Marina d’Or, ciudad de vacaciones: del sueño veraniego español a su caída y la nueva apuesta por el turismo internacional

Entre 2000 y 2007, el complejo creció hasta las 12.000 viviendas y contó con cinco hoteles, convirtiéndose en el destino preferido para miles de familias. Durante muchos veranos seguidos, la ocupación alcanzó el 90%

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La ciudad de vacaciones Marina
La ciudad de vacaciones Marina d'Or, en Oropesa del Mar, Castellón. (Montaje Infobae/Canva)

En el inicio de los 2000, Marina d’Or fue un icono indudable del turismo de masas español. Su eslogan “Marina d’Or, ciudad de vacaciones, ¿dígame?“, se coló en prácticamente todas las casas del país gracias a sus campañas publicitarias en la televisión, en las que prometían ser el mejor lugar para pasar tus días libres en verano, y en el que podías encontrar lujo y entretenimiento en la playa de Oropesa del Mar.

Para cientos de miles de familias, fue el destino preferido para sus vacaciones: apartamentos a pie de mar, hoteles tematizados, el mayor balneario de agua marina de Europa, parques acuáticos, avenidas llenas de verdes jardines y atracciones que emocionaban a los más pequeños.

Entre 2000 y 2007, el complejo creció hasta las 12.000 viviendas y contó con cinco hoteles, convirtiéndose en algo nuevo e inédito en el litoral de Castellón. A esto se le sumaron playas artificiales con arena transportada de otras zonas, lagos, fuentes y parques con animales exóticos. Durante muchos veranos seguidos, la ocupación alcanzó el 90%. Bajo el liderazgo del empresario Jesús Ger, Marina d’Or soñó con reinventar el Mediterráneo.

Desplome y abandono tras el espejismo inmobiliario

Pero el sueño de Marina d’Or chocó con la realidad. Muchas de las infraestructuras que prometieron, como el anunciado campo de golf o la pista de esquí, jamás se materializaron. Tal y como han recopilado desde Vila Web, el modelo urbanístico, centrado en las segundas residencias y la venta masiva de apartamentos, dependía del crecimiento inmobiliario sin freno de la época.

En 2008, la burbuja reventó. La constructora de Ger sufrió una caída estrepitosa de la demanda y se tuvo que enfrentar a una morosidad difícil de asumir. El fantasma de las hipotecas impagadas recorrió las avenidas y, mientras algunos propietarios lograron reconvertir sus viviendas en residencias permanentes, otros vendieron a pérdidas y rara vez llegaban al recuperar el 50% de lo invertido.

Al hundimiento urbanístico se le sumaron otros obstáculos medioambientales. Se denegaron varias licencias por impacto en el entorno, y se cerró así el paso a nuevos desarrollos. La costosa playa artificial perdía arena con cada temporal y la falta de mantenimiento sacó a la luz varios desperfectos: fuentes rotas, mobiliario degradado, avenidas deslucidas y parques clausurados.

El ayuntamiento, sin recursos, tampoco logró sostener el legado. La situación se agravó tras la suspensión de pagos de la promotora en 2014 y la posterior entrada en el accionariado del fondo de inversión Farallón, que no revirtió la inercia de abandono.

Renacimiento bajo el nombre de Magic World y apuesta por el turismo internacional

El golpe definitivo llegó en 2023, cuando la propiedad pasó a manos del Grupo Fuertes y de Magic Costa Blanca tras una operación que se estima en 40 millones de euros. Cerraron hoteles y atracciones, forzando el cese definitivo de la primera etapa de Marina d’Or. Pero la famosa ciudad de vacaciones resurgió con una nueva identidad.

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Rebautizado como Magic World Resort, el complejo volvió a abrir en mayo de 2024 bajo la batuta de un nuevo holding. La nueva inversión ha permitido renovar y tematizar parcialmente las instalaciones, apostando por hoteles ambientados en deportes o videojuegos e impulsando la apertura de parques acuáticos rehabilitados.

La oferta se dirige ahora al turismo internacional, con paquetes para visitantes británicos, italianos, polacos, nórdicos y portugueses. La ocupación superó el 80% durante el verano de reapertura, según informó el propio grupo propietario del complejo.

Por su parte, el ayuntamiento de Oropesa del Mar ha anunciado inversiones puntuales para mejorar las infraestructuras, como el reacondicionamiento de instalaciones deportivas y la ampliación del paseo marítimo, aunque persiste la dificultad de poner al día todos los servicios municipales. Según declaraciones de la alcaldesa recogidas por Uppers, muchos propietarios aún no están empadronados, lo que retrasa la ampliación de servicios esenciales como el centro de salud o las plazas en las escuelas.