Las orcas conocidas por llevar salmones en la cabeza también se dan masajes de algas entre sí

Miembros de esta misma población han sido descubiertos fabricando y utilizando “herramientas” para lo que parece ser una experiencia placentera similar a un masaje, algo que nunca se había documentado en mamíferos marinos

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Una orca saltando (Heute.at)
Una orca saltando (Heute.at)

Hace un tiempo, una población de orcas (Orcinus orca) que habita una región del noroeste del Pacífico conocida como el Mar de Salish (que limita con Washington y British Columbia) se ganó una fama peculiar por la moda aparente (porque no parecía tener ningún propósito) de llevar salmones en la cabeza.

Ahora, miembros de esta misma población han sido descubiertos - y grabados - fabricando y utilizando “herramientas” para lo que parece ser una experiencia placentera similar a un masaje, algo que nunca se había documentado en mamíferos marinos. Michael Weiss, del Center for Whale Research (Centro para la Investigación de Ballenas) en Friday Harbor, Washington, y sus colegas capturaron con un dron imágenes de alta resolución de las orcas desde arriba, y las observaron arrancando pedazos de algas marinas (Nereocystis luetkeana), presionando el trozo de tallo contra una compañera de su comunidad y frotándolo entre sus cuerpos en lo que parece ser un ritual de acicalamiento.

Weiss y sus colegas creen que se trata del primer ejemplo de fabricación de herramientas por un mamífero marino, el primer caso conocido de uso de una herramienta por un animal salvaje que beneficia a dos individuos al mismo tiempo, y la primera vez que se ve a un animal no humano manipular una herramienta con el núcleo de su cuerpo en lugar de una extremidad. Informaron de sus hallazgos el 23 de junio en la revista Current Biology.

“Utilizan sus dientes y el movimiento de sus cabezas y sus cuerpos para arrancar un pedazo de unos dos pies (60 centímetros) de largo del tallo del alga, después se acercan a otra ballena y lo ponen sobre su pico, o esa especie de nariz, y presionan el alga contra el cuerpo de su compañera”, explica Weiss en Live Science. “De ahí, como que maniobran con su cuerpo para mantener el alga acuñada entre ambos, dándole vueltas hacia delante y detrás, algunas veces por solo unos segundos, otras veces hasta unos 15 minutos”, añade.

Deborah Giles, una especialista en orcas de la organización sin fines de lucro SeaDoc Society (que no participó en el trabajo), dijo a Live Science: “Es un comportamiento super interesante. Es una creación con propósito de la herramienta que quieren utilizar”. El equipo de Weiss ha observado tanto a machos como a hembras, de todas las edades, realizar este comportamiento, en diferentes grupos sociales de la comunidad residente del sur.

Una orca captada durante la
Una orca captada durante la Campaña en defensa de la orca ibérica en el estrecho de Gibraltar. (Ecologistas en Acción)

El acicalamiento podría ser tanto social como higiénico

Los animales tienden a acicalarse para reducir el estrés, mantenerse sanos y crear o reforzar conexiones sociales. Como criaturas altamente sociales, se podría esperar que las orcas se acicalen entre sí, explicó Els Vermeulen, especialista en cetáceos de la Universidad de Pretoria, Sudáfrica, quien tampoco participó en el estudio, a Live Science. “Aunque el estudio es nuevo y es la primera vez que se reporta sobre este comportamiento específico, no me llega a sorprender”, asegura.

El equipo de Weiss descubrió que este frotamiento con algas ocurre más entre individuos emparentados y de edad similar. Esto es lo que se esperaría si el acicalamiento tuviese que ver con la fortaleza de los vínculos sociales, según Weiss. También encontraron que las orcas con más piel muerta eran más propensas a frotarse, lo que podría estar relacionado con la higiene.

“Cuando hablamos de comportamiento animal, está la función - o el beneficio que saca el animal - y suele relacionarse con salud y bienestar. Pero también está el mecanismo en el cerebro que les hace querer hacer esto”, explica Weiss. “Creo que una gran parte de ello es que se siente bien”.

Algunos animales, como los chimpancés, algunas aves y los elefantes, son conocidos por fabricar y usar herramientas, pero los ejemplos entre animales marinos son escasos. Las nutrias marinas usan piedras para abrir moluscos y se ha visto a delfines con esponjas en el hocico para buscar alimento, pero no fabrican esas herramientas.

Sin embargo, el acicalamiento con algas no es el único ejemplo de cómo las orcas manipulan su entorno para crear “herramientas”. También se las ha visto generando olas para arrastrar focas desde los témpanos de hielo y así atraparlas. Esta población es, hasta ahora, la única que ha sido observada utilizando algas para acicalarse, aunque esto podría deberse a que los investigadores suelen observarlas desde embarcaciones y no pueden ver los pequeños trozos de alga.

“He visto frecuentemente a orcas dando vueltas la una sobre la otra desde un barco. Me hace preguntarme si han estado practicando este comportamiento todo este tiempo”, dijo Giler. “Las imágenes de los drones han creado la oportunidad para nosotros de ver las vidas de las orcas de una forma que nunca ha sido posible antes”.

En cuanto a lo del salmón en la cabeza, los expertos siguen sin tener respuestas: “No sabemos por qué lo hacen”, dijo Giler. “Pero pasa cuando hay un acceso más abundante a presas. Puede ser simplemente que están jugando con su comida. O igual ponerse un salmón en la cabeza se siente bien”.

Pero el tiempo para estudiar a estas notables orcas podría estar acabándose. Los residentes del sur están catalogados como población en peligro en virtud de la Ley de Especies en Peligro (de extinción) de Estados Unidos. En el último censo solo quedaban 73 ejemplares, según Weiss, y si se pierden esas orcas, “no son solo 73 ballenas perdidas”, sino “una serie de tradiciones culturales y una sociedad única. Podríamos no volver a ver este comportamiento”.