Las ciudades de las persianas cerradas: “La mayoría de las viviendas solo se ocupan tres semanas al año”, mientras la población local no encuentra casa

En esta localidad costera, el 74 % de las viviendas son residencias secundarias, mientras la falta de vecinos permanentes provoca una crisis de vivienda para trabajadores y amenaza los servicios básicos

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La costa de Morbihan (Francia)
La costa de Morbihan (Francia)

En la localidad bretona de Damgan, en el departamento francés de Morbihan, la llegada de la temporada estival trae consigo los primeros paseos en la playa, terrazas llenas y heladerías reabriendo. Pero tras esta imagen de postal, se esconde una realidad muy diferente: el 74% de las viviendas del municipio son residencias secundarias, propiedad de personas que solo las habitan unas pocas semanas al año. En invierno, Damgan cuenta con solo 1.900 residentes. En verano, en cambio, la cifra se multiplica hasta los 30.000, según informa el medio francés Le Parisien.

Este desequilibrio tiene consecuencias directas en la vida local. La falta de habitantes permanentes reduce los servicios, amenaza la continuidad de las escuelas y provoca una grave crisis de vivienda para los trabajadores, tanto fijos como temporales. “Cuando asumí el cargo en 2014, solo había nacido un bebé en todo el año”, recuerda el alcalde Jean-Marie Labesse. Entonces puso en marcha el programa “Un nacimiento, un árbol", para fomentar el arraigo. Hoy, Damgan registra una media de ocho nacimientos anuales.

Viviendas vacías y precios inaccesibles

Frédéric, un carpintero de 50 años, resume el problema: trabaja todo el año reformando casas cuyos dueños no están presentes, y a pesar de sus ingresos, no puede encontrar alojamiento desde su divorcio. “El problema no es solo el precio, sino la ausencia total de oferta”, explica. Durante el año vive en una ampliación de una casa familiar en La Trinité-sur-Mer, pero en agosto tiene que desalojarla. Como él, muchos trabajadores son acogidos temporalmente por el programa Les Volets ouverts (persianas abiertas en francés), que intermedia el uso de casas cerradas para alojar a personas activas.

En Morbihan, el 16% de las segundas residencias están completamente desocupadas, frente al 9% de la media nacional. En ciudades como Carnac o La Trinité, el porcentaje de viviendas secundarias supera el 70%. El fenómeno no es exclusivo de Bretaña: Chamonix, en los Alpes, ha perdido el 10% de su población desde 1990 debido al auge de las segundas residencias y los alquileres turísticos.

Nuevas políticas para frenar el éxodo

Ante este escenario, algunas ciudades francesas están adoptando medidas para revertir la tendencia, según informa Le Parisien. En Damgan, el alcalde ha impulsado la construcción de una nueva promoción con precios asequibles, de unos 110 euros por metro cuadrado, reservado en gran parte a compradores primerizos. Desde 2018, también obliga a los promotores a destinar un 20% de las viviendas a alquiler social y otro 20% a venta para nuevos residentes.

Barcos anclados.
Barcos anclados.

A nivel nacional, en enero de 2025 está en vigor la ley Le Meur, que permite restringir nuevas residencias secundarias. Chamonix, por ejemplo, ha modificado su Plan de Urbanismo para reservar nuevas construcciones exclusivamente a vivienda principal. Además, un decreto de 2023 autoriza a aplicar un recargo de hasta el 60% en la tasa de vivienda sobre residencias secundarias en las denominadas zonas tensionadas, como Damgan. Esta recaudación ha permitido al municipio adquirir un edificio de 300 metros cuadrados para destinarlo a vivienda para trabajadores.

Damgan busca así frenar su conversión en un decorado estacional. “Hemos reducido el porcentaje de segundas residencias del 77 al 74%”, afirma el alcalde. “Eso significa menos contraventanas cerradas… y más árboles plantados en nuestro huerto municipal”.