliu. REUTERS/Heino Kalis

Trabajadores y clientes, los beneficiados

A los que más benefician las condiciones del Gobierno son a los trabajadores y a los clientes de ambas entidades. En el caso de los primeros, “de momento pueden estar tranquilos”, señala Castelo, debido a las condiciones fijadas por competencia y aprobadas por el Gobierno. Según informó el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, en caso de que la opa salga adelante no se podrían realizar expedientes de regulación de empleo relacionados con este proceso debido a que ambas entidades tendrán que seguir siendo independientes.

La decisión del Gobierno está fundamentada en cinco criterios de interés general distintos de la competencia: garantizar que se cumplen objetivos de regulación sectorial, proteger a las plantillas, la cohesión territorial, la política social y la promoción de la investigación y desarrollo.

Todo ello hace que los clientes y los trabajadores “no deberían de experimentar grandes cambios en esos tres primeros años. De hecho, el objetivo del Gobierno es que ni los clientes ni los empleados se vean afectados por la adquisición del banco”, incide Javier Cabrera. En cuanto a que merme la competencia en el sector bancario, Castelo cree que “la separación temporal podría preservar la diversidad en el sector, beneficiando a consumidores y pymes al mantener opciones de crédito y servicios”.

El ministro de Economía, Comercio
El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, durante una rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, en el Palacio de La Moncloa, a 24 de junio de 2025, en Madrid (España). Alejandro Martínez Vélez / Europa Press

Los inversores, a la expectativa

Otros damnificados con la decisión del Consejo de Ministros son los inversores de ambos bancos debido a la “incertidumbre que genera esta situación”, apunta Castelo. Además, Cabrera incide en que “desde el punto de vista del inversor de Sabadell la operación no es atractiva, ya que tampoco se beneficiaría de esas sinergias potenciales por el ahora”.

Por el momento, la decisión gubernamental no ha penalizado a ambos valores en Bolsa. La sesión de ayer cerró con una subida del BBVA del 2,54%, mientras que el banco catalán se apuntó una remontada del 0,45%.

Si finalmente, BBVA decide seguir con la operación, el siguiente paso es que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) apruebe el folleto para que la oferta pueda dirigirse a los accionistas de Sabadell y estos tendrán la última palabra al decidir si acuden o no a ella.