Paula Belenda, la viajera española que desafía el mapa: sola, en moto y sin billete de vuelta

Países sin apenas información y alejados de los destinos típicos son los que más llaman la atención de la aventurera que recorre el mundo sobre dos ruedas

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Paula Belenda junto a su
Paula Belenda junto a su moto en una de sus travesías. (Cedida)

En algún lugar de Kazajistán, con la moto averiada y el invierno pisándole los talones, Paula Belenda no pensó en volver a casa. Pensó en cómo seguir. “Tuve un accidente en octubre, estuve parada varios meses… Luego retomé en febrero”, comenta, mostrando cómo funcionan sus travesías entre paisajes espectaculares y alternando entre culturas.

Bajo el nombre de @howimettravel, Paula narra en redes sociales su forma de moverse por el mundo. Una forma que implica renuncias, pero también encuentros con zonas que nunca imaginó. Desde los pueblos remotos de Irán hasta el caos de las ciudades de Asia Central, su relato no es turístico, ya que los viajes forman ya parte de la vida que quiere vivir.

Viajar como forma de crecer

“Viajar fue un poco desde siempre, de forma orgánica”, dice Paula. Primero vinieron los países cercanos a España, luego el salto a Europa y, con el tiempo, el mundo. “No fue que ocurriera un suceso concreto”. Según confirmaba a este medio, esta viajera de El Bierzo ya desde adolescente viajaba al extranjero en verano a aprender inglés. Y en cuanto tuvo la oportunidad, no dudó en irse de Erasmus a Bruselas, lo que ya indicaba su pasión por descubrir nuevos lugares.

Lo que sí cambió fue su manera de contar estas aventuras. “Cuando empecé a viajar por países menos conocidos, vi que había un nicho, que la gente no tenía información… y empecé a contar un poquito más.” Así nació su presencia en redes, no como escaparate, ni como impulso para viajar, sino como espacio para mostrar sus viajes.

Sola pero no solitaria

Paula Belenda en una de
Paula Belenda en una de sus travesías. (Cedida)

“Siempre he hecho mis viajes sola”, afirma. No lo dice como bandera, sino como elección lógica. A veces viaja con amigas o su hermana, pero su impulso es otro. “La soledad elegida, como es en mi caso, es positiva. Estoy muy a gusto sola.” Y aun así, rara vez está del todo sola, “a veces hasta me cuesta estar sola, porque la gente se acerca, quiere hablar contigo”, asegura.

“Nunca he tenido problemas por ser mujer. Al contrario, muchas veces te protegen más. Es esa visión de ‘hay que cuidarla’”. En cambio, Paula no idealiza y explica que ha estado en muchos países distintos y ha percibido muchas formas de machismo, “he visto machismo en absolutamente todos los países, en diferentes formas.”

El desconocimiento de ciertas culturas le anima a viajar

Viajar durante tantos años y visitar hasta 75 países también ha cambiado su visión de España. “Igual algo que pensabas que era normal aquí, vas a otro lugar y dices ‘ostras, esto no es tan normal’”, explica. Esa comparación constante con lo ‘propio’ le ha permitido relativizar visiones, cuestionar costumbres y ampliar su mirada.

Durante sus expediciones, Paula Belenda se sorprende constantemente con la cultura y lo que se encuentra en cada país respecto a la idea que desde fuera se tiene preconcebida. “Nos imaginamos cómo es un país, cómo es su gente, y luego vas y ves que no es eso, es completamente diferente.” Esa sorpresa, lejos de desanimarla, la impulsa a seguir conociendo nuevas zonas.

La moto como única compañera

Paula Belenda junto a su
Paula Belenda junto a su moto en una de sus travesías. (Cedida)

En los últimos años su forma de viajar se transformó, y ahora lo hace sobre dos ruedas. “Desde que tengo la moto, sólo viajo con mi moto, y de hecho es la forma en la que quiero seguir viajando.” Eso implica un nuevo tipo de libertad, pero también nuevas cargas.

“Antes solo tenía que preocuparme por mis documentos, ahora también tengo que tener en cuenta los papeles de la moto, el seguro, las herramientas… gran parte del equipaje es para la moto.” Pero también le ha abierto caminos que antes eran imposibles. Respecto a la planificación de sus viajes, siempre cuenta con semanas de margen según lo que se encuentre, “pensaba que Kirguistán no me gustaría tanto, pero me encantó, al final me quedé dos semanas más.”

No siempre todo sale como planea, también surgen imprevistos como el ocurrido en la última gran travesía por los países de Asia Central. “Tenía una visa para Rusia y en Turquía me di cuenta de que no podía entrar con la moto, que la visa era para entrar en avión, así que acabé en Armenia”. Su capacidad de adaptación es parte de su forma de vida.

La ciudad española que es la más antigua de Europa: un viaje por sus 3.000 años de historia.

De los sueños cumplidos a los que vienen

“Tuve tres años Pakistán en la cabeza, muchas ganas de ir”, cuenta. Cuando por fin lo hizo, no se decepcionó. Lo mismo le ocurrió con Irán, país que deseaba visitar desde hacía cuatro años. A Paula le mueve la curiosidad, pero no siempre puede viajar de inmediato a ciertos países, también tiene en cuenta el coste económico, el tiempo que necesita para ver esas zonas. “Depende del tiempo que tenga, del dinero, de la época del año… Por ejemplo, el verano pasado decidí Asia Central porque era buena temporada para estar allí”, confesó.

Su viaje más reciente por Asia Central fue el más largo, iniciado el pasado año, con una pausa de tres meses en Tayikistán a causa de un accidente donde Paula se rompió un hueso del pie. En febrero ya de 2025 retomó el viaje hasta principios de mayo. “Fue mi viaje más largo hasta ahora y el próximo será todavía más largo”, dando pistas de que su nueva travesía empezará en diciembre de este año y será en Sudamérica, donde espera pasar todo el 2026 y terminar al año siguiente.

Tras más de diez años viajando y siete documentándolo en redes sociales, Paula Belenda defiende la bondad de las personas con las que se ha encontrado en distintos extremos del planeta. “La gente, el mundo, es bueno, siempre tenemos miedo a la otra persona, a la otra religión, pero siento que es por desconocimiento”, defiende.