Operación ‘Hot lemon’: tres empresarios murcianos estafan más de medio millón de euros con la comercialización de limones que vendían como ecológicos

Las indagaciones, realizadas por la Guardia Civil en colaboración con el Consejo de Agricultura Ecológica de la Región de Murcia (Caerm), revelaron sofisticados métodos para alterar los procesos de producción y los precios del mercado

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Tres empresarios murcianos estafan medio
Tres empresarios murcianos estafan medio millón de euros con la venta de supuestos limones ecológicos. (Europa Press)

La Guardia Civil de la Región de Murcia ha destapado un caso de fraude relacionado con la venta de cítricos ecológicos, que ha puesto en jaque la confianza en la trazabilidad del sector. En la operación denominada ‘Hot lemon’, tres empresarios del sector hortofrutícola han sido investigados como presuntos autores de delitos de estafa, falsedad documental y contra el mercado de los consumidores, según el diario La Verdad.

Las indagaciones, realizadas en colaboración con el Consejo de Agricultura Ecológica de la Región de Murcia (Caerm), revelaron sofisticados métodos para alterar los procesos de producción y los precios del mercado. Según fuentes oficiales, las prácticas fraudulentas consistían en mezclar partidas de cítricos procedentes de cultivos ecológicos con limones de origen convencional y los empresarios consiguieron más de medio millón de euros.

Maniobras encubiertas para adulterar la trazabilidad

Los primeros indicios confirmaron sospechas: personas vinculadas a empresas del sector realizaban operaciones irregulares que vulneraban los protocolos de producción ecológica, alterando el etiquetado y la trazabilidad de los productos. Lo más llamativo del caso radica en los métodos empleados.

La Guardia Civil de la Región de Murcia, en colaboración con el Consejo de Agricultura Ecológica de la Región de Murcia (Caerm), ha destapado un caso de fraude relacionado con la venta de cítricos ecológicos

De acuerdo con el medio La Verdad, los implicados realizaban parte de las maniobras fuera de instalaciones autorizadas para la manipulación alimentaria, incluso llegando a cargar los camiones en ruta. También efectuaban paradas previamente concertadas en enclaves estratégicos para transbordar las cargas entre vehículos antes de que llegaran al destino final.

El mecanismo permitía falsear la naturaleza de los productos y destinarlos a empresas dedicadas principalmente a la fabricación de zumos, quienes pagaban la materia prima al precio de producto ecológico. Durante las auditorías realizadas por especialistas del Caerm, se hallaron documentos irregulares, como albaranes fraudulentos, utilizados para justificar la dudosa trazabilidad de la fruta. De esta forma, los empresarios implicados obtenían considerables ventajas económicas vendiendo como ecológicos productos que no cumplían los requisitos de certificación.

Consecuencias sobre el comercio

El perjuicio afectó principalmente a las empresas compradoras. La diferencia de precio entre los limones convencionales y los ecológicos era notable: mientras que el kilogramo del primero alcanzaba los 0,06 euros, el de certificación ecológica llegaba a los 0,25 euros, lo que representa un incremento del 417%. Esta disparidad en el valor de mercado motivó la operación, al detectar un flujo anómalo de fruta etiquetada como ecológica.

Un vaso con zumo de
Un vaso con zumo de limón. (Adobe)

Como resultado de la operación, las autoridades han documentado la investigación oficial de tres empresarios, quienes deberán responder por los supuestos delitos de estafa, falsedad documental y contra el mercado de los consumidores. Las prácticas irregulares provocaron que una de las empresas compradoras se viera obligada a paralizar la exportación de las bebidas producidas a partir de la fruta adulterada. En total, más de 430 toneladas de producto quedaron fuera de los circuitos internacionales, ya que no podían ser enviadas bajo el etiquetado de ecológico, según el medio regional.

El origen de la investigación se remontó al refuerzo en la vigilancia sobre la comercialización de cítricos ecológicos, en particular en fincas localizadas en la comarca del Guadalentín. Esta intensificación de las inspecciones surgió tras acuerdos entre el Caerm y el Seprona, unidad especializada de la Guardia Civil dedicada a la protección de la naturaleza.