Lara Álvarez visita ‘La Revuelta’ y el equipo enseña el “pollo” que habrían montado con Estopa en Callao si no les “hubieran jodido”

Esta noche la invitada a La Revuelta ha sido Lara Álvarez. “Yo estoy acostumbrada a iguanas, ¡qué subidón!" es lo primero que ha dicho al subirse al escenario. Veinte años separan el debut televisivo de Lara Álvarez y su primer programa en RTVE. El mismo tiempo que ha tardado en pagar su hipoteca, según contaba a David Broncano durante su paso por La Revuelta.

La periodista asturiana desembarca en la cadena pública al frente de La conexión, un nuevo concurso de cultura popular que verá la luz el miércoles 25 en La 1, justo después del propio programa de Broncano. La llegada coincide con un momento de altibajos personales, marcado por el reciente final de su relación con Perico Durán. De ahí que luego diese un cero rotundo y sin pensarlo cuando el presentador le hace las clásicas.

Grison, colaborador desde Revuelta era Resistencia, ha querido recordar cómo había coincidido antes con la presentadora, en una fiesta de Melody a la que Broncano, como descubre en directo, no fue invitado. “Fui hasta yo”, decía Sergio Bezos, hurgando en la herida.

En lo profesional, Álvarez recuerda cómo ha transitado desde espacios de máxima audiencia hasta etapas cargadas de retos y cambios de rumbo. “Salir sin tener trabajo y jugártela a crecer en otro sitio (…) ha sido un aprendizaje. Acostumbrada a las grandes audiencias, tiene ese puntito de cura de humildad, te das cuenta de que nada es gratis y aprendes a no centrarte en un solo contenido”, relató sobre su trayectoria. Ha concluido con una reflexión: “Todo llega cuando tiene que llegar, igual me toca estar en un bajón un rato”.

Después ha llegado Ponce para hacerle la declaración de la renta a alguien en directo. Mínimos, “televisión experimental”, decía Broncano. Buenas noticias para la contribuyente: le salía a devolver, unos 350 euros. Lo han celebrado a lo grande en el plató, con un canto de “le toca a devolver” que incluía hasta animadores disfrazados. La fiesta habría enlazado - en otras circunstancias, “si no nos hubieran jodido”, según Ponce - con “un pollo”, ese “evento” en Callao del que informaba (de forma prematura y errónea, por lo que ya se han disculpado) El Diario. Aceptan las disculpas del medio, pero llevaba meses de preparación. Con la “filtración”, que además aseguraba que Estopa iba a dar un concierto en pleno centro de Madrid, y “eso no iba a pasar”, la policía (que había recomendado que no se filtrase nada para evitar grandes aglomeraciones) tuvo que recomendar que no se celebrase, por la imposibilidad de preparar un dispositivo lo suficientemente amplio.

Al final el escenario que habían montado en Callao no se ha utilizado, pero el equipo de La Revuelta ha decidido seguir con el espectáculo igualmente: primero ha salido una batucada. Después el “programa padre”, un gigante que lanzaba bebés. Luego una banda de majorettes, y no pocas, sino “87″, dice Ponce. También Lalachus de “ventanilla única”, Ignatius Farray de “anarcocapitalismo” (en un mono de trabajo sin mangas con la cremallera por el pubis, un bombín y un bastón), los hermanos Estopa (después de un vídeo disculpándose por no poder estar) y un coro de niños (el coro infantil Las Veredas) cantando Como Camarón.