La vacunación infantil se estanca y disminuye tras la pandemia: 12,8 millones de niños se quedan sin vacunar desde 2020

Un estudio internacional publicado en ‘The Lancet’ alerta de la caída en las tasas de vacunación a nivel mundial

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Una trabajadora sanitaria aplica una
Una trabajadora sanitaria aplica una dosis de la vacuna contra el sarampión a una menor en un centro de salud de Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua, México, el miércoles 30 de abril de 2025. (AP Foto/Christian Chavez)

Desde que la ONU implantase en 1974 su programa de inmunización, se han salvado millones de vidas. El mundo ha logrado tasas de vacunación superiores al 80% contra enfermedades como la difteria, el sarampión o la tuberculosis, pero los números empiezan a decrecer y la pandemia ha tenido mucho que ver.

Un estudio mundial publicado este miércoles en The Lancet advierte de que, en las últimas dos décadas, las tasas de vacunación han comenzado a estancarse e incluso a revertirse en el mundo. La investigación, financiada por la Bill & Melinda Gates Foundation and Gavi, the Vaccine Alliance; ha recogido más de 64.000 registros de vacunación de 204 países y ha comparado las tasas de inoculación contra la difteria, tétanos y tosferina (DTP), el sarampión y la polio desde los años 80 hasta el 2023.

Los resultados muestran una tendencia a la baja en la vacuna contra el sarampión (MCV1) en 100 de 204 países analizados entre 2010 y 2019, entre 98 y 100 países para la DTP y 107 para la polio (Pol3). La pandemia del Covid-19 acrecentó estos descensos, con reducciones entre el 1,6% y el 2,8% entre 2019 y 2023 en la inoculación infantil.

“Las vacunas rutinarias infantiles son una de las intervenciones de salud pública más poderosas y rentables disponibles, pero las persistentes desigualdades globales, los desafíos derivados de la pandemia de la COVID y el crecimiento de la desinformación sobre vacunas y la vacilación han contribuido a un avance en la inmunización que flaquea", ha expresado el doctor Jonathan Mosser, del Institute for Health Metrics and Evaluation de la Universidad de Washington. “Estas tendencias aumentan el riesgo de brotes de enfermedades prevenibles por vacuna, incluyendo sarampión, polio y difteria, subrayando la necesidad crítica de mejoras específicas para asegurar que todos los niños puedan beneficiarse de las inmunizaciones que salvan vidas”, ha advertido.

Las vacunas caen en 21 países ricos

El descenso en la inoculación llevó a un aumento de los niños con cero dosis, es decir, niños menores de un año que no han recibido ninguna dosis de la vacuna difteria-tétanos-tosferina. Si en 2019 existían 14,7 millones de niños en el mundo sin ninguna inmunización, el número ascendió a 18,6 millones en 2021 y ha decrecido hasta los 15,7 millones en 2023, sin lograr alcanzar las cifras prepandémicas. Los autores calculan que el coronavirus dejó a 12,8 millones de niños adicionales sin vacunar en el mundo entre los años 2020 y 2023.

Qué vacunas tengo que ponerme si quiero viajar a Tailandia.

De los 204 países analizados, son 8 los que engloban más de la mitad de niños con cero dosis: Nigeria (2,5 millones), India (1,4 millones), la República Democrática del Congo (882.000), Etiopía (782.000), Somalia (710.000), Sudán (627.000), Indonesia (538.000) y Brasil (452.000). Pero el mundo desarrollado no se queda atrás: las pautas de vacunación se han reducido en 21 de los 36 países considerados de altos ingresos, entre ellos Argentina, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido, Estados Unidos y Uruguay.

Todos los países considerados ricos por el estudio superan el 90% de tasas de vacunación, a excepción de Argentina (77,5%), donde 118.776 personas no han recibido ni una sola dosis contra la difteria, el sarampión o la polio. De hecho, en los últimos años, la inoculación contra el sarampión se ha reducido en un 12%.

Nuevos brotes de enfermedades prevenibles

FOTO DE ARCHIVO: Un cartel
FOTO DE ARCHIVO: Un cartel de alerta de sarampión cuelga fuera de la entrada del Centro Médico Infantil Cohen, donde el Departamento de Salud del estado confirmó que un bebé dio positivo y que existe la posibilidad de exposición a otras personas en las instalaciones, en New Hyde Park, Nueva York, Estados Unidos- 14 de marzo de 2025. REUTERS/Shannon Stapleton/Foto de archivo

La caída en las tasas de vacunación ya está dejando su huella en la salud mundial. En los últimos años, Pakistán y Afganistán han reportado un aumento de casos del poliovirus salvaje, la forma natural del virus de la polio; y Papúa Nueva Guinea ha declarado un nuevo brote de polio en el país, que llevaba libre de esta enfermedad desde el año 2000.

Europa no se libra: en 2024, los casos de sarampión se multiplicaron casi por 10 en la Unión Europea y el Espacio Económico Europeo. Los contagios pasaron de 3.973 en 2023 a 32.265 en tan solo un año. Actualmente, Estados Unidos, donde las dosis de MCV1 se han reducido un 4% en la última década pese a ser obligatoria, superó el pasado mes de mayo los 1.000 casos de sarampión, que ha dejado 3 muertes.

Las perspectivas a futuro que expone el estudio son desalentadoras: la ONU había marcado la meta de superar el 90% de inmunización completa contra la DTP, la polio y el sarampión, pero en el mejor de los escenarios, solo se lograría con la DTP. Los autores quieren que sus estimaciones se tomen como una advertencia de que el mundo no logrará alcanzar los objetivos de inmunización para 2030 sin “mejoras transformacionales en equidad en todo el mundo”.

Para aumentar la aceptación y el uso de la vacuna, los autores piden esfuerzos más concertados para abordar la desinformación y la reticencia sobre la vacuna. “El desafío ahora es cómo mejorar la entrega y la aceptación de las vacunas en áreas de baja cobertura”, ha valorado la doctora Emily Haeuser, una de las autoras principales del artículo, “Los programas de vacunación exitosos se basan en comprender y responder a las creencias, preocupaciones y expectativas de las personas. Los servicios de vacunación deben priorizar la construcción de confianza, involucrar a los líderes comunitarios y adaptar intervenciones con estrategias locales más culturalmente apropiadas para mejorar la confianza y la aceptación de la vacuna”, concluye.