Ingrid de Noruega deslumbra en su segunda cena de Estado con un vestido icónico que la une a Miley Cyrus o Hailey Bieber

La primogénita de Haakon y Mette-Marit ha participado en la histórica recepción a Emmanuel y Brigitte Macron

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La princesa Ingrid Alexandra de
La princesa Ingrid Alexandra de Noruega, durante la cena de Estado ofrecida por los reyes Harald y Sonja en honor a Emmanuel y Brigitte Macron. (Stian Lysberg Solum/REUTERS)

La princesa Ingrid Alexandra de Noruega se convirtió en el centro de atención durante la cena de gala ofrecida por los reyes Harald y Sonia con motivo de la visita oficial del presidente francés Emmanuel Macron y su esposa, Brigitte Macron. La cita, que reunió a representantes de la familia real noruega y figuras del gobierno de ambos países, ha marcado un momento relevante para la joven heredera, que ha participado en su segunda cena de Estado y, por primera vez, lo ha hecho estrenando un vestido propio.

Ingrid Alexandra, acompañada por sus padres, el príncipe heredero Haakon y la princesa Mette-Marit, llegó al Palacio Real luciendo un vestido rojo con escote Bardot, diseño firmado por la casa británica Vivienne Westwood. La elección del atuendo ha llamado la atención de la prensa especializada, pues se trata de una pieza icónica que han lucido numerosas celebrities y que es todo un símbolo de rebeldía e innovación.

El vestido, confeccionado en satén rojo, presenta un corte corsé, hombros caídos y drapeados en la cintura, así como una falda larga con ligero remate de cola. La prenda, que pertenece a los diseños característicos de Vivienne Westwood, se ha convertido en un referente de la moda contemporánea por su fusión de influencias del siglo XVIII y rasgos de modernidad inspirados en el movimiento punk. Westwood, reconocida por su espíritu transgresor y por impulsar causas como la sostenibilidad y los derechos humanos, logró trasladar estos valores a una pieza que ha vestido a diversas personalidades del espectáculo en ocasiones señaladas.

Los reyes de Noruega, Harald V y Sonja, celebran una cena de gala en honor al presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, y su esposa, Brigitte Macron. (Casa Real Noruega/Instagram)

A la relevancia del vestido se sumó la elección de la tiara de diamantes y perlas que Ingrid Alexandra lució durante la velada. Se trata de una joya que la princesa recibió al cumplir 18 años y que perteneció a su tatarabuela Ingeborg de Suecia, complementada en esta ocasión con otras piezas de diamantes pertenecientes al joyero familiar.

El diseño usado por la princesa guarda una conexión directa con tres celebrities que lo lucieron en citas muy importantes para ella. Miley Cyrus vistió una versión en blanco durante su boda con Liam Hemsworth en 2018; Demi Lovato eligió el mismo modelo, adaptado para su enlace con Jordan Lutes hace tan solo un mes; y Hailey Bieber, durante su preboda en 2019, optó por una variante en versión mini realizada en seda sostenible.

El rey Harald de Noruega,
El rey Harald de Noruega, la reina Sonja, el príncipe heredero Haakon, la princesa heredera Mette-Marit y la princesa Ingrid Alexandra dan la bienvenida al presidente francés Emmanuel Macron y a su esposa Brigitte Macron en la Sala de los Pájaros del Palacio Real de Oslo. (Javad Parsa/REUTERS)

Sus estudios universitarios

Esta cena de gala representa la segunda ocasión en la que Ingrid Alexandra participa en un acto de tal magnitud. Su primera experiencia tuvo lugar en abril, cuando el Palacio Real recibió a la presidenta de Islandia, Halla Tómasdóttir. En esa oportunidad, la princesa recurrió al guardarropa de su madre y usó un vestido azul hielo de Ole Yde.

La princesa, de 21 años, acaba de terminar su formación militar y se prepara para trasladarse a Australia, donde comenzará sus estudios universitarios, concretamente una licenciatura especializada en economía política y relaciones internacionales.

Pese a que aún no es oficialmente miembro en pleno de la realeza en funciones, su protagonismo en los actos oficiales se ha ido incrementando en los últimos tiempos, una estrategia con la que la institución busca remontar su maltrecha imagen gracias al impulso de la princesa, ya que la joven es el miembro mejor valorado de la familia real noruega.