Unos vecinos se quejan del ruido de la iglesia cercana que toca cada 15 minutos y desatan la polémica en el barrio: “Se mudan cerca y se quejan de las campanas. Es inaceptable”

No es la primera vez que ocurren este tipo de polémicas, incluso en algunos sitios han tenido que tomar medidas para facilitar el descanso a los vecinos

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El campanario de una iglesia,
El campanario de una iglesia, durante la puesta de sol. (REUTERS/Nacho Doce)

En la parroquia suiza de Bulle-La Tour ha surgido un conflicto vecinal debido al constante sonido nocturno de las campanas de la iglesia local, que suenan cada 15 minutos. Un grupo de vecinos se ha quejado por el ruido que no les deja descansar correctamente, lo que ha generado un gran debate en la comunidad. El pasado miércoles, los feligreses votaron casi por unanimidad, 32 votos a favor y 2 abstenciones, en contra de suspender el sonido nocturno, estando totalmente a favor de la tradición de las campanas que marcan el ritmo de la vida en la parroquia, según informaciones publicadas por el medio La Liberté.

La polémica comenzó cuando el Consejo Parroquial de Bulle-La Tour recibió varias quejas de residentes, especialmente de aquellos que se han mudado recientemente a la zona. Según Jean-Claude Mauron, presidente del consejo parroquial, durante los últimos años se han recibido entre cinco y siete solicitudes al año pidiendo que se suspendan las campanas por la noche, ya que el sonido las interrumpe durante su descanso. “Nos lo comentan incluso en la calle”, explicó Mauron, quien decidió plantear el tema en la asamblea.

Los feligreses defienden la tradición cultural de las campanadas

Campanario iglesia.  (Imagen Composición
Campanario iglesia. (Imagen Composición Infobae)

La propuesta de silenciar las campanas por la noche fue rechazada de manera casi unánime. Los creyentes argumentaron que las campanas forman parte fundamental de su patrimonio cultural y son un elemento esencial de la vida religiosa y cotidiana de la comunidad. “Como historiador, me horroriza que se haya hecho tal petición. Las campanas forman parte de nuestro patrimonio musical”, aseguró un feligrés, subrayando la importancia de mantener la tradición.

La postura fue compartida por otros asistentes que no estaban de acuerdo en que algunos nuevos residentes se quejaran del sonido de las campanas. Un parroquiano, que vive justo detrás de la iglesia en La Tour-de-Trême, expresó su indignación al respecto, “La gente compra propiedades justo al lado de una iglesia y luego se queja del ruido. Es inaceptable”.

El debate sobre las campanas suena más allá de Bulle-La Tour

Este debate no es nuevo, ya que no es la primera vez que se plantean este tipo de medidas y se llevan a cabo en otras localidades para silenciar las campanas durante la noche. Según informaciones del medio La Liberté, en Châtel-Saint-Denis, desde 2017 se ha suspendido el toque de las campanas entre las 22:00 y las 6:00 horas, una decisión que fue más o menos aceptada, aunque no estuvo exenta de críticas. En otras zonas como Vevey y Vuadens, el repique nocturno ha sido suprimido desde hace años, a favor también del descanso de los vecinos.

Sin embargo, en Bulle-La Tour, la respuesta de los feligreses fue rotunda. El sacerdote Claude Deschenaux también defendió esta tradición, argumentando que las campanas no solo marcan la liturgia religiosa, sino que también son un elemento de la vida cotidiana. “Entiendo que el sonido pueda molestar a algunas personas, pero también hay quienes se inquietan si no las oyen”, expresó Deschenaux, subrayando el papel simbólico de las campanas.