La razón por la que frenar despacio no es bueno para tu coche

Cuando se frena suavemente, el calor generado por la fricción no se disipa de manera eficiente, lo que provoca que los discos de freno se oxiden

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Coches (Imagen Ilustrativa Infobae)
Coches (Imagen Ilustrativa Infobae)

Frenar con suavidad puede parecer una opción segura y cuidadosa, pero en realidad, no siempre es la mejor manera de cuidar los frenos de tu vehículo. Aunque la teoría sugiere que este tipo de frenado puede reducir el desgaste de las piezas, la práctica demuestra lo contrario. Los discos de freno, especialmente los más costosos, se ven frecuentemente afectados por el óxido, lo que puede acelerar su deterioro y hacer que deban ser reemplazados antes de tiempo.

Cuando se frena suavemente, el calor generado por la fricción no se disipa de manera eficiente, lo que provoca que los discos de freno se oxiden. Esta oxidación superficial es una de las principales causas del desgaste prematuro. En coches convencionales, este problema puede ser algo menos notorio, pero los vehículos eléctricos son especialmente susceptibles.

Muchos de estos coches, para maximizar la eficiencia de la energía y recargar la batería durante el proceso de frenado, emplean un sistema de frenado regenerativo que reduce el uso del pedal de freno. Sin embargo, este sistema puede ser contraproducente cuando se acumula óxido en los discos, lo que afecta la potencia de frenado y, en última instancia, la seguridad del vehículo.

Para evitar los efectos negativos de la oxidación, es recomendable frenar con mayor fuerza de vez en cuando, siempre y cuando sea seguro hacerlo. Este tipo de frenada no implica detener el vehículo por completo, sino reducir la velocidad de forma más pronunciada en situaciones controladas. Por ejemplo, al entrar a una ciudad, frenar de 80 a 50 km/h en lugar de reducir la velocidad gradualmente ayuda a eliminar el óxido acumulado. Realizar este tipo de maniobras con regularidad puede alargar la vida útil de los frenos y mejorar la eficacia del sistema.

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Además, es esencial evitar frenadas suaves y continuas durante largos descensos. En estos casos, lo más aconsejable es reducir una marcha, lo que ayudará a frenar sin forzar el sistema de frenos, evitando el desgaste innecesario de las pastillas.

Los problemas en los frenos de los vehículos

El sistema de frenos es uno de los componentes más importantes para la seguridad vial. La correcta funcionalidad de los frenos es crucial para garantizar una detención oportuna del vehículo y evitar accidentes. No obstante, un porcentaje significativo de vehículos no superan la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) debido a fallos en el sistema de frenado.

La Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV) ha informado que, en 2023, el 12% de los defectos graves detectados en las inspecciones correspondieron a fallos en los frenos. Esta cifra coloca a los problemas en el sistema de frenado como la cuarta causa más común de rechazo en la ITV.

El análisis de AECA-ITV también revela qué tipos de vehículos presentan más problemas con los frenos. Los remolques y semirremolques encabezan la lista, con un alarmante 42,6% de defectos en el sistema de frenado. Esta cifra resulta especialmente preocupante dada la carga y tamaño de estos vehículos, lo que aumenta significativamente el riesgo de un accidente en caso de un fallo en los frenos.

Los furgones y camiones de más de 3.500 kilogramos ocupan el segundo lugar, con un 26,8% de fallos detectados. Estos vehículos, que suelen estar involucrados en el transporte de mercancías pesadas, requieren un sistema de frenado robusto y eficiente. Los autobuses y autocares, por su parte, presentan un 16,3% de defectos en los frenos, lo que destaca la importancia de garantizar la seguridad en el transporte público, dado el volumen de pasajeros que transportan.