Una veintena de jóvenes acaban en el hospital después de beber en una discoteca: fiebre, náuseas y fuertes dolores

La inauguración de la discoteca ‘Bilbao’ en San Polo D’Enza, Italia, fue un evento esperado que prometía dar comienzo a una vibrante temporada de verano para los jóvenes de la región. Acudieron aproximadamente 1.500 personas con la expectativa de una noche inolvidable. Sin embargo, el evento se tornó problemático cuando una multitud de asistentes comenzó a presentar síntomas de malestar. Las autoridades médicas y los responsables del establecimiento siguen intentando dilucidar qué causó estos problemas de salud, los cuales transformaron una celebración en una experiencia preocupante.

Desde finales de la velada, varios jóvenes experimentaron fiebre, náuseas y fuertes dolores intestinales y abdominales. Según el medio Il Corriere della Sera, 25 asistentes necesitaron acudir al hospital cuando los síntomas se intensificaron, aunque afortunadamente ninguno presentó complicaciones graves.

A raíz de las denuncias emergentes en redes sociales, el Servicio de Higiene y Salud Pública del Ausl de Reggio Emilia ha iniciado investigaciones para esclarecer el origen de estos síntomas. Una posible causa bajo examen es la contaminación del hielo utilizado en las bebidas. Franco Palù, alcalde de San Polo, ha comentado: “Estamos esperando aún los resultados”, aunque se sospecha que podrían haber sido afectadas por este producto congelado.

El incidente generó una intensa atención mediática y presión sobre Enrico Bolondi, administrador de la discoteca, quien ha manifestado no haber considerado la hipótesis antes: “No lo habíamos barajado hasta que lo hemos visto en los periódicos”. En un intento por esclarecer lo sucedido, Bolondi está colaborando plenamente con las autoridades y ha encargado análisis privados independientes. Desde la empresa, también han decidido cambiar los proveedores como medida precautoria para asegurar la seguridad alimentaria en futuras ocasiones, según el medio italiano.

La situación ha impactado profundamente a Bolondi, quien asegura que en sus “años de actividad” nunca se ha enfrentado a un incidente similar. Recalcó su compromiso con el bienestar de los jóvenes que frecuentan el local y expresó su solidaridad con las personas afectadas: “Es justo que se sepa la verdad”, ha sostenido.

Más allá del impacto sanitario, el suceso ha desencadenado una serie de reacciones en las plataformas digitales. Bolondi ha sido blanco de críticas no solo por parte de algunos asistentes, sino también de empresarios de locales competidores en la zona. “Llevo tres días sin dormir porque me crucificaron incluso antes de saber la verdad”, ha señalado.

El administrador ha lamentado el daño a su reputación, señalando que ha recibido comentarios malintencionados de sus competidores en el mercado. Asimismo, enfatiza que las conclusiones prematuras, antes de conocer los resultados, solo añaden tensión a una situación ya complicada.

Mientras la comunidad espera el dictamen oficial sobre qué causó estos problemas de salud, Bolondi insiste en su disposición para colaborar con las autoridades municipales. Según el alcalde Palù, una vez obtenidos los informes médicos oficiales, se reunirán con las entidades correspondientes para determinar los pasos a seguir. La resolución definitiva sobre el origen del incidente y las medidas correctivas necesarias estarán en las manos de las instituciones sanitarias, en un esfuerzo por restaurar la confianza y seguridad del local entre sus clientes y la comunidad en general.