Diagnostican cáncer de piel avanzado a una mujer tras confundir sus síntomas con ansiedad: “La vida es muy corta”

La mujer ya había superado un melanoma en estado 1B en 2018, donde también se le atribuyeron los síntomas a episodios de ansiedad

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Lily Murphy, una británica de 30 años, fue diagnosticada con melanoma en estadio 4 (la fase más avanzada del cáncer de piel) después de que, en múltiples ocasiones, sus síntomas fueran interpretados como ansiedad.

“El fin de semana siguiente trabajé horas de más y tenía dolor de espalda. Pensé que habría estado sentada en mala postura, pero al día siguiente me dolía el pecho y no podía respirar”, relató Murphy al diario The Independent.

Carmen fue ingresada para realizarle
Carmen fue ingresada para realizarle más pruebas. (Canva)

En ese momento, trabajaba como administrativa en el departamento de dermatología del Hospital General de Watford. Pese a sus antecedentes, (ya había superado un melanoma en 2018), los médicos atribuyeron su malestar a episodios de ansiedad vinculados a su historial de salud mental.

La intervención de su madre, también empleada del mismo hospital, permitió que la realizaran pruebas más exhaustivas. Los escáneres confirmaron que el cáncer se había extendido a sus pulmones y cuello.

Un primer diagnóstico a los 23 años

Murphy detectó por primera vez un lunar sospechoso al regresar de un viaje al sudeste asiático en 2018, tras haber utilizado camas solares para adquirir un “bronceado base”. “Fue literalmente solo: ‘Vamos a empezar a broncearme antes de irme de vacaciones’, solo un par de minutos aquí, un par de minutos allá”, explicó.

No obstante, el lunar comenzó a sangrar y a oscurecerse. Tras una revisión médica inicial en la que se descartó la gravedad, pidió una segunda opinión. Entonces se le diagnosticó un melanoma en estadio 1B, y pudo ser tratada a tiempo mediante cirugía y biopsias en el Royal Free Hospital de Londres.“Creí que tenía otra oportunidad en la vida”

Después de su salida del hospital, Murphy pensó que había superado el peor momento. “Simplemente, saldríamos a divertirnos, a tomarnos vacaciones, a salir por la noche y a apreciar a todos los que me rodean… porque la vida es muy corta”, dijo.

Sin embargo, en 2023 comenzó un cansancio inusual, acompañado de dolores de espalda y pecho. “Estaba constantemente cansada y no podía entender por qué”, señaló. Tras varias visitas a urgencias, sus síntomas fueron nuevamente atribuidos a la ansiedad, hasta que de nuevo los análisis confirmaron la reaparición del cáncer, esta vez con metástasis.

Tratamientos costosos y reacciones adversas

Desde abril de 2023, Murphy ha enfrentado un régimen de inmunoterapia que no toleró bien. También probó tratamientos de quimioterapia oral, pero desarrolló una reacción alérgica grave y una sepsis que la obligó a ser hospitalizada.

En febrero de 2025 inició un nuevo tratamiento con resultados positivos, aunque solo puede ingerir un tercio de la dosis prescrita. “Estoy tomando un descanso del tratamiento en este momento porque es demasiado para mi cuerpo”, declaró.

Actualmente, ha podido retomar en cierta medida su trabajo programando biopsias dermatológicas. “Por mucho que sea un desencadenante, es gratificante. Puedo ayudar a la gente porque he tenido la experiencia de la preocupación”.

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“Tu bronceado es semipermanente, pero tu vida debería ser permanente”

Desde su experiencia personal y profesional, Murphy ha arrancado una campaña para prohibir las camas solares en el Reino Unido. “He usado estas camas de bronceado, posiblemente, durante menos de una hora en total en toda mi vida. Meterte en una de ellas durante seis minutos puede cambiar tu vida”, afirmó.

Su movilización ya ha conseguido superar las 700 firmas. La joven advierte de que muchas de las solicitudes de biopsia que gestiona en el hospital provienen de personas jóvenes con antecedentes de uso de camas solares.

“Las camas solares suponen un riesgo conocido de cáncer. Prohibirlas, salvaría vidas y ahorraría dinero al sistema público sanitario”, indicó. Cada sesión de inmunoterapia, recordó, puede costar hasta 15.000 libras (aproximadamente 17.500 euros).