Un niño de tres años se cae desde un balcón y sobrevive gracias al sofá que sus vecinos tenían en la terraza

Podría haber terminado en una tragedia, sin embargo, un milagro tuvo lugar impidiendo el destino que presagiaba la imagen.

Fue la tarde del domingo pasado en el distrito 10 de Marsella, en la avenida Allée de Saint-Cyr. En un momento de despiste de los padres, un niño autista accedió al balcón de la vivienda. Jugando empezó a escalar por la barandilla. El menor terminó resbalándose y precipitándose por el balcón. La distancia era de bastantes metros. Se encontraba en el tercer piso.

Lo que ya anunciaba un pronóstico espantoso terminó en un pequeño susto. El niño cayó milagrosamente en el nuevo sofá de los vecinos instalado hacía pocos días en su terraza. De esta manera, los cojines amortiguaron el golpe. Gracias a esto el menor no sufrió lesiones.

Explica el diario francés La Provence: “Salió ileso y sin un rasguño”.

Ante un acontecimiento de tal envergadura, los bomberos ejecutaron un desplazamiento preventivo al hospital. El menor fue puesto a disposición de un equipo médico como forma de protección. A pesar de que el niño no tuviese lesiones aparentes, el golpe requería de un análisis médico en profundidad para asegurarse de que el impacto no hubiera causado contusiones de otro tipo. Un chequeo confirmó que todo estaba en orden, lo que supuso un alivio para los padres y el resto del vecindario.

Explica Frédéric Adnet, director del Samu 75, al periódico regional Le Parisien: “Los niños muy pequeños tienen mayor plasticidad física. Absorben mejor los impactos”.

Esto, junto al soporte del sofá, pudo ser uno de los motivos que salvó su vida. La fisiología del cuerpo con sus órganos, huesos, músculos y piel actúa ante los impactos como amortiguador natural. Si bien es cierto que esto no es infalible, existe una intención fisiológica de nuestro cuerpo a protegerse, sobre todo en zonas como el abdomen o donde abunda la musculatura. Esto ayuda a proteger el cuerpo ante las fricciones e incluso a salvar la vida de la persona.

Un aumento de los casos de niños que sufren accidentes similares ha hecho saltar las alarmas. Se trata de un problema que va en aumento. Cada vez son más los niños que por despiste de los padres sufren este tipo de accidentes.

En mayo un niño de 2 años sufrió una caída desde el piso 15 de un edificio en EEUU. El año pasado, fue un niño de 4 años que precipitándose desde un piso 16 en Aubervilliers sobrevivió.

Esto es una apelación a padres y tutores legales para que aumenten la protección de los espacios que frecuentan sus hijos. En gran medida estas situaciones se dan por deficiencias en el entorno, como una puerta o una ventana abierta. Los niños tan pequeños son impredecibles, por ello deben estar vigilados con más frecuencia y en ambientes donde su curiosidad no pueda poner en peligro sus vidas.

Algunas medidas que recomiendan los expertos son desde instalar protectores de seguridad en las ventanas y puertas hasta asegurarse siempre de cerrar los accesos que puedan poner en peligro a los menores.

Además, aseguran que es importante no depender solo de estos sistemas. Para ello lo ideal sería combinar estas medidas de precaución con una vigilancia continuada. Una buena prevención es el primer paso para evitar posibles disgustos y proteger a nuestros seres más queridos.