Los expertos alertan del ‘sinsentido’ de cerrar en Madrid los parques por alertas de calor y viento: “A la sombra hay hasta 15 grados menos. Es un error total de planificación”

El Ayuntamiento sigue apostando por restringir el acceso a los espacios verdes, pese al criterio científico respecto a la salud pública y el rechazo de los vecinos por ser “el único lugar donde refugiarse”

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El Retiro, en Madrid, ha
El Retiro, en Madrid, ha cerrado sus puertas dos veces en las últimas semanas. ( Montaje Infobae/ Europa Press)

En las últimas semanas, Madrid ha cerrado dos veces el parque de El Retiro por previsión meteorológica adversa y esta semana ocho espacios verdes más también echan el candado. Concretamente, la Feria del Libro ha bajado sus persianas un par de tardes (30 de mayo y 9 de junio) ante el aviso del Ayuntamiento por alertas naranjas y rojas, las cuales obligan a seguir el protocolo de actuación y cerrar los jardines de este tipo.

Si bien la decisión se toma desde hace años con el fin de evitar incidencias por el desprendimiento de ramas, provocado por el viento, ambas jornadas coincidieron con intensas temperaturas que superaron con creces los 30 grados, al igual que los próximos días. La previsión de la Agencia Estatal de Meteorología para el último viernes de mayo fue de máximas de 35 grados y vientos de 55 kilómetros por hora, aunque esta misma entidad considera peligrosas las rachas superiores a 60.

Esta situación, justificada desde el punto de vista de la seguridad pública, choca con la postura científica de que los parques son refugios climáticos durante las olas de calor. “Cerrar El Retiro en una ciudad como Madrid, que tiene tan pocos árboles y tiene tan pocos espacios verdes de proximidad, no tiene ningún sentido”, sentencia Isabelle Anguelovski, profesora ICREA en el ICTA-UAB en Barcelona a Infobae España.

Dos ideas contrapuestas

Además, esta urbanista y experta en planificación medioambiental indica: “Los parques pueden tener hasta 15 grados menos que en las calles asfaltadas y las personas son lo suficientemente responsables para situarse en zonas cercanas a fuentes y refrescarse”. ¿Tiene sentido cerrarlos entonces?

Una cinta anuncia zona restringida
Una cinta anuncia zona restringida tras cerrar el parque de El Retiro y cancelarse la primera jornada de la 84ª Feria del Libro de Madrid por viento y calor.(Gustavo Valiente / Europa Press)

Marta Olazabal, investigadora del Centro Vasco del Cambio Climático, destaca, por otro lado, que “los espacios verdes son cruciales en la lucha contra los efectos del cambio climático en las ciudades, particularmente durante los eventos extremos”. La ingeniera ambiental española sostiene, no obstante, que “son comprensibles las razones por las que las autoridades locales pueden decidir cerrar parques”.

Según recoge esta experta, se debe a “una mezcla entre el conocimiento certero de que estos mismos espacios no están preparados para estas condiciones extremas y la incertidumbre, junto al miedo, a repercusiones directas de lo que pueda pasar”. Sin embargo, la decisión de restringir el acceso a la población de las ciudades a estos centros verdes, donde el asfalto y los edificios reinan, también supone un riesgo para la salud pública.

Justificación en el viento

Según el Sistema de Avisos Meteorológicos, un fenómeno adverso de este tipo contempla cualquier evento atmosférico capaz de producir daños y deriva en tres posibles alertas (amarilla, naranja o roja). La roja se envía en caso de “riesgo meteorológico extremo, con una intensidad excepcional y con un nivel de peligrosidad para la población muy alto”. De acuerdo con el comunicado oficial de las autoridades locales, el pasado 9 de junio y este lunes, la Aemet señalaba una alerta naranja y, posteriormente, una roja durante las últimas horas de la tarde. Desde las 18 horas, que es cuando se producía este aviso, el parque de El Retiro quedó cerrado.

El calor extremo en verano aumenta en España, con riesgos como golpes de calor y cáncer de piel. Sanidad recomienda hidratación, protección solar y prevención para evitar complicaciones, especialmente en vulnerables.

No obstante, esta alarma impactó a algunos autores de la Feria del Libro. Uno de ellos, Rafael Tarradas Bultó, que tuvo que suspender su firma, compartió en su Instagram: “Nos han dicho que iba a hacer mucho viento”. Este escritor, en las puertas del parque, avisó aparentemente incrédulo a sus seguidores, mientras miraba a su alrededor, esperando que una ráfaga le sorprendiera para entender la justificación. En cambio, lo que sí fue evidente era calor que azotaba la capital madrileña, la cual cerró en las horas centrales el mayor pulmón verde con el que cuenta en su centro.

La Asociación Vecinal Retiro Norte explicó para Infobae España en 2023 que consideraban estas medidas desproporcionadas: “Es como cerrar una carretera por riesgo de accidente”. Además, señalaron que “es el único lugar para refugiarse” y que el protocolo por vientos fuertes debería ser readaptado a las circunstancias como las altas temperaturas.

El sinsentido, según los expertos

“Lo que ocurre es que el calor es un asesino silencioso y sus consecuencias son pocas veces atribuibles. Por lo tanto, es crucial invertir recursos en preparar los espacios verdes, en ofrecer alternativas cuando no se puedan abrir completamente”, sostiene Olazabal. En este sentido, además, añade: “Tenemos que ser conscientes de que un espacio público verde preparado para el cambio climático es probablemente el único refugio para mucha gente durante las olas de calor”.

Una persona sentada en el
Una persona sentada en el césped de El Retiro a la sombra de los árboles. (Ricardo Rubio/ Europa Press)

“Ciudades como Barcelona tienen más de 260 refugios climáticos y la meta es que el 95% de la población tenga a menos de cinco minutos de su casa un lugar donde aliviarse del calor, por ejemplo”, desliza la francesa Isabelle Anguelovski. En el mismo sentido, manifiesta que cerrar parques “es un error total de planificación, de visión y respuesta a los problemas de salud. Los riesgos existen en todos lados, al igual que en Gran Vía y no se cierra. Es una de las ciudades más conservadoras en política medioambiental y es una pena”.